De un tiempo a esta parte, me vi involucrado en la busca sistemática de fantasmas, de aquellos recuerdos olvidados por el paso del tiempo; me vi caminando por calles viejas que encerraban miles de cuentos de hadas. Mi memoria, un tanto fragmentada, la necesitaba para anclarme positivamente en mi reconstrucción. / chillanantiguo@gmail.com
miércoles, 31 de octubre de 2012
La Talabartería en Chillán y familia Isla
Talabarte: cinturón, generalmente de cuero, en donde cuelga la espada o el sable.
Quizás como prólogo para "situar" el tema de la talabartería, es propicio citar a uno de los investigadores en "artes populares", como lo fue el maestro Baltazar Hernández
En el siglo XVI, García Hurtado de Mendoza trajo a Chile caballos y monturas. La industria del cuero y su utilización en la montura, aperos y arneses se inicia en la misma colonia. En el siglo XIX, “la montura chilena campesina” era más o menos como la de hoy, aún cuando ha sufrido transformaciones originadas por los estilos o diferentes escuelas ecuestres y países. La “corralera”, que se deriva de la escuela de la jineta (xenetes: tribu árabe) es la más típicamente chilena, de forma cuadrada, liviana, más bien chica que grande, con un arzón anterior y otro posterior redondo y más bajo.
Los batanes (van sobre el pelero), pellones, estribos y el caso de madera de álamo que sirve de estructura, constituyen las cuatro partes de una silla de montar.
En Chillán y en la zona, hace 100 años y aún más, la talabartería tuvo un notable desarrollo y que ahora no imaginamos, porque la región vivía única y exclusivamente de la agricultura y como único medio de locomoción se contaba con el caballo y carruajes tirados por este gran amigo del hombre; era una época en que toda la familia campesina andaba a caballo y luciendo finos aperos.
En los numerosos talleres talabarteros de otro tiempo, no menos de quince a treinta artesanos trabajaban en cada uno de ellos, al igual que en los talleres de espueleros.
Ahondando en los registros orales, la primera talabartería chillaneja fue la de don Víctor Manuel Vergara, que gozó de gran renombre por la perfección y delicadeza de sus valiosos trabajos. Los talleres de don Pedro Soto, Temístocles Gutiérrez, Lara , Rafael Fuentes, Justo SolísJosé Rojas, los hermanos Riquelme, Héctor Sepúlveda, Humberto Rojas, Samuel Parra, doña Teresa viuda de Parra y Sucesión y actualmente hoy como testigo del tiempo la familia Isla.
FAMILIA ISLA, talabartería de abolengo.
Muy prestigiosas dentro y fuera del país son las monturas de la talabartería con el sello ISLA, imperio artesanal iniciado por dn. Amador Isla Cea (1910-1989), cuya familia ya lleva un siglo de tradición. Don Amador, como sus hijos, trabajó desde joven en el oficio que aprendió de un tío y éste, a su vez, aprendió de su padre y hermanos. De este sello talabartero han salido aperos y monturas para hacendados y turistas de Argentina, Perú, Brasil, Estados Unidos, Canadá, España e Inglaterra.
De los talleres continuará saliendo la hermosa montura chilena, cada vez más sobria y de ajustadas proporciones, el cuero curtido, riendas y ramales. Registro de manos callosas que testimonian el trabajo manual de decenios y que nunca pergamino alguno podrá trasmitir la interminable hebra de zurcidos que por generaciones fueron hilvanando en los campos chilenos uno de los más bellos oficios del cuero.
Artes populares de Ñuble (Baltazar Hernández)
Estudios Regionales U. de Chile.
Fotos / Familia Isla.
Chillán Antiguo / Máximo Beltrán
Parque Juan Guillermo Schleyer Brandt en Chillán. Un PARQUE QUE NO FUE….
Fotos Chillán Antiguo
Diario La Discusión.
aporte / Sonia Jungjohan Ribbeck
La familia Schleyer, radicada por largo tiempo en la ciudad, amasó gran fortuna y notoriedad no sólo por su capacidad empresarial, sino por los aportes que en su momento hizo a la ciudad y que le valió ser recordada por la avenida que actualmente lleva su nombre, por el retén de Carabineros que ya no existe y sobre todo por el nunca construido parque por el cual Juan Schleyer donó 14 hectáreas a la ciudad, con el fin de retribuir todo el amparo que Chillán le otorgó lejos de su natal Alemania.
Poca gente en la ciudad sabe que la donación de la familia Schleyer tenía como fin la creación de un área verde y más aún, la idea era la creación de un parque de exposición agrícola, por lo cual la donación incluía todo el ítem del aprovechamiento de las aguas.
Con el terremoto del 24 de enero de 1939, parte de los terrenos se utilizaron en lo que hoy son los Pabellones Rodríguez y si bien ello fue beneficioso, ¿qué pasó con el resto de los terrenos? ¿porqué se vendieron a particulares ?
Hoy la ciudad no tiene grandes espacios verdes, el cemento lo invade casi todo. Personalmente creo que nunca es tarde ver cumplir el deseo de Juan Schleyer Brandt, quien, en escritura pública señaló: "para que esta tierra se destine a la formación de un parque que se denominará Parque Juan Schleyer y que sirva además para exposiciones industriales y agrícolas".
El terreno , según escritura, "tiene una superficie aproximadamente de nueve hectáreas", y a la fecha, ni el parque existe como fue planteado por don Juan, ni se devolvieron las tierras a sus herederos como se indicó: "la donación se hace con la condición de que la Municipalidad no podrá vender ni enajenar el predio materia de este acuerdo, y que deberá destinarlo exclusivamente a la formación de un parque natural que tendrá la denominación acordada. Si en el término de dos años a contar desde la fecha (14 septiembre de 1929) en que se otorgue la escritura pública de donación, LA MUNICIPALIDAD NO EJECUTARE EL PLANO DEL PARQUE, y trazare las líneas en el terreno e hicieran las plantaciones correspondientes, quedará de hecho SIN NINGÚN VALOR NI EFECTO LA DONACIÓN" (Sonia Jungjohann Ribbeck)
Diario La Discusión.
aporte / Sonia Jungjohan Ribbeck
La familia Schleyer, radicada por largo tiempo en la ciudad, amasó gran fortuna y notoriedad no sólo por su capacidad empresarial, sino por los aportes que en su momento hizo a la ciudad y que le valió ser recordada por la avenida que actualmente lleva su nombre, por el retén de Carabineros que ya no existe y sobre todo por el nunca construido parque por el cual Juan Schleyer donó 14 hectáreas a la ciudad, con el fin de retribuir todo el amparo que Chillán le otorgó lejos de su natal Alemania.
Poca gente en la ciudad sabe que la donación de la familia Schleyer tenía como fin la creación de un área verde y más aún, la idea era la creación de un parque de exposición agrícola, por lo cual la donación incluía todo el ítem del aprovechamiento de las aguas.
Con el terremoto del 24 de enero de 1939, parte de los terrenos se utilizaron en lo que hoy son los Pabellones Rodríguez y si bien ello fue beneficioso, ¿qué pasó con el resto de los terrenos? ¿porqué se vendieron a particulares ?
Hoy la ciudad no tiene grandes espacios verdes, el cemento lo invade casi todo. Personalmente creo que nunca es tarde ver cumplir el deseo de Juan Schleyer Brandt, quien, en escritura pública señaló: "para que esta tierra se destine a la formación de un parque que se denominará Parque Juan Schleyer y que sirva además para exposiciones industriales y agrícolas".
El terreno , según escritura, "tiene una superficie aproximadamente de nueve hectáreas", y a la fecha, ni el parque existe como fue planteado por don Juan, ni se devolvieron las tierras a sus herederos como se indicó: "la donación se hace con la condición de que la Municipalidad no podrá vender ni enajenar el predio materia de este acuerdo, y que deberá destinarlo exclusivamente a la formación de un parque natural que tendrá la denominación acordada. Si en el término de dos años a contar desde la fecha (14 septiembre de 1929) en que se otorgue la escritura pública de donación, LA MUNICIPALIDAD NO EJECUTARE EL PLANO DEL PARQUE, y trazare las líneas en el terreno e hicieran las plantaciones correspondientes, quedará de hecho SIN NINGÚN VALOR NI EFECTO LA DONACIÓN" (Sonia Jungjohann Ribbeck)
viernes, 26 de octubre de 2012
Parque Monumental Bernardo O`Higgins - Chillán Viejo
Este espacio, nace a modo de resarcir el olvido o el desacierto de demoler la casa de O´Higgins el año 1930. Creada la Fundación de Conmemoración Histórica Bernardo O`Higgins el año 1957, cuya tarea será construir un complejo arquitectónico en memoria del Libertador; siendo su gestor el destacado vecino dn. Alfonso Lagos Villar (director propietario del Diario la Discusión).
Este Complejo Arquitéctónico será dirigido por el arq. Carlos Martner; y su hermana María Martner, escultora y profesora de la U. de Chile será la encargada de dar rienda suelta a la creatividad en el MURAL LÍTICO (piedra) de 60 mts. Que será inaugurado el 25 de febrero de 1973.
Aprendimos y comprendimos de María Martner (1921-2010), de esta artista excepcional, que sus murales de “piedra y poderío” representa la síntesis terrestre del país…”
A través de estos 60 metros , un gran “lienzo de concreto” la artista dibuja con piedras como el granito gris claro, pizarra gris oscuro, piedra rodada de diversos colores extraídas del Río Ñuble, caliza amarilla, lapízlázulis azúl del norte de Chile, cuarzo blanco, jaspe rojo y escoria negra; la vida del libertador.
La primera parte se refiere a la juventud del prócer y a su vida campesina; un helecho simboliza la humedad y la vegetación del campo chileno. La parte central y principal expresa la lucha liberadora y las batallas, la tercera parte muestra a O`Higgins como Director Supremo. El paso de una etapa a otra está resuelta con la inclusión de la araucaria, uno de los árboles más bellos y autóctonos de Chile”.
No busquemos en esta obra lo “bello”, que encontramos en otras obras de arte, porque es otro concepto que debemos aplicar a un mural como este. Bello, hermoso, bonito, no son términos que vienen bien a esta concepción. Esta obra está destinada a dar sentido de “grandeza” al prócer, a sentirlo grande por los tiempos presentes y futuros, su monumentabilidad debe imponernos respeto a su personalidad, al mismo tiempo que, condensada su vida en estos símbolos, guardemos como una apretada unidad nuestro conocimiento y admiración por O`Higgins”.
Observación: Prácticamente nunca ha funcionado el mural en su totalidad, porque se dijo cuando se entregó la obra que desde su parte superior caería constantemente agua (por eso hay una pileta larga y rectangular a los pies del mural, también de piedra, por cierto); de esa manera las piedras sacarían a relucir gracias al efecto del agua, todo su colorido.
viernes, 5 de octubre de 2012
Eduardo Torres Poblete 1916 - 1990
"Un legado que perdura a través de su creación, su arte, sus enseñanzas, algo que Chillán a valorado por el enorme quehacer profesional, artístico y cultural, que este destacado arquitecto desarrolló, al cariño que sentía por la ciudad de Chillán”…es la mejor forma de definir al Arquitecto Eduardo Torres Poblete..."
¿Pero quién era Eduardo Torres, quién fue Presidente de la Corp. Grupo Tanagra, Rotary Club Chillán, Mason, Presidente de la Asamblea Radical, partido del cual era partidario. Comité para la creación de Sede Universitaria (hoy UBB), perteneció al Grupo Ohigginiano, del cual llegó a ser su Vicepresidente, Premio Municipal de Arte en 1965 y cuyo nombre lleva el Parque de Avda. Argentina?
Bueno amigos, aquí en breve reseña de este chillanejo adoptivo que fue durante años Director de Obras de la I. Municipalidad de Chillán por más de 30 años, en los tiempos en que la función pública era una entrega. El fue arquitecto y llegó a la ciudad en los tiempos de la reconstrucción, mejor sería situarlo en la reconstrucción misma, pues su entrada en esta zona es en 1940. Época en que Chillán y la zona todavía estaba despertando del trauma de la noche trágica del 24 de enero.
Además de sus proyectos arquitectónicos (casas, edificios, industrias, recintos deportivos, iglesias y templos), diseñó la Pileta Ornamental frente al correo, una novedad en su época por sus luces de colores; el monumento de Rotary en el acceso norte de la ciudad; el parque de la Avenida Argentina, con especies autóctonas, que lleva su nombre y el emblemático Estadio Municipal y sus piscinas (hoy desaparecido)
Reconocido por su sentido del humor, su sociabilidad, su calidad humana y profesional, falleció el 4 de mayo de 1990 y nació el 25 de diciembre de 1916; estudió arquitectura en la U. de Chile; se casó con Berta Cifuentes Burrell, también arquitecto y se radicaron en Chillán en participando activamente en la reconstrucción de la ciudad. Tuvieron 7 hijos, María Antonieta, Eduardo, Isabel Margarita (fallecida), Beatriz, Ana María, Verónica y Gonzalo.
Chillán Antiguo, recuerda a uno de los suyos.
jueves, 20 de septiembre de 2012
El Club del Ñuble Desde su creación hasta el terremoto de Chillán en 1939.
Juan Ignacio Basterrica Sandoval.
Taller de Cultura Regional. U.B.B
Fuente: Revista Quinchamali.
LA FUNDACIÓN
Este emblemático club social que al igual que sus predecesores estaba solo reservado para integrantes varones, y el cual marcó los años dorados de la sociabilidad de la elite ñublense, especialmente la chillaneja, nació por iniciativa de don Ismael Martín Mieres. Distinguido abogado y recordado Intendente de la provincia de Ñuble por quince años. Miembro de la connotada familia Martín de Chillán, formada por el eminente médico catalán, don Pelegrín Martín y Martí, y de la distinguida dama doña Isidora Mieres Lantaño.
Considerando el beneficio de que nuestra ciudad contara con una institución social permanente que fuera el núcleo que nutriera a la provincia de Ñuble de todo tipo de iniciativas destinadas a su adelanto y al bien común, don Ismael patrocinó junto a un selecto grupo de amigos y personalidades de las mas tradicionales familias chillanejas, la creación del Club del Ñuble o Club de Ñuble, el cual estaría llamado a convertirse en un sello para la sociabilidad de Ñuble y de prestigio en el país. De este llamado da cuenta el Diario La Discusión de 1878, en cuyas páginas se insertó el siguiente aviso de esta convocatoria;”Conforme a lo acordado por la reunión del 16 del presente, el domingo próximo a la 1 PM, en el Salón de Señoras, (dependencia del Salón de Familias, que se señalara en al numero anterior en el articulo sobre los Clubes Sociales de Ñuble) habrá junta general para discutir y aprobar los estatutos y dejar definitivamente establecido el Club Social. La Comisión”.
La idea tuvo gran aceptación en la elite ñublense, y finalmente el 22 de Junio de 1878 fue formalmente creado. Su primera directiva la conformaron; Don Luis del Fierro, como su primer presidente, quien mas tarde ocuparía la alcaldía de la ciudad. Tesorero; don Tomás Mac-Hale, conocido empresario contratista, quien realizó numerosas obras de adelanto para la ciudad, siendo también concesionario de las Termas de Chillán. Como Secretario don Andrés Gazmuri Albano, abogado de antigua familia chillaneja paterna y talquina por la materna, quien además ocuparía el cargo público de Defensor de menores en la provincia.
Entre la entusiasta nómina de los socios fundadores podemos mencionar entre otros a don Nicolás Alamos, Daniel Acuña, Juan José Ayala, Jorge Adwanter, Luis Barros Valdés , Dionisio Burboa, Eulogio Cortínez, Gonzalo Gazmuri, Carlos Gazmuri, David Gazmuri, Germán Gabler, Cirilo Gatica, Juan Fermín Gaete, Prudencio Goicoechea, Juan Larraechea, Cándido Lagos, Pelegrin Martín, Juan Merino, Victor Mora, Manuel Munita Gormaz, Camilo Munita Gormaz, Juan A. Ojeda, Wenceslao Ojeda, Polidoro Ojeda, José Bernardo Paredes, Delfín Pantoja, Bernardino Pradel, Juan José Palacios, José Manuel Rivera, Fermín Rivera, Juan de Dios Rivera, Diego Rivera, Gustavo Redon, Vicente Sandoval Medina, Pedro J. Solar, José Maria Solar, Evaristo Solar, Nicolás Tanco, Rafael Valdés.
EL INGRESO, Y SUS PRIMEROS SOCIOS.
Sus primeros estatutos eran bastante rígidos en el ingreso, por lo que fue ganándose la fama de club elitista. Lo cual no era tan exacto, pues la idea era recoger un conjunto homogéneo de miembros desde el punto de vista de las costumbres, la tradición y la honradez. No era fácil el ingreso, así el aspirante al club debía ser patrocinado por tres socios, quienes recogían la información del postulante acompañada de los respectivos documentos de respaldo. Esta solicitud junto a la información y documentación era analizada rigurosamente por una Junta calificadora compuesta por tres miembros designados, para luego pasarla a la directiva para su aprobación final. En esta junta se calificaba al aspirante y se estudiaban su historia familiar de al menos tres generaciones anteriores para evaluar sus antecedentes, tanto propios como familiares, los cuales incluían, nacionalidad, residencia, solvencia, honradez, probidad, filiación y constitución familiar de acuerdo a la legislación y a la moral. Muchos se abstenían de solicitar membrecía cuando había filiación natural en las generaciones estudiadas para evitar un bochornoso rechazo.
Sus estatutos fueron luego reformados en 1880 a fin de reglamentar el exigente sistema de postulación y calificación, con el propósito de hacerlo lo mas objetivo y transparente posible. A los aspirantes provenientes de las colonias extranjeras en un comienzo se les hacía muy dificil el ingreso. Posteriormente miembros de las colonias hispana, francesa, alemana e italiana se fueron incorporando paulatinamente.
Así a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, toda la elite tradicional de Ñuble y los representantes mas importantes de las colonias alemana, francesa e italiana y española se fueron incorporando al emblemático club social de Ñuble. Se suman así, familiares de los socios fundadores y amigos de las familias, incorporándose socios pertenecientes a las familias; Abascal, Acuña, Álamos, Alarcón, Álvarez Condarco, Amigo, Andrade, Arrau, Arriagada, Barra, Barros, Bórquez, Brunet, Bustamante, Bustos, Cabrera,Celedón, Cisternas, Cofré, Contreras, Cruz, Cruzat, Dañin, Dueñas, Escala, Fernández,Ferrada, Figueroa, Fonseca, Gana, Gatica, Gazmuri, Godoy, Gomez, Gutiérrez, Guzmán, Hernández, Hermosilla, Herreros, Ibáñez, Jarpa, Jofré, Jones, Labarca, Lagos, Lantaño, Larraechea, Lepeley, Letelier, Mardones, Márquez, Martín, Medina, Merino, Méndez, Mendoza, Molina, Mora, Munita, Muñoz, Ojeda, Orellana, Palacios, Palma, Paredes, Pérez, Pica, Pinto, Poblete, Pradel, Puga, Quezada, Quintana, Ramírez, Reyes, Riquelme, Rivas, Rivera, Rodríguez, Salazar, Sánchez, Sandoval, Sanhueza, San Martín, Santander, Santapau, Santelices, Sepúlveda, Serrano, Solar, Tanco, Torres, Valle (del), Vargas, Vega, Venegas, Videla, Vildósola, Yañez, Yávar, Urrutia, Unzueta, Zañartu, Zapata, entre muchos otros incorporados en el tiempo, provenientes de reconocidas familias criollas tradicionales o avecindadas en la zona.
Entre los componentes de familias extranjeras avecindadas, podemos señalar; Abatto, Andwanter, Autonell, Baettyg, Bissig, Blázquez, Blu, Cazenave, Collin, Choribit, Cuchacovich, Davidson,Delepine, Dubosq, Etchevers, Fischer, Friedl, Gallo, Gleisner, Gómez, Goldemberg, Ham, Heck, Janin, Jhungjohann, Junneman, Kehl, Larrere, Marcenaro,Martin, Mazzi, Midleton, Montti, Olalde, Pagueguy, Ribbeck, Rochetti, Roeschman, Rondanelli, Salomone, Schaeffer, Schleyer, Serra, Serrano, Sivori , Tondreau, Toha, Ulricksen, Vaccaro, Whicker, Witker, Yuffer, entre otros, algunos de los cuales ocuparon a través del tiempo cargos directivos y la presidencia del Club.
EL EDIFICIO Y SEDE FUNDACIONAL
El Club funcionó primero y desde su fundación, en un amplio y hermoso edificio de dos pisos ubicado en la calle Arauco al costado sur de la Catedral de Chillán frente a la Plaza de Armas, para luego algunas décadas antes del terremoto del año 1939 ubicarse en una nueva construcción en calle Constitución 444, casi al llegar a calle Dieciocho de Septiembre. Este edificio fundacional fue adquirido para el Club, por la desprendida contribución de sus socios fundadores, entre los que figuran los nombres de generosos socios que hicieron esto posible, destacándose los señores, Don Gonzalo Gazmuri, Delfin Pantoja, Fanor Paredes, Benjamin Rivera, José Miguel Martín, Manuel Wicker, Ricardo Solar, Ramón Lantaño, Narciso Tondreau, Guillermo H. Jones, Daniel Acuña entre otros.
En su edificación original había amplios espacios, un hermoso y amplio hall constituido como un gran espacio interior con un cielo vidriado que dejaba pasar la luz natural, disponiéndose a su alrededor las dependencias y salones, destacándose el salón de honor, todos bellamente decorados con muebles y esculturas europeas en bronce y peltre. Grandes retratos de Intendentes y personalidades que ocuparon la presidencia del club colgaban de los muros de la biblioteca y salón de lectura. Se contaba con el salón de honor, sala de fumadores, biblioteca, sala de Directorio, bar y cantina con mesas de juego para el cacho, una sala de billar y de billas, sala de póker y ajedrez, amplios comedores y dependencias domésticas. La oferta gastronómica que el Club ofrecía a sus socios, especialmente para los banquetes ofrecidos era muy variada y rica en platos franceses debido a la gran influencia de la importante colonia francesa establecida en Chillán y a la influencia de la belle epoque en esos tiempos en nuestro país.
El Club de Ñuble funcionó ininterrumpidamente hasta el año 1939 en que fuera destruido su edificio por el sismo y un incendio, y solo cerró sus puertas por algunos días durante los duros acontecimientos que se dieron en 1891.Recordemos que algunos de sus socios eran decididamente liberales y balmacedistas, de hecho y a modo de ejemplo don Luis del Fierro, su primer presidente y socio fundador, que en 1891 era el Alcalde de Chillán, tuvo que buscar refugio en la Hacienda Zemita de don Francisco Rivas Cruz una vez que el presidente fuera vencido por las fuerzas de los congresistas. Sin duda tiempos difíciles en que la lucha fraternal de posiciones cobró vidas, destrucción de la propiedad pública y privada. Chillán no estuvo ajeno a ello aunque en menor grado que en la capital y otras zonas del país. Así y todo el Club, pese a tener su mayoría de socios de tendencia liberal, sufrió pocos daños. El prestigio alcanzado por las obras que allí se engendraron le rodeó del respeto que fue su escudo protector ante tanta adversidad y contra las debilidades humanas del revanchismo político.
LA SOCIABILIDAD Y LAS OBRAS DE PROGRESO NACIDAS EN EL CLUB DE ÑUBLE.
En sus antiguos salones se idearon notables iniciativas en pos del progreso de Chillán y Ñuble, allí nacieron las bases de la creación del Cuerpo de Bomberos de Chillán a iniciativa de don Ismael Martín Mieres y un selecto grupo de socios. Se concretó en 1886 la sociedad comercial que daría origen al “Banco de Ñuble” a iniciativa del comerciante santiaguino don Vicente Cruchaga, contando con el apoyo de numerosos socios del club. De la misma manera allí se consolidó la sociedad de carros de sangre denominada “Ferrocarril Urbano de Chillán Ltda”, la que vio la luz hacia 1884 en nuestra ciudad. Igualmente se gestó en sus salones en 1890 la fundación de “La Sociedad Liceo de Niñas de Chillán”, que fuera el antecedente del actual Liceo de Niñas, el cual en 1901 pasó a ser una institución fiscal. Importantes instituciones de beneficencia como la Gota de Leche se gesta aquí, y La creación de la Cruz Roja en Chillán obtuvo el empuje necesario en este recinto. En fin, fueron innumerables las iniciativas para el progreso material de Chillán y Ñuble que vieron la luz en las dependencias del Club de Ñuble.
Hacia 1928, la directiva del Club estaba conformada de la siguiente manera; Presidente; el Sr, don Armando Martín Villalobos, recordado socio y presidente honorario, alcalde de Chillán y parlamentario. Directores los señores; don Sucre Gazmuri Arrau, don Gustavo Schleyer, don Luis Lepeley, y don Renato Puga Jarpa. El número de socios en esa fecha era de 250.
En sus salones se planificaron grandes banquetes y recepciones para celebrar el cambio de siglo en 1900, el centenario nacional en 1910, el centenario de Chillán en 1935, las fiestas de la primavera preparando sus propios carros florales hacia 1910 en adelante. También hubo recepciones de autoridades, despedidas de soltero, bailes de presentación en sociedad, entre otras diversas manifestaciones sociales .En el club además se celebraron importantes cierres de negocios entre sus socios, y se debatieron importantes acuerdos políticos en pos del desarrollo de Ñuble. Todas actividades sociales y obras de adelanto consecuentes a lo establecido en sus estatutos, en los que se indicaba que el fin del Club, era “ser un centro de reunión social destinado a proporcionar a sus socios un sitio confortable para reunirse, fomentar la sociabilidad y hablar de negocios y otras actividades del diario vivir, en un ambiente amable, culto y distinguido”.
EL FIN DE UNA ETAPA
El Club de Ñuble cobró un prestigio de carácter nacional, siendo reconocido junto con El Club de La Unión de Santiago, el Club de Septiembre, el Club de Talca, el Club Concepción y el de Viña del Mar, como los mas representativos de la sociabilidad chilena hasta mediados del siglo XX. En la década del cincuenta por ejemplo, había homologación de socios con los miembros de Club Concepción. El Terremoto del 24 de Enero de 1939, destruye a Chillán y al emblemático edificio del Club, el que ya se había resentido con el terremoto de Talca de 1928 y que había sido restaurado. El sismo redujo a escombros la construcción perdiendo la vida a consecuencia de ello algunos socios como fue el caso de los Sres. Rivera y Delepine y algunos empleados que esa noche se encontraban en sus dependencias. Un incendio producto del terremoto terminó por dar el tiro de gracia, prácticamente toda su valioso contenido incluido sus libros de actas, biblioteca y archivos se destruyeron entre escombros y fuego.
Desde 1939 hasta el presente la historia del Club de Ñuble, está debidamente registrada en los libros de su secretaría, dividiéndose la era posterior al terremoto en dos etapas. La primera que comienza con la construcción del nuevo edificio institucional en calle Constitución 444 bajo la presidencia del Sr. Eduardo Sanhueza Martín (1939-1945), etapa que marca el renacer del Club con notable influjo en la elite de la sociedad ñublense desde los años 1940 hasta comienzos de 1970 y que termina con la venta del edificio por las difíciles circunstancias políticas y sociales de aquellos años. Y por último la segunda y actual etapa, generada a partir de la edificación de su nueva sede ubicada en calle Dieciocho de Septiembre de Chillán.
Taller de Cultura Regional. U.B.B
Fuente: Revista Quinchamali.
LA FUNDACIÓN
Este emblemático club social que al igual que sus predecesores estaba solo reservado para integrantes varones, y el cual marcó los años dorados de la sociabilidad de la elite ñublense, especialmente la chillaneja, nació por iniciativa de don Ismael Martín Mieres. Distinguido abogado y recordado Intendente de la provincia de Ñuble por quince años. Miembro de la connotada familia Martín de Chillán, formada por el eminente médico catalán, don Pelegrín Martín y Martí, y de la distinguida dama doña Isidora Mieres Lantaño.
Considerando el beneficio de que nuestra ciudad contara con una institución social permanente que fuera el núcleo que nutriera a la provincia de Ñuble de todo tipo de iniciativas destinadas a su adelanto y al bien común, don Ismael patrocinó junto a un selecto grupo de amigos y personalidades de las mas tradicionales familias chillanejas, la creación del Club del Ñuble o Club de Ñuble, el cual estaría llamado a convertirse en un sello para la sociabilidad de Ñuble y de prestigio en el país. De este llamado da cuenta el Diario La Discusión de 1878, en cuyas páginas se insertó el siguiente aviso de esta convocatoria;”Conforme a lo acordado por la reunión del 16 del presente, el domingo próximo a la 1 PM, en el Salón de Señoras, (dependencia del Salón de Familias, que se señalara en al numero anterior en el articulo sobre los Clubes Sociales de Ñuble) habrá junta general para discutir y aprobar los estatutos y dejar definitivamente establecido el Club Social. La Comisión”.
La idea tuvo gran aceptación en la elite ñublense, y finalmente el 22 de Junio de 1878 fue formalmente creado. Su primera directiva la conformaron; Don Luis del Fierro, como su primer presidente, quien mas tarde ocuparía la alcaldía de la ciudad. Tesorero; don Tomás Mac-Hale, conocido empresario contratista, quien realizó numerosas obras de adelanto para la ciudad, siendo también concesionario de las Termas de Chillán. Como Secretario don Andrés Gazmuri Albano, abogado de antigua familia chillaneja paterna y talquina por la materna, quien además ocuparía el cargo público de Defensor de menores en la provincia.
Entre la entusiasta nómina de los socios fundadores podemos mencionar entre otros a don Nicolás Alamos, Daniel Acuña, Juan José Ayala, Jorge Adwanter, Luis Barros Valdés , Dionisio Burboa, Eulogio Cortínez, Gonzalo Gazmuri, Carlos Gazmuri, David Gazmuri, Germán Gabler, Cirilo Gatica, Juan Fermín Gaete, Prudencio Goicoechea, Juan Larraechea, Cándido Lagos, Pelegrin Martín, Juan Merino, Victor Mora, Manuel Munita Gormaz, Camilo Munita Gormaz, Juan A. Ojeda, Wenceslao Ojeda, Polidoro Ojeda, José Bernardo Paredes, Delfín Pantoja, Bernardino Pradel, Juan José Palacios, José Manuel Rivera, Fermín Rivera, Juan de Dios Rivera, Diego Rivera, Gustavo Redon, Vicente Sandoval Medina, Pedro J. Solar, José Maria Solar, Evaristo Solar, Nicolás Tanco, Rafael Valdés.
EL INGRESO, Y SUS PRIMEROS SOCIOS.
Sus primeros estatutos eran bastante rígidos en el ingreso, por lo que fue ganándose la fama de club elitista. Lo cual no era tan exacto, pues la idea era recoger un conjunto homogéneo de miembros desde el punto de vista de las costumbres, la tradición y la honradez. No era fácil el ingreso, así el aspirante al club debía ser patrocinado por tres socios, quienes recogían la información del postulante acompañada de los respectivos documentos de respaldo. Esta solicitud junto a la información y documentación era analizada rigurosamente por una Junta calificadora compuesta por tres miembros designados, para luego pasarla a la directiva para su aprobación final. En esta junta se calificaba al aspirante y se estudiaban su historia familiar de al menos tres generaciones anteriores para evaluar sus antecedentes, tanto propios como familiares, los cuales incluían, nacionalidad, residencia, solvencia, honradez, probidad, filiación y constitución familiar de acuerdo a la legislación y a la moral. Muchos se abstenían de solicitar membrecía cuando había filiación natural en las generaciones estudiadas para evitar un bochornoso rechazo.
Sus estatutos fueron luego reformados en 1880 a fin de reglamentar el exigente sistema de postulación y calificación, con el propósito de hacerlo lo mas objetivo y transparente posible. A los aspirantes provenientes de las colonias extranjeras en un comienzo se les hacía muy dificil el ingreso. Posteriormente miembros de las colonias hispana, francesa, alemana e italiana se fueron incorporando paulatinamente.
Así a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, toda la elite tradicional de Ñuble y los representantes mas importantes de las colonias alemana, francesa e italiana y española se fueron incorporando al emblemático club social de Ñuble. Se suman así, familiares de los socios fundadores y amigos de las familias, incorporándose socios pertenecientes a las familias; Abascal, Acuña, Álamos, Alarcón, Álvarez Condarco, Amigo, Andrade, Arrau, Arriagada, Barra, Barros, Bórquez, Brunet, Bustamante, Bustos, Cabrera,Celedón, Cisternas, Cofré, Contreras, Cruz, Cruzat, Dañin, Dueñas, Escala, Fernández,Ferrada, Figueroa, Fonseca, Gana, Gatica, Gazmuri, Godoy, Gomez, Gutiérrez, Guzmán, Hernández, Hermosilla, Herreros, Ibáñez, Jarpa, Jofré, Jones, Labarca, Lagos, Lantaño, Larraechea, Lepeley, Letelier, Mardones, Márquez, Martín, Medina, Merino, Méndez, Mendoza, Molina, Mora, Munita, Muñoz, Ojeda, Orellana, Palacios, Palma, Paredes, Pérez, Pica, Pinto, Poblete, Pradel, Puga, Quezada, Quintana, Ramírez, Reyes, Riquelme, Rivas, Rivera, Rodríguez, Salazar, Sánchez, Sandoval, Sanhueza, San Martín, Santander, Santapau, Santelices, Sepúlveda, Serrano, Solar, Tanco, Torres, Valle (del), Vargas, Vega, Venegas, Videla, Vildósola, Yañez, Yávar, Urrutia, Unzueta, Zañartu, Zapata, entre muchos otros incorporados en el tiempo, provenientes de reconocidas familias criollas tradicionales o avecindadas en la zona.
Entre los componentes de familias extranjeras avecindadas, podemos señalar; Abatto, Andwanter, Autonell, Baettyg, Bissig, Blázquez, Blu, Cazenave, Collin, Choribit, Cuchacovich, Davidson,Delepine, Dubosq, Etchevers, Fischer, Friedl, Gallo, Gleisner, Gómez, Goldemberg, Ham, Heck, Janin, Jhungjohann, Junneman, Kehl, Larrere, Marcenaro,Martin, Mazzi, Midleton, Montti, Olalde, Pagueguy, Ribbeck, Rochetti, Roeschman, Rondanelli, Salomone, Schaeffer, Schleyer, Serra, Serrano, Sivori , Tondreau, Toha, Ulricksen, Vaccaro, Whicker, Witker, Yuffer, entre otros, algunos de los cuales ocuparon a través del tiempo cargos directivos y la presidencia del Club.
EL EDIFICIO Y SEDE FUNDACIONAL
El Club funcionó primero y desde su fundación, en un amplio y hermoso edificio de dos pisos ubicado en la calle Arauco al costado sur de la Catedral de Chillán frente a la Plaza de Armas, para luego algunas décadas antes del terremoto del año 1939 ubicarse en una nueva construcción en calle Constitución 444, casi al llegar a calle Dieciocho de Septiembre. Este edificio fundacional fue adquirido para el Club, por la desprendida contribución de sus socios fundadores, entre los que figuran los nombres de generosos socios que hicieron esto posible, destacándose los señores, Don Gonzalo Gazmuri, Delfin Pantoja, Fanor Paredes, Benjamin Rivera, José Miguel Martín, Manuel Wicker, Ricardo Solar, Ramón Lantaño, Narciso Tondreau, Guillermo H. Jones, Daniel Acuña entre otros.
En su edificación original había amplios espacios, un hermoso y amplio hall constituido como un gran espacio interior con un cielo vidriado que dejaba pasar la luz natural, disponiéndose a su alrededor las dependencias y salones, destacándose el salón de honor, todos bellamente decorados con muebles y esculturas europeas en bronce y peltre. Grandes retratos de Intendentes y personalidades que ocuparon la presidencia del club colgaban de los muros de la biblioteca y salón de lectura. Se contaba con el salón de honor, sala de fumadores, biblioteca, sala de Directorio, bar y cantina con mesas de juego para el cacho, una sala de billar y de billas, sala de póker y ajedrez, amplios comedores y dependencias domésticas. La oferta gastronómica que el Club ofrecía a sus socios, especialmente para los banquetes ofrecidos era muy variada y rica en platos franceses debido a la gran influencia de la importante colonia francesa establecida en Chillán y a la influencia de la belle epoque en esos tiempos en nuestro país.
El Club de Ñuble funcionó ininterrumpidamente hasta el año 1939 en que fuera destruido su edificio por el sismo y un incendio, y solo cerró sus puertas por algunos días durante los duros acontecimientos que se dieron en 1891.Recordemos que algunos de sus socios eran decididamente liberales y balmacedistas, de hecho y a modo de ejemplo don Luis del Fierro, su primer presidente y socio fundador, que en 1891 era el Alcalde de Chillán, tuvo que buscar refugio en la Hacienda Zemita de don Francisco Rivas Cruz una vez que el presidente fuera vencido por las fuerzas de los congresistas. Sin duda tiempos difíciles en que la lucha fraternal de posiciones cobró vidas, destrucción de la propiedad pública y privada. Chillán no estuvo ajeno a ello aunque en menor grado que en la capital y otras zonas del país. Así y todo el Club, pese a tener su mayoría de socios de tendencia liberal, sufrió pocos daños. El prestigio alcanzado por las obras que allí se engendraron le rodeó del respeto que fue su escudo protector ante tanta adversidad y contra las debilidades humanas del revanchismo político.
LA SOCIABILIDAD Y LAS OBRAS DE PROGRESO NACIDAS EN EL CLUB DE ÑUBLE.
En sus antiguos salones se idearon notables iniciativas en pos del progreso de Chillán y Ñuble, allí nacieron las bases de la creación del Cuerpo de Bomberos de Chillán a iniciativa de don Ismael Martín Mieres y un selecto grupo de socios. Se concretó en 1886 la sociedad comercial que daría origen al “Banco de Ñuble” a iniciativa del comerciante santiaguino don Vicente Cruchaga, contando con el apoyo de numerosos socios del club. De la misma manera allí se consolidó la sociedad de carros de sangre denominada “Ferrocarril Urbano de Chillán Ltda”, la que vio la luz hacia 1884 en nuestra ciudad. Igualmente se gestó en sus salones en 1890 la fundación de “La Sociedad Liceo de Niñas de Chillán”, que fuera el antecedente del actual Liceo de Niñas, el cual en 1901 pasó a ser una institución fiscal. Importantes instituciones de beneficencia como la Gota de Leche se gesta aquí, y La creación de la Cruz Roja en Chillán obtuvo el empuje necesario en este recinto. En fin, fueron innumerables las iniciativas para el progreso material de Chillán y Ñuble que vieron la luz en las dependencias del Club de Ñuble.
Hacia 1928, la directiva del Club estaba conformada de la siguiente manera; Presidente; el Sr, don Armando Martín Villalobos, recordado socio y presidente honorario, alcalde de Chillán y parlamentario. Directores los señores; don Sucre Gazmuri Arrau, don Gustavo Schleyer, don Luis Lepeley, y don Renato Puga Jarpa. El número de socios en esa fecha era de 250.
En sus salones se planificaron grandes banquetes y recepciones para celebrar el cambio de siglo en 1900, el centenario nacional en 1910, el centenario de Chillán en 1935, las fiestas de la primavera preparando sus propios carros florales hacia 1910 en adelante. También hubo recepciones de autoridades, despedidas de soltero, bailes de presentación en sociedad, entre otras diversas manifestaciones sociales .En el club además se celebraron importantes cierres de negocios entre sus socios, y se debatieron importantes acuerdos políticos en pos del desarrollo de Ñuble. Todas actividades sociales y obras de adelanto consecuentes a lo establecido en sus estatutos, en los que se indicaba que el fin del Club, era “ser un centro de reunión social destinado a proporcionar a sus socios un sitio confortable para reunirse, fomentar la sociabilidad y hablar de negocios y otras actividades del diario vivir, en un ambiente amable, culto y distinguido”.
EL FIN DE UNA ETAPA
El Club de Ñuble cobró un prestigio de carácter nacional, siendo reconocido junto con El Club de La Unión de Santiago, el Club de Septiembre, el Club de Talca, el Club Concepción y el de Viña del Mar, como los mas representativos de la sociabilidad chilena hasta mediados del siglo XX. En la década del cincuenta por ejemplo, había homologación de socios con los miembros de Club Concepción. El Terremoto del 24 de Enero de 1939, destruye a Chillán y al emblemático edificio del Club, el que ya se había resentido con el terremoto de Talca de 1928 y que había sido restaurado. El sismo redujo a escombros la construcción perdiendo la vida a consecuencia de ello algunos socios como fue el caso de los Sres. Rivera y Delepine y algunos empleados que esa noche se encontraban en sus dependencias. Un incendio producto del terremoto terminó por dar el tiro de gracia, prácticamente toda su valioso contenido incluido sus libros de actas, biblioteca y archivos se destruyeron entre escombros y fuego.
Desde 1939 hasta el presente la historia del Club de Ñuble, está debidamente registrada en los libros de su secretaría, dividiéndose la era posterior al terremoto en dos etapas. La primera que comienza con la construcción del nuevo edificio institucional en calle Constitución 444 bajo la presidencia del Sr. Eduardo Sanhueza Martín (1939-1945), etapa que marca el renacer del Club con notable influjo en la elite de la sociedad ñublense desde los años 1940 hasta comienzos de 1970 y que termina con la venta del edificio por las difíciles circunstancias políticas y sociales de aquellos años. Y por último la segunda y actual etapa, generada a partir de la edificación de su nueva sede ubicada en calle Dieciocho de Septiembre de Chillán.
domingo, 26 de agosto de 2012
Reseña Histórica de la Policía de Chillán
(Album Histórico de la Policía de Chile-1927- Compilado y editado por la Empresa Editora Atenea – Santiago República de Chile)Grupo Chillán Antiguo.
Antiguamente en Chillán como en las distintas ciudades del sur del Chile de la segunda mitad del s. XIX se resguardaban casi por si solas, pues era muy raro el caso de que en ellos se cometiera un crimen o se efectuara un robo, pero a raíz del terremoto de 1835, y su actual emplazamiento (leer historia de Chillán y sus fundaciones); muchas familias quedaron en la mayor desprotección, haciéndose sentir entonces la fragilidad del desamparo, por cuyo motivo en el nuevo y viejo Chillán se perpetuaron varios delitos contra la propiedad ajena, efectuados por algunos malos elementos existentes; al decir de la historiadora Alejandra Araya, los “ociosos, vagabundos y malentretenidos” venidos de afuera y por cuyo motivo el Supremo Gobierno bajo la presidencia de don Manuel Bulnes, por Decreto Nº 46 de fecha 11 de agosto del año 1845, ordenó la creación en Chillán del primer Cuerpo de serenos a fin de que tuviera a su cargo el resguardo del orden, vidas y propiedades.
La dotación de este Cuerpo, en sus principios, fue de un Cabo Jefe (con catorce pesos al mes al mes) y de siete serenos, dos de ellos nombrados con ocho pesos cada uno y los cinco restantes de infantería con seis pesos mensuales, serenos éstos que según el decreto ya mencionado quedaban bajo las órdenes del sr. Gobernador, quién para poder sufragar gastos que ese Cuerpo demandara y dando cumplimiento al Decreto Nº 47 de fecha 20 del mismo mes y año, debía por intermedio de un recaudador imponer una pequeña contribución a todos los comerciantes de la ciudad según el capital o importancia del negocio o industria de que eran dueños o administradores.
Bajo la vigilancia del mencionado Cuerpo de Serenos permaneció la ciudad de Chillán hasta el año 1854, fecha en que el Supremo Gobierno por Decreto Supremo Nº 448 del 8 de noviembre ordenó que este Cuerpo pasara a las órdenes de las Municipalidades creadas por el mismo decreto, Corporaciones éstas que desde esa época debían seguir sufragando los gastos que demandara el sostenimiento de los serenos, nombre éste que ya perdieron para seguir llamándose policías.
Tanto la Municipalidad de Chillán como otras mantuvieron bajo su poder autónomo, más como arma política que para el resguardo del orden, a las policías hasta que por Ley Nº 344 de fecha 12 de febrero de 1896, el Supremo Gobierno ordenó que el Cuerpo de Policía Municipal pasara a poder del Fisco, quien, en lo sucesivo, debía darle nueva organización y rentarlo de su cuenta.
Posteriormente y con fecha 1º de septiembre del mismo año, el Alcalde de la Comuna de Chillán sr. Fanor Paredes dando cumplimiento al decreto aludido, hizo entrega al sr. Intendente de la provincia, don Rafael Puelma, del Cuerpo de Policía que en ese entonces se componía de la siguiente dotación:
1 Comandante: señor Zenón Canales.
1 Capitán Ayudante: señor Lindorfo de la Fuente.
1 Contador: señor Carlos E. Fournier.
2 Tenientes 1.os: señores Alfredo Villagra y Pedro N. de la Peña.
4 Suboficiales: señores Valentin Azcuy, Juan José Sepúlveda, Juan Pablo Soto y Artemio Ramírez.
Más dos Sargentos 1.os, cuatro Sargentos Segundos, ocho Cabos 1.os, ocho Cabos Segundos y seis Soldados que hacían un total de de ciento ocho (108) individuos de tropa, número éste que, ya en ese entonces según comunicaciones del señor Intendente de la Provincia al señor Ministro del Interior, se hacía exiguo, por cuyo motivo al dar cuenta de la recepción de este cuerpo pedía su aumento.
Poco tiempo después, el Gobierno cambió el grado de los Jefes y Oficiales de las Policías de la República, llamándolos Prefectos, Comisarios, etc, hasta que por Ley Nº 4052 del 8 de septiembre de 1924 se dio a las policías la organización actual, creándose el escalafón y aumentando los sueldos de sus miembros, con lo cual la Institución pasó a ser, tal vez, la primera de Sud-América.
Antiguamente en Chillán como en las distintas ciudades del sur del Chile de la segunda mitad del s. XIX se resguardaban casi por si solas, pues era muy raro el caso de que en ellos se cometiera un crimen o se efectuara un robo, pero a raíz del terremoto de 1835, y su actual emplazamiento (leer historia de Chillán y sus fundaciones); muchas familias quedaron en la mayor desprotección, haciéndose sentir entonces la fragilidad del desamparo, por cuyo motivo en el nuevo y viejo Chillán se perpetuaron varios delitos contra la propiedad ajena, efectuados por algunos malos elementos existentes; al decir de la historiadora Alejandra Araya, los “ociosos, vagabundos y malentretenidos” venidos de afuera y por cuyo motivo el Supremo Gobierno bajo la presidencia de don Manuel Bulnes, por Decreto Nº 46 de fecha 11 de agosto del año 1845, ordenó la creación en Chillán del primer Cuerpo de serenos a fin de que tuviera a su cargo el resguardo del orden, vidas y propiedades.
La dotación de este Cuerpo, en sus principios, fue de un Cabo Jefe (con catorce pesos al mes al mes) y de siete serenos, dos de ellos nombrados con ocho pesos cada uno y los cinco restantes de infantería con seis pesos mensuales, serenos éstos que según el decreto ya mencionado quedaban bajo las órdenes del sr. Gobernador, quién para poder sufragar gastos que ese Cuerpo demandara y dando cumplimiento al Decreto Nº 47 de fecha 20 del mismo mes y año, debía por intermedio de un recaudador imponer una pequeña contribución a todos los comerciantes de la ciudad según el capital o importancia del negocio o industria de que eran dueños o administradores.
Bajo la vigilancia del mencionado Cuerpo de Serenos permaneció la ciudad de Chillán hasta el año 1854, fecha en que el Supremo Gobierno por Decreto Supremo Nº 448 del 8 de noviembre ordenó que este Cuerpo pasara a las órdenes de las Municipalidades creadas por el mismo decreto, Corporaciones éstas que desde esa época debían seguir sufragando los gastos que demandara el sostenimiento de los serenos, nombre éste que ya perdieron para seguir llamándose policías.
Tanto la Municipalidad de Chillán como otras mantuvieron bajo su poder autónomo, más como arma política que para el resguardo del orden, a las policías hasta que por Ley Nº 344 de fecha 12 de febrero de 1896, el Supremo Gobierno ordenó que el Cuerpo de Policía Municipal pasara a poder del Fisco, quien, en lo sucesivo, debía darle nueva organización y rentarlo de su cuenta.
Posteriormente y con fecha 1º de septiembre del mismo año, el Alcalde de la Comuna de Chillán sr. Fanor Paredes dando cumplimiento al decreto aludido, hizo entrega al sr. Intendente de la provincia, don Rafael Puelma, del Cuerpo de Policía que en ese entonces se componía de la siguiente dotación:
1 Comandante: señor Zenón Canales.
1 Capitán Ayudante: señor Lindorfo de la Fuente.
1 Contador: señor Carlos E. Fournier.
2 Tenientes 1.os: señores Alfredo Villagra y Pedro N. de la Peña.
4 Suboficiales: señores Valentin Azcuy, Juan José Sepúlveda, Juan Pablo Soto y Artemio Ramírez.
Más dos Sargentos 1.os, cuatro Sargentos Segundos, ocho Cabos 1.os, ocho Cabos Segundos y seis Soldados que hacían un total de de ciento ocho (108) individuos de tropa, número éste que, ya en ese entonces según comunicaciones del señor Intendente de la Provincia al señor Ministro del Interior, se hacía exiguo, por cuyo motivo al dar cuenta de la recepción de este cuerpo pedía su aumento.
Poco tiempo después, el Gobierno cambió el grado de los Jefes y Oficiales de las Policías de la República, llamándolos Prefectos, Comisarios, etc, hasta que por Ley Nº 4052 del 8 de septiembre de 1924 se dio a las policías la organización actual, creándose el escalafón y aumentando los sueldos de sus miembros, con lo cual la Institución pasó a ser, tal vez, la primera de Sud-América.
sábado, 11 de agosto de 2012
Marta Brunet, gran escritora local y “gran olvidada”
p. Patricia Orellana Cea
Un 9 de agosto de 1897 nació en Chillán Marta Brunet Cáraves, quien con el transcurso de los años se convertiría en una de las escritoras más notables del país. Novelista (se la ubica en la Generación del 27), diplomática y periodista, sus padres fueron Ambrosio Brunet Molina, y su madre, la española Presentación Cáraves.
Hija única, nació en un hogar acomodado. Su padre tenía en Chillán un gran almacén en el sector del Mercado, por calle 5 de Abril. Ahí habría estado la casa habitación de la familia, pero también se la da en Purén o Cocharcas y también en 5 de Abril frente a la Casa del Deporte. Lo cierto es que el gran almacén de los Brunet sí estaba frente al Mercado.
A la temprana edad de 11 años la familia decide radicarse en un fundo que tenía en Pailahueque (IX Región). Su educación la recibe de profesores particulares e intitutrices. A los 14 años recorre Europa junto a sus padres. Más tarde comienza a escribir y sus primeras publicaciones las hace en las páginas de LA DISCUSIÓN.
Luego viene, en 1923, “Montaña adentro” y la escritora no para de producir obras notables. En este recorrido, especialmente en los inicios, recibe el reconocimiento e importante respaldo de crítica de Hernán Díaz Arrieta “Alone”; similares conceptos tuvo para Marta nada menos que Gabriela Mistral. Obtuvo numerosos premios, siendo el más importante el año 1961, el Premio Nacional de Literatura. El 7 de junio de 1962, en un acto público el municipio local la declara “Hija Ilustre de Chillán”.
Marta Brunet fallece el 27 de octubre de 1967, mientras daba lectura a su discurso de incorporación a la Academia Uruguaya de Letras, en Montevideo.
MARTA Y CHILLÁN
¿Está en deuda Chillán con Marta Brunet? ¿Se le ha reconocido lo suficiente¿ ¿Se fomenta en distintos niveles la lectura de sus obras, especialmente entre los niños?
En su ciudad natal el Liceo de Niñas lleva su nombre. Una villa habitacional vecina a El Tejar también. Y la Corporación Arte & Cultura, institución artístico-cultural chillaneja bautizó su pequeña biblioteca con el nombre de la escritora.
El historiador Marco Aurelio Reyes cree que Chillán está absolutamente en deuda con Marta Brunet. “Creo que sigue siendo olvidada. No ha sido suficientemente reconocida por su propia gente. Otros sí, todos muy valiosos, pero ella no ha tenido la misma suerte. Bueno, son muchos los que siguen en el olvido. Pero estimo que se debe reparar ese injustificado olvido”.
Alejandro Witker, también historiador, afirma que “vaya que sí Chillán sigue en deuda con esta extraordinaria mujer, reconocida en otras latitudes y que se ha dicho, fue una adelantada en materia de literatura femenina. La UBB, en un proyecto común, quisimos publicar las obras completas en una excelente edición, pero se nos adelantaron las universidades Padre Hurtado y de Chile. Se dice que un óleo de la pintora Tupper donado al liceo por la escritora, fue regalado más tarde”.
Carlos Ibacache, profesor, al igual que Witker, estiman que en el mismo liceo debería habilitarse a lo menos un par de salas en las que se pueda acceder a sus obras, su historia, registros fotográfico, etc. El liceo sería como el lugar natural, lleva su nombre, argumentan.
Los restos de la novelista descansan en el Cementerio General en Santiago y en la tumba hay un monolito de la otra gran Marta de Chillán, la Colvin.
Un 9 de agosto de 1897 nació en Chillán Marta Brunet Cáraves, quien con el transcurso de los años se convertiría en una de las escritoras más notables del país. Novelista (se la ubica en la Generación del 27), diplomática y periodista, sus padres fueron Ambrosio Brunet Molina, y su madre, la española Presentación Cáraves.
Hija única, nació en un hogar acomodado. Su padre tenía en Chillán un gran almacén en el sector del Mercado, por calle 5 de Abril. Ahí habría estado la casa habitación de la familia, pero también se la da en Purén o Cocharcas y también en 5 de Abril frente a la Casa del Deporte. Lo cierto es que el gran almacén de los Brunet sí estaba frente al Mercado.
A la temprana edad de 11 años la familia decide radicarse en un fundo que tenía en Pailahueque (IX Región). Su educación la recibe de profesores particulares e intitutrices. A los 14 años recorre Europa junto a sus padres. Más tarde comienza a escribir y sus primeras publicaciones las hace en las páginas de LA DISCUSIÓN.
Luego viene, en 1923, “Montaña adentro” y la escritora no para de producir obras notables. En este recorrido, especialmente en los inicios, recibe el reconocimiento e importante respaldo de crítica de Hernán Díaz Arrieta “Alone”; similares conceptos tuvo para Marta nada menos que Gabriela Mistral. Obtuvo numerosos premios, siendo el más importante el año 1961, el Premio Nacional de Literatura. El 7 de junio de 1962, en un acto público el municipio local la declara “Hija Ilustre de Chillán”.
Marta Brunet fallece el 27 de octubre de 1967, mientras daba lectura a su discurso de incorporación a la Academia Uruguaya de Letras, en Montevideo.
MARTA Y CHILLÁN
¿Está en deuda Chillán con Marta Brunet? ¿Se le ha reconocido lo suficiente¿ ¿Se fomenta en distintos niveles la lectura de sus obras, especialmente entre los niños?
En su ciudad natal el Liceo de Niñas lleva su nombre. Una villa habitacional vecina a El Tejar también. Y la Corporación Arte & Cultura, institución artístico-cultural chillaneja bautizó su pequeña biblioteca con el nombre de la escritora.
El historiador Marco Aurelio Reyes cree que Chillán está absolutamente en deuda con Marta Brunet. “Creo que sigue siendo olvidada. No ha sido suficientemente reconocida por su propia gente. Otros sí, todos muy valiosos, pero ella no ha tenido la misma suerte. Bueno, son muchos los que siguen en el olvido. Pero estimo que se debe reparar ese injustificado olvido”.
Alejandro Witker, también historiador, afirma que “vaya que sí Chillán sigue en deuda con esta extraordinaria mujer, reconocida en otras latitudes y que se ha dicho, fue una adelantada en materia de literatura femenina. La UBB, en un proyecto común, quisimos publicar las obras completas en una excelente edición, pero se nos adelantaron las universidades Padre Hurtado y de Chile. Se dice que un óleo de la pintora Tupper donado al liceo por la escritora, fue regalado más tarde”.
Carlos Ibacache, profesor, al igual que Witker, estiman que en el mismo liceo debería habilitarse a lo menos un par de salas en las que se pueda acceder a sus obras, su historia, registros fotográfico, etc. El liceo sería como el lugar natural, lleva su nombre, argumentan.
Los restos de la novelista descansan en el Cementerio General en Santiago y en la tumba hay un monolito de la otra gran Marta de Chillán, la Colvin.
Un 9 de agosto de 1897 nació en Chillán Marta Brunet Cáraves, quien con el transcurso de los años se convertiría en una de las escritoras más notables del país. Novelista (se la ubica en la Generación del 27), diplomática y periodista, sus padres fueron Ambrosio Brunet Molina, y su madre, la española Presentación Cáraves.
Hija única, nació en un hogar acomodado. Su padre tenía en Chillán un gran almacén en el sector del Mercado, por calle 5 de Abril. Ahí habría estado la casa habitación de la familia, pero también se la da en Purén o Cocharcas y también en 5 de Abril frente a la Casa del Deporte. Lo cierto es que el gran almacén de los Brunet sí estaba frente al Mercado.
A la temprana edad de 11 años la familia decide radicarse en un fundo que tenía en Pailahueque (IX Región). Su educación la recibe de profesores particulares e intitutrices. A los 14 años recorre Europa junto a sus padres. Más tarde comienza a escribir y sus primeras publicaciones las hace en las páginas de LA DISCUSIÓN.
Luego viene, en 1923, “Montaña adentro” y la escritora no para de producir obras notables. En este recorrido, especialmente en los inicios, recibe el reconocimiento e importante respaldo de crítica de Hernán Díaz Arrieta “Alone”; similares conceptos tuvo para Marta nada menos que Gabriela Mistral. Obtuvo numerosos premios, siendo el más importante el año 1961, el Premio Nacional de Literatura. El 7 de junio de 1962, en un acto público el municipio local la declara “Hija Ilustre de Chillán”.
Marta Brunet fallece el 27 de octubre de 1967, mientras daba lectura a su discurso de incorporación a la Academia Uruguaya de Letras, en Montevideo.
MARTA Y CHILLÁN
¿Está en deuda Chillán con Marta Brunet? ¿Se le ha reconocido lo suficiente¿ ¿Se fomenta en distintos niveles la lectura de sus obras, especialmente entre los niños?
En su ciudad natal el Liceo de Niñas lleva su nombre. Una villa habitacional vecina a El Tejar también. Y la Corporación Arte & Cultura, institución artístico-cultural chillaneja bautizó su pequeña biblioteca con el nombre de la escritora.
El historiador Marco Aurelio Reyes cree que Chillán está absolutamente en deuda con Marta Brunet. “Creo que sigue siendo olvidada. No ha sido suficientemente reconocida por su propia gente. Otros sí, todos muy valiosos, pero ella no ha tenido la misma suerte. Bueno, son muchos los que siguen en el olvido. Pero estimo que se debe reparar ese injustificado olvido”.
Alejandro Witker, también historiador, afirma que “vaya que sí Chillán sigue en deuda con esta extraordinaria mujer, reconocida en otras latitudes y que se ha dicho, fue una adelantada en materia de literatura femenina. La UBB, en un proyecto común, quisimos publicar las obras completas en una excelente edición, pero se nos adelantaron las universidades Padre Hurtado y de Chile. Se dice que un óleo de la pintora Tupper donado al liceo por la escritora, fue regalado más tarde”.
Carlos Ibacache, profesor, al igual que Witker, estiman que en el mismo liceo debería habilitarse a lo menos un par de salas en las que se pueda acceder a sus obras, su historia, registros fotográfico, etc. El liceo sería como el lugar natural, lleva su nombre, argumentan.
Los restos de la novelista descansan en el Cementerio General en Santiago y en la tumba hay un monolito de la otra gran Marta de Chillán, la Colvin.
Un 9 de agosto de 1897 nació en Chillán Marta Brunet Cáraves, quien con el transcurso de los años se convertiría en una de las escritoras más notables del país. Novelista (se la ubica en la Generación del 27), diplomática y periodista, sus padres fueron Ambrosio Brunet Molina, y su madre, la española Presentación Cáraves.
Hija única, nació en un hogar acomodado. Su padre tenía en Chillán un gran almacén en el sector del Mercado, por calle 5 de Abril. Ahí habría estado la casa habitación de la familia, pero también se la da en Purén o Cocharcas y también en 5 de Abril frente a la Casa del Deporte. Lo cierto es que el gran almacén de los Brunet sí estaba frente al Mercado.
A la temprana edad de 11 años la familia decide radicarse en un fundo que tenía en Pailahueque (IX Región). Su educación la recibe de profesores particulares e intitutrices. A los 14 años recorre Europa junto a sus padres. Más tarde comienza a escribir y sus primeras publicaciones las hace en las páginas de LA DISCUSIÓN.
Luego viene, en 1923, “Montaña adentro” y la escritora no para de producir obras notables. En este recorrido, especialmente en los inicios, recibe el reconocimiento e importante respaldo de crítica de Hernán Díaz Arrieta “Alone”; similares conceptos tuvo para Marta nada menos que Gabriela Mistral. Obtuvo numerosos premios, siendo el más importante el año 1961, el Premio Nacional de Literatura. El 7 de junio de 1962, en un acto público el municipio local la declara “Hija Ilustre de Chillán”.
Marta Brunet fallece el 27 de octubre de 1967, mientras daba lectura a su discurso de incorporación a la Academia Uruguaya de Letras, en Montevideo.
MARTA Y CHILLÁN
¿Está en deuda Chillán con Marta Brunet? ¿Se le ha reconocido lo suficiente¿ ¿Se fomenta en distintos niveles la lectura de sus obras, especialmente entre los niños?
En su ciudad natal el Liceo de Niñas lleva su nombre. Una villa habitacional vecina a El Tejar también. Y la Corporación Arte & Cultura, institución artístico-cultural chillaneja bautizó su pequeña biblioteca con el nombre de la escritora.
El historiador Marco Aurelio Reyes cree que Chillán está absolutamente en deuda con Marta Brunet. “Creo que sigue siendo olvidada. No ha sido suficientemente reconocida por su propia gente. Otros sí, todos muy valiosos, pero ella no ha tenido la misma suerte. Bueno, son muchos los que siguen en el olvido. Pero estimo que se debe reparar ese injustificado olvido”.
Alejandro Witker, también historiador, afirma que “vaya que sí Chillán sigue en deuda con esta extraordinaria mujer, reconocida en otras latitudes y que se ha dicho, fue una adelantada en materia de literatura femenina. La UBB, en un proyecto común, quisimos publicar las obras completas en una excelente edición, pero se nos adelantaron las universidades Padre Hurtado y de Chile. Se dice que un óleo de la pintora Tupper donado al liceo por la escritora, fue regalado más tarde”.
Carlos Ibacache, profesor, al igual que Witker, estiman que en el mismo liceo debería habilitarse a lo menos un par de salas en las que se pueda acceder a sus obras, su historia, registros fotográfico, etc. El liceo sería como el lugar natural, lleva su nombre, argumentan.
Los restos de la novelista descansan en el Cementerio General en Santiago y en la tumba hay un monolito de la otra gran Marta de Chillán, la Colvin.
sábado, 21 de julio de 2012
Ricardo Lagos Reyes (1926 - 1973)
p. Máximo Beltrán
La historia se escribe sola,
con el
palpitar que el Eterno permite y
que los hombres malvados tuercen…
Una de las formas de comprender la memoria de un pueblo es mantener viva su historia, a través de sus luces y sombras. Aquí el recuerdo juega un papel importante, como el de esa mañana de 16 de septiembre, cuando la bota y el fusil intimido a los habitantes de Chillán Viejo, que desde las ventanas y ocultos presenciaron una de las páginas tristes de Chillán.
Esa mañana gris, como muchas que se fueron anudando al recuerdo de ese calendario que opacó para siempre el sol primaveral, dejando al descubierto a las 10 de la mañana, lo peor de la escasa humanidad que quedaba en las instituciones castrenses.
La historia contará la versión que solo está permitida por la lógica del papel profano, aquel papel que aguanta las más solidas groserías y que con tanto acierto aprendemos en los colegios como grandes verdades. Ya el escalofrío llena por completo mi cuerpo, porque esta “historia”, que algunos no quisieran recordar o lisa y llanamente olvidar, siempre estará presente en los que deseamos un mundo fraterno donde las ideas las defendamos con ideas y donde la turba de los misiles sea algún día silenciada por las sonrisas y abrazos de los hombres que aún tenemos esperanza en la humanidad, y que el fuego de esa mañana de septiembre sea transmutado en acto alquímico en una ronda de niños que sonrientes, seguros y con esperanza canten la gran canción de la “verdad”.
Hermanados en los recuerdos, hermanados en la vida, hermanados…en el silencio obligado por la bota y las armas que en acto de juramento ante el Eterno, hicieron promesa y la quebraron; traigo hoy este relato, que un 16 de septiembre de 1973 a las 10 de la mañana, en la Avenida O`Higgins a la altura del Supermercado Unimarc de Chillán Viejo, fue asesinado el alcalde de Chillán d. Ricardo Lagos Reyes junto a su hijo, y esposa embarazada.
Paradójicamente, la principal función de la memoria pareciera ser el olvido…. lo que una mañana de septiembre ocurrió en nuestra amada ciudad de Chillán; por los motivos descabellados, que la historia todavía está escribiendo, junto al olvido oportunista y la siempre majadera posición de “aquí no ha pasado nada”; así, se fue olvidando y testimoniado solo en los recuerdos de aquellos que vivieron tan lamentable episodio y que con la libertad que da la confianza fueron relatados bajo el templo que solo las verdadera columnas sostienen.
La línea que separa lo cierto de lo incierto ya está trazada y los metales transmutados; deposito simbólicamente mi solicitud de perdón ante el “gran misterio”.