p. Juan Carlos Romo Sanders
“La felicidad radica
en la alegría del logro y la emoción del esfuerzo creativo”, planteó alguna vez
Franklin D. Roosevelt, presidente de Estados Unidos e iniciado en la Holland
Lodge N°8 de Nueva York. Pues precisamente, la creación de la Masonería en Ñuble
corresponde a un enorme esfuerzo que, a 140 años de su concreción, debe llenar
de alegría y orgullo a todos sus integrantes.
De acuerdo a la obra
“Masonería en Chile” de Patricio Díaz Silva, en el año 1876 Chillán era el
granero de Chile. Convergían los productos del campo para ser comercializados
no sólo dentro del país, sino que también muchos de estos productos eran
embarcados en Tomé para salir de ahí rumbo al Perú, e incluso a Norteamérica.
En ese año, recién se había inaugurado el tren que unía Tomé y Talcahuano,
pasando por Quinchamalí, Confluencia, y siguiendo por el valle del Itata hacia
Coelemu, Dichato y Tomé. El tren dio un gran empuje a la región, facilitando el
comercio exterior. En ese ambiente nace la masonería en Chillán, que poseía alrededor
de 19 mil habitantes.
Chillán agrícola, s. XIX
Chillán, Feria de animales, s. XIX
En la obra Reseña
Histórica de la Francmasonería de Ñuble, Francisco Solís de Ovando afirma que a
invitación de Diego San Cristóbal, Gustavo E. Santander y Gustavo Redón, el 7
de abril de 1876 se reunieron en casa de Santander, además de los citados,
Pedro Lagos Marchant, Augusto Schwartz, Fernando Urbano Valdés, Germán Gabler,
Benjamín Marechal, Alfonso Altavilla y Jorge Wilson.
Santander manifestó
la conveniencia de fundar una logia masónica que dependiese de la Gran Logia de
Chile, cuestión que fue analizada y aprobada con entusiasmo por los
participantes, que a la sazón habían sido iniciados en distintas logias, tales
como Justicia y Libertad N°5 y Unión Fraternal N°1, entre otras. De tal modo
que se acordó elevar a la Gran Logia una solicitud firmada por Hermanos del
Valle de Chillán para su aprobación oficial y el envío de instrucciones para
materializar su creación.
El 10 de junio, la
Gran Logia contestó afirmativamente la solicitud indicando, además, el modo de
llevarla a cabo; así pues, como plantea la obra “Historia de la Francmasonería
en Ñuble” de la Columna de Aprendices de la Respetable Logia Ñuble N°203, el 28
de octubre de 1876 se efectuó una importante reunión, declarándose como
oficialmente fundada en esa fecha .En dicha instancia se
constituyó la Oficialidad, se acordó dar a la Logia: el nombre distintivo de
Tolerancia, se redacta el reglamento del Taller y se solicita a la Gran Logia
la Carta Constitutiva.
Solís agrega, citando
el acta de aquella jornada, que habiéndose reunido bajo la dirección de Nicolás
Tanco, proclamado Venerable Maestro por los concurrentes, procedió a ocupar su
puesto y designar para que lo ayudasen en la dirección de los trabajos a Pedro
Valdés, como Primer Vigilante; Gustavo Redón, Segundo Vigilante; Jorge Wilson,
Orador; Benjamín Marechal, Secretario; Pedro Lagos Marchant, Tesorero; Urbano
Valdés, Experto; Diego San Cristóbal, Adjunto del Orador y Gustavo Santander,
Adjunto del Secretario.
El 16 de marzo de
1877, la Gran Logia aprobó el nombre distintivo. En los meses siguientes se
nombraron nuevos oficiales provisorios, para finalmente, según consigna el cuadro
del 3 de noviembre de 1877, quedar compuesta por: Venerable Maestro Nicolás
Tanco, ingeniero; Primer Vigilante Germán Gabler, ingeniero; Segundo Vigilante Fernando
Urbano Valdés, industrial; Orador Gustavo Redón, comerciante; Secretario Pedro
Valdés, agricultor; Tesorero Augusto Schwartz, agente bancario; Maestro de
Ceremonia Pedro Lagos Marchant, militar; Guarda Templo Benjamín Marechal,
industrial; Hospitalario Wenceslao Benavente, ingeniero; Orador Adjunto Ruperto
Martínez, agente bancario; Secretario Adjunto Gustavo Santander, contador;
Primer Diácono Diego San Cristóbal, médico; Segundo Diácono Prudencio
Goycochea, comerciante; y Maestro de Banquete Cándido Lagos, agricultor.
Pedro Lagos Marchant Aristides Martínez Cuadros
Acta de la primera oficialidad Logia tolerancia Nº12, 1877
Citando la bitácora
Chillán Antiguo, “a partir de aquella fecha la logia masónica de Chillán había
de funcionar regularmente integrada por destacados vecinos de la comunidad
hasta 1883, año en que entró en receso por razones sobre las cuales no existe
un claro testimonio histórico, hasta 1914, año en que vuelve a la vida activa,
hasta nuestros días”. De cualquier modo, Óscar Martínez Castro plantea que hay
antecedentes que indican que la Guerra del Pacífico movilizó a los Hermanos
militares Pedro Lagos Marchant y Arístides Martínez, entre otros.
Así pues, comienza un
periodo de decadencia, lo que se ve coronado un 22 de mayo de 1883, cuando el
mismo hermano Santander, quien siete años antes sugiriera la creación de una
Logia en el Valle de Chillán, fuera quien estuviera a cargo como Venerable Maestro
de la última Tenida de que se tenga registro en lo que podría denominarse como
la primera etapa de la Masonería en nuestro Valle, bajo la forma de la
Respetable Logia Tolerancia N°12.
Chillan s. XIX
2º ETAPA
De acuerdo a los
registros de “Memoria Chilena”, el ciclo de prosperidad económica permaneció
vigente hasta fines de la década de 1880, cuando la integración a la soberanía
nacional de los territorios al sur del río Biobío incorporó al mercado suelos
más fértiles, dejando a Chillán en una situación de estancamiento que obligó a
muchos de sus habitantes a buscar fortuna en otras regiones. De cualquier modo,
la ciudad había pasado de tener cerca de 21 mil habitantes a alrededor de 30
mil.
Jorge Carvajal Muñoz
grafíca el vertiginoso devenir social de aquellos años, en su conferencia sobre
las relaciones políticas y económicas entre nuestro país y Europa: “al comenzar
el siglo XX se presencia la última fase de la lucha religiosa, entablada entre
sectores laicos y clericales en las últimas décadas del siglo XIX, y que
culminará en 1925 con la separación de la Iglesia del Estado”. La transición
entre el siglo XIX y el XX estará marcada con la génesis y desarrollo de la
Primera Guerra Mundial, que dividirá también a una parte de nuestra sociedad: al
interior del país existían fuerzas aliadófilas y germanófilas importantes, las
que se anulaban mutuamente.
Edifico Intendencia de Ñuble
En el ámbito local,
en el año del Centenario, agrega Díaz Silva que “un grupo de masones
intelectuales y educadores, vinculados a la Escuela Normal de Chillán, comienza
a explorar la posibilidad de tener una logia en esta ciudad. Esta idea se
afianzó por las gestiones del hermano Manuel Guzmán Maturana, quien entonces
era el Venerable Maestro de la logia Justicia y Libertad N°5 de Santiago, y
quien propuso reactivar la desaparecida logia Tolerancia N°12. Así, ya para el
año 1913 se había reunido un buen grupo de masones en la ciudad y el proyecto
era viable”.
Así pues, tras abatir
columnas, el sueño de la masonería duró 31 años hasta que, fruto de la chispa
masónica impulsada por Manuel Jesús Ortiz, José María Sepúlveda Bustos y
Rigoberto Rivas, la Respetable Logia Tolerancia N°12 levantara columnas el 19
de diciembre de 1914, trabajando en el Templo ubicado en calle Carrera número
559 –hasta 1920–.
Rigoberto Rivas Del Valle José María Sepúlveda Bustos
Ortiz siempre fue
tenaz y enfrentó desafíos: Luis Rubilar -autor de "El imaginario del
profesor rural en las novelas del maestro normalista Manuel J. Ortiz"-,
comenta lo complejo de sus primeras experiencias docentes, "concretamente
en los pueblos de San Ignacio y Bulnes en la provincia de Ñuble, comunas
agrarias, deprivadas culturalmente y sometidas al poder político local, las más
de las veces arbitrario por parte de caudillos y terratenientes".
Aquel templo de calle
Carrera no fue el único lugar donde los masones “pulieron la piedra bruta”: también
lo hicieron en El Roble N°448; luego, desde 1926 a 1933, en una casa
perteneciente a la familia Tohá, en O’Higgins, hoy Isabel Riquelme N°523.
Posteriormente en El Roble N°537y, tan sólo dos meses después del terremoto del
24 de enero de 1939, en su sede de emergencia ubicada en calle Arauco N°1057,
para luego instalarse definitivamente en el actual templo de calle Rosas N°456,
muy cerca de Avenida Libertad. Memoria Chilena recuerda que aquella gran
catástrofe "volvió a dejarla en el suelo, obligando a reconstruirla
prácticamente desde cero".
Escuela Normal de Preceptores
Chillan en ruinas, terremoto del 24 de enero de 1939
Pedro Poblete Vera María Espíndola y familia
Según estimaciones de
la Dirección General de Obras Públicas, Chillán se destruye en un 95%. El 20 de
agosto de 1939 visita Chillán por segunda oportunidad el Presidente Pedro
Aguirre Cerda y se establecen las especificaciones de la ordenanza municipal
que decreta nueve zonas de edificación en el nuevo Chillán. Iniciado en la
logia Justicia y Libertad N°5 y posteriormente miembro de la logia Unión
Fraternal N°1, Aguirre Cerda encaró el desafío de la reconstrucción con otro
hermano masón: don Pedro Poblete Vera.
Nacido en Quirihue en
1904; Poblete Vera estudió en la Escuela Superior N°1 de Quirihue, en la
Escuela Normal de Chillán y en la Escuela Normal de Victoria. Consigna la
Biblioteca del Congreso Nacional que en el año 1938 fue nombrado intendente de
Ñuble, cargo que ejerció desde el 24 de diciembre de 1938 al 31 de enero de
1941, fecha en que renunció. Fue integrante de instituciones sociales y
culturales, como la Liga de Estudiantes Pobres, Brigada de Boy Scouts, Club
Aéreo, Sociedad de Artesanos, Rotary Club, Club Deportivo Ñublense, Cuerpo de
Bomberos, y Unión de Profesores de Chile. Murió en Santiago, el 19 de febrero
de 1966.
Otra gran
protagonista de los albores del siglo XX fue la pedagoga, poeta y activista
chillaneja María Espíndola Núñez (1872 -1915), a quien se le atribuye el inicio
del movimiento feminista organizado en Chile; fue una de las
fundadoras de la “Federación Femenina Panamericana”, precursora de la Educación
Laica, fundadora del Liceo Americano para Señoritas y de la Academia de Bellas
Artes de Chillán.
En el siglo XIX y
parte del XX, las gracias femeninas son, según el académico Marco Aurelio
Reyes, “tener buen porte, un rostro agradable, saber bordar, tocar piano y
hacer dulces. A tales menesteres, se agregaban los propios del género:
complacer al marido, ser madre, amamantar a los hijos, administrar el hogar,
ordenar a la servidumbre y rezar la Novena. La mayoría de las sufrientes mujeres
pueblerinas seguían siendo ‘jefas de hogar’, con todos los roles inherentes.
Socialmente toda mujer era segregada, mientras los hombres hablaban de
política, cosechas y negocios; ellas debían hacerlo de cocina, niños, costuras,
sirvientes, santos y mandas”.
Sin embargo, María
Espíndola no se amilanó y durante el Primer Congreso Femenino Internacional de
la República Argentina, 1910, diría: “Cuán grato es a mi corazón poder alzar mi
voz ante vosotras, hermanas en las ideas y compañeras en la ardorosa lucha por
salir de las tinieblas a la esplendorosa luz de la ciencia y el saber. Y al
daros a vosotras y a vuestra patria mi saludo personal, os traigo también el
saludo de la mujer chilena que, como vosotras, lucha en el palenque de las
ideas para conquistar su mejoramiento social, económico e intelectual”.
Esta notable mujer falleció
el 12 de agosto de 1915; descansan sus restos actualmente en el mausoleo de la
Sociedad Empleados de Comercio, después que la Logia Masónica de Chillán
rescatara sus restos de la tumba destruida por el terremoto de 1939.El primer
Centro Femenino Paramasónico de Chillán lleva su nombre: “María Espíndola N°12”.
Fernando May Didier Arturo Mutizabal Sotomayor
Lautaro Vásquez Landa Otto Schaefer Hoffmann
Este centro fue
encabezado entre 2014 y 2015 por Érica Schaeffer, nieta de otro gran personaje
de la zona: Otto Schaeffer. En la Revista Patrimonial Chillán Antiguo se
consigna precisamente que los primeros germanos llegaron a Chillán en el siglo
XIX, y que ya en 1856 se había fundado un Club Alemán; capítulo aparte merecen
los alemanes que llegaron a la Escuela Normal de Chillán; eran profesores de
diversas especialidades. Podemos nombrar entre ellos a Georgi, Madsen;
Schaeffer, Voss, Habenicht. El hijo del Sr. Schaeffer, Otto, fue el fundador de
la Sociedad Musical Santa Cecilia y creador de la Casa del Arte. Él se hizo
cargo de la Casa de Música de que tenía su padre frente a la Plaza de Armas.
Pues bien, el
entusiasmo masónico fue tal en aquella época que, en la década de los ‘50,
fruto de la iniciativa de un grupo de integrantes de Tolerancia N°12, logra
levantar columnas otro taller: los contactos preliminares se inician a fines de
1957 y culminan el 12 de agosto de 1958 cuando se promulga el decreto que
autoriza la creación de la Respetable Logia “Acacia” con el número de orden
107. La nueva Logia fue instalada el 16 de agosto mediante solemne ceremonia
presidida por Óscar Pereira Henríquez, futuro Gran Maestro de la Gran Logia de
Chile entre los años 1982 y 1986.
Referirse a los orígenes
de la Logia “Acacia” N°107, es remontarse al Chillán de fines de la década del
50, con las características, dificultades, y desafíos propios de una época
singular. Son destacadas personalidades quienes lideraron esta iniciativa: Lautaro
Vásquez Landa, Luis Schaffer Morales, Víctor Sepúlveda Jara, Manuel Acevedo
Montecinos, Carlos de Los Santos Segura, Federico Arias Urzúa, Jorge Petersen
Acuña, Moisés Noriega Alarcón, Germán Muller Rohl y Raúl González Pastene,
entre otros.
La Acacia es uno de
los símbolos más importantes del Tercer Grado de Maestro; afirma el Diario
Masónico que, pese a que estéticamente posee una belleza probablemente mucho
menor a las de otros árboles, tiene implicancias esotéricas muy importantes, a
partir de la identificación de sus propiedades. Su madera es resistente, con
muchos usos en medicina, perfumería y con enorme capacidad de adaptación a
suelos muy pobres, lo que a su vez permite ser usada en la lucha contra la
desertificación y cuyas hojas permiten alimentar a ganados en condiciones
particularmente difíciles. De tal suerte que la Acacia es un símbolo de
inmortalidad, inocencia e iniciación, esperanza e integridad. En los oficios fúnebres,
indica que en nuestro Interior existe una parte inmortal que sobrevivirá a la
tumba.
En aquella época
destacó la figura de Carlos Luis González Utreras, regidor de la Municipalidad
de Chillán, entre 1950 y 1953 y elegido alcalde de la misma, desde 1953 a 1956;
luego nuevamente regidor, desde 1956 a 1960 y de 1960 a 1961.Militante del
partido Radical sería además electo diputado por la Décimosexta Agrupación
Departamental "Chillán, Bulnes y Yungay", para el período 1961-1965; integraría
la Comisión Permanente de Gobierno Interior y sería diputado reemplazante en la
Comisión Permanente de Educación Pública.
Consigna la
Biblioteca del Congreso Nacional que, en su ciudad natal, Chillán, González
Utreras fue miembro de diferentes organizaciones, como del Centro Cultural
Pedro Lagos Marchant; de la Sociedad de Empleados de Comercio, del Club
Comercial; de la Corporación Colegio Concepción de Chillán; y Deportes
Ñublense, entre muchas otras instituciones. Falleció en Chillán el 17 de junio
de 2003.
La década del 50
también fue fructífera en San Carlos, pues un grupo de residentes que
trabajaban en las logias masónicas del valle de Chillán, Tolerancia N°12 y
Acacia N°107 deciden potenciar sugestión logial con actividades desarrolladas
en su localidad. Es así como el 14 de septiembre de 1957 obtienen la
autorización para crear un Triángulo en San Carlos, que se instala oficialmente
bajo la denominación de Triángulo “David Benavente” N°7 en el valle de San Carlos.
Una década después,
el 26 de julio de 1966, el profesor y contador, Aristóteles Berlendis Sturla,
Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, decreta la creación de la Respetable
Logia “David Benavente” en San Carlos, asignándole el número de orden 123. El 5
de diciembre se le extiende la Carta Constitutiva y doce días después, es
instalada solemnemente su primera oficialidad en una especial ceremonia en el
templo masónico del valle de Chillán. A contar del año 2010, por determinación
oficial, esta Logia pertenece a la Jurisdicción de Parral.
El doctor David
Benavente, nacido en Ninhue, fue precursor de la Neurocirugía en Chile. En 1933
asumió la Gran Maestría, preocupándose de ordenar las finanzas, reglamentar el
Fondo de la Solidaridad de la Gran Logia y socorrer materialmente a los
hermanos afectados por la vorágine política del momento. Puso en marcha además
el Departamento de Acción Masónica como un centro de investigación y docencia.
La publicación científica SciELO consigna que destacó “por su valor humanitario
y profesional como cirujano ejemplar desempeñado labores de jefaturas, y
procedimientos vinculados a la cirugía experimental y la neurocirugía”.
Chillán 1950
David Benavente Sepúlveda
1976, Centenario fundación Logia Tolerancia Nº 12
El libro “Masonería
en Chile” agrega que, para encontrar una solución al problema agrícola, a mediados
de la década del cincuenta, durante el gobierno del general Ibáñez, se ensaya
un sistema de desarrollo del agro, el plan Chillán, financiado por los Estados
Unidos de Norteamérica, tendiente a activar una de las regiones más deprimidas
del país y que aún sufría las consecuencias del terremoto del año 1939. Dentro
de este programa, se crea la Escuela de Agronomía dependiente de la Universidad
de Concepción, quedando a cargo de un grupo profesionales que, a su vez, eran
masones, quienes se afilian a la logia Tolerancia N°12.
Tras la creación de
la Logia David Benavente se vivieron otros dos hechos relevantes para la
historia de la Masonería en Ñuble: el 23 de octubre de 1976 se celebró el
Centenario de la Fundación de Tolerancia N°12 y, un mes más tarde, miembros de
este taller y de Acacia 107 se reúnen por primera vez para dar los primeros
pasos en la creación de una tercera logia en el Valle de Chillán. Su trabajo
llegó a buen puerto pues por decreto de junio de 1977, se autorizó la creación
de la Logia Pedro Lagos MarchantN°138, taller que comenzaría a trabajar
masónicamente de modo oficial desde su instalación el 3 de septiembre de aquel
año.
Pedro Lagos Marchant
nació en Chillán, en la Estancia de Mengol, en 1832; hijo de Manuel Lagos
Jaraquemada y Rosario Marchant. Se casó con Juana María de las Mercedes Lagos y
tuvieron una hija. La acción más destacada de la vida militar de Pedro Lagos,
fue la campaña de Arica con la toma del Morro, hecho que ocurrió el 7 de junio
de 1880. El general Baquedano le encargó el plan de captura de esta ciudad y
Lagos planificó el asalto con gran astucia. Aquella fue una acción militar en
extremo eficiente, pues en tan solo 55 minutos lograron alcanzar la cima y
dominar toda la situación.
También tuvo una
destacada participación en la campaña de Lima, participando activamente en las
batallas de Chorrillos y Miraflores. En marzo de 1881 fue nombrado comandante
en jefe del Ejército de Ocupación, en reemplazo de Baquedano. Su última
distinción la obtuvo el 23 de noviembre de 1881, cuando alcanzó el cargo de
comandante general de Armas de Santiago. Tres años después, dejó de existir en
Concepción, el 18 de enero de 1884. Sus restos fueron transportados a Santiago,
el 20 de enero, aniversario de la batalla de Yungay, escoltado por comisiones
cívicas y militares. Las honras fúnebres del héroe tuvieron lugar esa misma
mañana de la partida presidencial, 21 de enero de 1884, en el templo de la
Recolección Dominicana.
NUEVAS LOGIAS ILUMINAN NUESTRO VALLE
La Gran Logia de
Chile afirma que la historia de la Logia Enrique Pastor López N°176 de
Coelemu-Parral “tiene profundas raíces; un 3 de diciembre de 1944 en el Valle
de Tomé, en la Logia “Diego Barros Arana” N°83, se realizó una Ceremonia de
instalación, que daba vida al “Triángulo Confraternidad” N°48 del Valle de
Coelemu”. Es ahí donde se encuentra la matriz de los integrantes de este taller
que también posee un vínculo con la jurisdicción de Talcahuano, al ser fundada
oficialmente en 1996 como reconocimiento a los enormes méritos masónicos del
Querido Hermano Enrique Pastor López”.
Comerciante nacido en
Málaga, España, en el año 1826, habría llegado a Valparaíso alrededor del año
1850, donde entró en contacto con masones que le invitaron a la Orden. Iniciado
en la logia Unión Fraternal N°1 a principios de1856, desarrollará una brillante
y destacada vida dentro de la fraternidad. En 1860 ya había alcanzado el grado
de Maestro, y ese mismo año se trasladó a Concepción donde, junto a otros
hermanos, funda la logia Estrella del Sur bajo la dependencia del Gran Oriente
del Perú. A partir de entonces comienza su gravitante historia en la masonería
penquista: en 1860 funda la logia Aurora de Chile, bajo la obediencia del Gran
Oriente de Francia; en 1862 la logia Fraternidad N°2 y contribuye a la
fundación de la Gran Logia de Chile; en 1883 contribuye como fundador de la
logia Paz y Concordia N°13, que tras trabajar en instancia todo ese año, fue
solemnemente instalada el 12 de enero de 1884, quedando él como Venerable
Maestro, cargo para el cual posteriormente fue reelegido, dejando una profunda
huella masónica. También su carrera en la masonería capitular fue brillante, alcanzando
los más altos grados. Pastor López falleció en el año 1911 y sus restos se
encuentran en el cementerio de Concepción.
La historia masónica
nos sitúa luego a fines de 1987, ocasión en la cual se planteó por primera vez
la creación de una cuarta Logia en el Valle de Chillán, idea que sólo pudo
prosperar en 2001 cuando se formalizaron los trámites pertinentes para
conseguir la aprobación oficial. Reunidos algunos Hermanos de las Logias
Tolerancia N°12, Acacia N°107 y David Benavente N°123, en 2001 se elabora el
acta de fundación.
Mediante nota
recibida el 25 de marzo de 2002, la Gran Secretaría General aprobó la nueva
Logia en Instancia de Constitución con el nombre de “Eugenio Matte Hurtado” y
cumplidos otros diversos trámites, el 26 de noviembre de 2002 se instala como
Logia Justa y Perfecta con el número de orden193.
Eugenio Matte
Hurtado, abogado santiaguino, fue elegido Gran Maestro de la Masonería chilena
a la edad de 35 años. En el breve período que ejerció dictó dos importantes
medidas: la creación del programa de instrucción para aprendices, compañeros y
maestros; y la acción en el mundo exterior de la Masonería en la protección de
la infancia, orientación de la juventud, mejoramiento del proletariado,
liberación de la mujer y educación nacional.
Retomando el devenir
local, apenas pasaron tres años y la inquietud por formar una quinta Logia en
el Valle avivó el fuego masónico de 28 Hermanos de la Respetable Logia Pedro
Lagos Marchant N°138 y el integrante de Acacia n°107, Raúl San Martín González,
que consiguieron iniciar la tramitación respectiva. Así, se llegaría al 29 de
julio de 2005 cuando se produce la Instalación en instancia de Constitución de
la Respetable Logia Ñuble N°203; el jueves 15 de diciembre de aquel año se
produjo el Levantamiento Oficial de Columnas como Logia Justa y Perfecta. Sin
embargo, como dicho mes contempla muchas actividades tanto masónicas como
profanas, se prefirió considerar el 27 de mayo –Acta de Fundación– como el día
a celebrar de modo oficial.
Recientemente, en el
Cementerio Municipal de Chillán, la Respetable Logia Ñuble N°203, con la
colaboración de otros Queridos Hermanos, donó a la Masonería de Chillán el
memorial titulado “La columna truncada”, como un homenaje a sus integrantes
fallecidos.