Marco Aurelio Reyes Coca
Decano de la Facultad de Educación y Humanidades / UBB
Autor del Libro Crónicas Chillanejas
(publicación autorizada por el autor para la red Chillán Antiguo)
Fotos aporte sr. Leonardo Rivas Ramos, Luis Vicente (las fotografias corresponden al período 1910)
A comienzos de 1948, la ciudad de Chillán se veía conmovida ante la posibilidad de reducir la dotación del Regimiento RI9, incluyendo la Banda Instrumental, ante diversos problemas ventilados en sesión municipal, según comentaba La Discusión del 23 y 24 de febrero de ese año. La inquietud del municipio y de la comunidad se basaba en la política de destinaciones militares por la creación de otras unidades en la Tercera División del Ejercito.
La mayor inquietud, según el segundo comandante de la Unidad Militar, mayor Osvaldo Campos, era la construcción definitiva del cuartel que funcionaba en malísimas condiciones desde 1945, en calle Isabel Riquelme 230, correspondiente a la actual cárcel y juzgados, severamente dañados por el terremoto de 1939. Durante el sismo perecieron dos de sus oficiales. Para lograr tal objetivo, se inicia una campaña pública.
Al parecer el problema era más de fondo, según lo señalado por La Discusión del 10 de julio de 1948: “Chillán está en peligro de perder su querido Regimiento de Infantería” Ello, debido a las indecorosas condiciones en que la tropa debía mantenerse en la ciudad. El propio Comandante Teniente Coronel Julio Figueroa Quinteros, declaraba que “ vivímos en un nivel tan bajo, que ya es desdoroso seguir comentándolo”. Como respuesta ciudadana, el Rotary de Chillán iniciaba una campaña de opinión para involucrar a todos los actores sociales en el meollo del problema, incluyendo a los propios militares y parlamentarios.
Aprovechando la inauguración de la Planta Hidroeléctrica “El Sauzal”, cerca de Rancagua, el senador Humberto Aguirre Dolan había conseguido que el Ministro de Defensa, general Guillermo Barrios Tirado, declarará que “El Regimiento se mantendría en su guarnición”, según anunciaba La Discusión del 17 de julio de 1948. Algo se había conseguido.
Mientras tanto, el Rotary seguía su campaña para construir el nuevo cuartel y dotar de viviendas dignas a su personal militar. Por su parte, La Discusión dirigía una campaña pública promoviendo la reunión de las autoridades locales con el Comandante de la Tercera División, General Arístides Vásquez. El 29 de julio de 1948 se informaba, a través de la primera página de La Discusión, que el Senador Gustavo Rivera había presentado una indicación con acuerdo del Ministro de hacienda para destinar diez millones de pesos anuales en los presupuestos de la Nación, destinados a la construcción del nuevo Cuartel del Regimiento Chillán. El 4 de agosto se informaba que el Senado había aprobado la indicación del Senador Rivera, destacando las gestiones que había realizado el vecino chillanejo Armando Martín. De esta manera se podría alcanzar la solución definitiva a un problema que aquejaba a toda la sociedad. El traslado definitivo del Regimiento R.I. 9 a sus actuales dependencias en calle Vicente Méndez y que pertenecíeran a la Quinta Agrícola de Chillán, se produce recién en la década de 1950.
La experiencia vivida por los chillanejos muestra que en ese momento, 1948, no sólo estuvo en peligro de perderse la Banda del Regimiento, un sueño inconcluso, sino que también existió la posibilidad cierta de verse alejarse a todo su querido Regimiento hacia otra ciudad, nada más que por la falta de preocupación por las condiciones de la calidad de vida en que deben vivir los soldados.
Teniente Coronel Pedro Antonio Guíñez, comandante del Chillán GDP
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