De un tiempo a esta parte, me vi involucrado en la busca sistemática de fantasmas, de aquellos recuerdos olvidados por el paso del tiempo; me vi caminando por calles viejas que encerraban miles de cuentos de hadas. Mi memoria, un tanto fragmentada, la necesitaba para anclarme positivamente en mi reconstrucción. / chillanantiguo@gmail.com
domingo, 12 de febrero de 2012
Dichato, el balneario de los chillanejos evoca la nostalgia por el tren ramal
p. Patricia Orellana
Fotos aportes / Familias Uribe-Molina; Sepúlveda-González; Carlos Alberto Salvo y José Luis Deiaz
El balneario de Dichato, ubicado en la comuna de Tomé, sigue ejerciendo una suerte de atracción mágica para los chillanejos. Y del mismo modo para muchos habitantes de la Provincia de Ñuble. Los chillanejos, hace ya muchísimas décadas, se puede decir que colonizaron este balneario de quietas y frías aguas, que desde una playa deshabitada pero hermosa, poco a poco se fue poblando hasta tomar el carácter de un lugar de veraneo con todas las de la ley.
Siempre ha sido sitio de pescadores y también lo fue de minas de carbón. El terremoto del 27 de febrero de 2010 y posterior tsunami, prácticamente borró del mapa la parte baja del pueblo, la inmediatamente cercana al mar; la costanera, lugar de entretención y paseo y habitada en su mayoría por ñublensinos. Este desastre natural ha marcado fuerte tanto a sus habitantes permanentes como a quienes por décadas han veraneado en Dichato, ya sea en casa propia, arrendada, en residencial, cabañas o simplemente en carpa. Familias como la de Carmen Antini (chillaneja, hija del recordado odontólogo y ex superintendente del Cuerpo de Bomberos de Chillán, don Luchito Antinio Riveros), los Cisterna Bustos y también otras, habían escogido el balneario como lugar de residencia permanente. Carmen sigue viviendo en Dichato junto a su hijo Marcelo, pero los Cisterna hicieron la pérdida de su casa y regresaron a Chillán.
Dichato y el ramal
El Tren Ramal a Dichato Vía -Tomé o ramal Rucapequén-Concepción, ha sido sin duda alguna uno de los más emblemáticos de la zona y de la historia de Ferrocarriles del Estado en Chile. Está íntimamente ligado a la historia de los chillanejos y a su inclinación por veranear en Dichato. Para los habitantes de Tomé este tren representa un tiempo de auge económico, en que los casimires que allí se fabricaban se exportaban incluso a Inglaterra. Convertido hoy en añoranza, es el “tren de las nostalgias”, porque su ausencia aún pena. Fue suprimido en la década del 80 y su desaparición se tradujo en un cambio brusco de realidades para los habitantes de los numerosos pueblos que contaban con estación de ferrocarriles y para quienes el tren ramal era parte importante de sus vidas y de su economía.
El ramal salía desde la estación de Chillán muy temprano, antes de las siete de la mañana. Los fines de semana, a primera hora, ya los pasajeros se instalaban con camas y petacas para lograr un asiento que los llevaría más cómodos hasta el balneario. El viaje a Dichato ida y vuelta está inscrito en la memoria colectiva de los ñublensinos de manera transversal.
Los chillanejos también escogieron arrancharse y tener su casa de playa en Cobquecura, aunque en menor número. El camino sin pavimentar desde Chillán al litoral era sólo para valientes. En cambio para llegar a Dichato estaba el tren ramal, que lentamente y resoplando, primero con máquinas a vapor y más tarde a petróleo, recorría y culebreaba orillando el río Itata y metiéndose en el corazón del valle ofreciendo un paseo inolvidable (ni siquiera importaba lo lleno que fuera el tren). La existencia del ramal determinó, sin duda alguna,que los chillanejos se avecindaran en Dichato. Más tarde mejorarían los caminos y llegarían autos y buses como medio de transporte.
El tren partía lleno desde Chillán y a medida que avanzaba por las estaciones, más familias y de modo milagroso conseguían subir a él. Mariela Elgueta recuerda que desde Nebuco se iba con todo el vecindario de paseo. “Se llevaba de todo, comida como para una semana y se regresaba sin nada. Eramos niños y a pesar de las recomendaciones de los mayores y la advertenncia de lo fría que era el agua, no lograban sacarnos del mar. Jamás he olvidado la primera vez que vi el mar, y fue en Dichato”, evoca.
Si la llegada era una estampida buscando un lugar en la playa, el regreso era una epopeya. La gente se abalanzaba sobre los carros, los asaltaba literalmente para lograr un asiento, o simplemente un espacio. Las pisaderas venían siempre llenas, atiborradas.
¡Ah! ¡Cómo recuerdo esos viajes a Dichato! Ibamos llenos de alegría y no nos importaba la enorme cantidad de gente que se agolpaba en las pisaderas y dentro de los vagones. Cerca de Dichato, en alguna estación que no recuerdo el nombre, vendían jaibas cocidas, ensartadas en un cordelito y una piedra para machacarlas y poder comerlas. Omagínense lo precario del asunto, sin embargo era una verdadera fiesta y formaba parte de la aventura antes de llegar a Dichato a bañarnos en esas heladas aguas que amábamos y que, por nuestra juventud, no nos importaba su baja temperatura. Era la epoca de los enamoramientos, los pololeos, los flirteos y los bailes por las noches frente al mar y bajo la luz de la luna.No pasaba nada de lo cual pudiésemos arrepentirnos, porque un apretón de manos, una caricia como al pasar o, para los más osados, un beso rápido,era la máxima aventura que pudiésemos soñar. Y soñábamos, vaya si soñábamos...
ResponderEliminarFelicitaciones por evocar este hermoso balneario al cual le debemos muchas horas de alegrias y descanso. Fuerza a los dichatinos que luchan por reconstruior sus casas despues del tsunami.
ResponderEliminarExequiel
TREN / A propósito de trenes, una aventura...
ResponderEliminarde Cristian Sebastian Carrasco Toro / Miembro Grupo Chillán Antiguo
Debe haber sido muy entretenido disfrutar del servicio ferroviario en todo su esplendor, he escuchado relatos de algunos viajes a Dichato en el ramal que llegaba hasta ese balneareo, asi tambien me entere que este servicio cubria tramos como recinto y creo que hasta las termas de chillan, me imagino otro destinos y experiencias que ocurrrieron en este magnifico transporte.
Personalmente me gustaria compartir una experiencia.
Ibamos de viaje con un amigo con destino a Concepcion, claro en bus,
de pronto se nos ocurrio ir a la estacion del tren a los vagones que estan detenidos a disfrutar de un "cigarrillo" antes de tomar el bus cuando en mitad del ritual llega un tren con muchos carros de carga, era realmente extenso, algo de 15 a 20 carros con direccion al sur, de pronto aparece sobre una ruma de carbon de piedra 2 hombres que al parecer viajan en el, estos se bajaron y se acercaron a nosotros , parecian vagabundos, uno de ellos era de tes clara y ojos de color, estaba algo somnoliento y creo que temblaba, el otro era un vagabundo de cuento, muy alto de contextura gruesa moreno y pelo apelmasado, lo mas impactante era su nariz deforme por los tratos de la vida y el vinculo con el alcohol, se notaban tranquilos y seguros de sus acciones, conocian el sistema como operan estos viajes.
Seguimos para culminar nuestro ritual mientras los hombres entraban en un vagon detenido y ...¡chan!....se nos prende la ampolleta de la aventura; preguntamos a los hombres donde y en que momento partiría el tren que ademas siempre estuvo encendido pero detenido, uno de ellos nos responde, este tren deberia partir en 15 minutos mas a Concepcion, esperaremos a que desenganche y acople otros carros, cuando en cuestion de segundos este tramite comienza, estabamos dudosos de nuestra decision y teniamos la opcion de hacer un viaje de aventura y ademas gratis.
En 10 minutos de duda de pronto el tren queda listo para partir y nuestros"amigos" nos avisan ...¡amigos sino se mueven se quedan aca!...claro ellos ya estaban sobre el carro de carga que contenia carbon a mitad del largo tren, el tren comienza a avanzar y de pronto ..¡uP¡..de un salto estabamos arriba de este tren con 2 nuevos amigos y disfrutando de la brisa y el viaje al aire libre, llevamos fruta y unos sandwich en las mochilas y lo compartimos con ellos, nos reimos y contamos de nuestras vidas con ellos. Nos decian que siempre viajaban en tren como polisontes y que nosotros ya heramos uno de ellos jajajajajajaja.... disfrutamos otro "cigarrillo" de postre con el moreno por que el otro solo tomaba alcohol y bueno el viaje espectacular, pasamos por unas 5 estaciones, San Rosendo, entre otras y después gran parte del viaje por la rivera del rio Bio-Bio (bello).
Al cabo de 4 horas de viaje nuestro destino estaba alli, Concepcion.
Bueno la bajada del tren fue lo mas extremo un salto y este en movimiento pero claro igual iba lento y resultamos sin daños.....
Se me olvidaba, los 2 amigos vagabundos se vajaron en San Rosendo con destino a Laja a una feria creo.
Bueno Maximo espero que te guste mi aventura y oda al tren, maravilloso transporte para un largo y extenso pais como mi Chile querido.
AUTORIDADES NECESITAMOS TREEEEEEEEN...!!!
(Cristian Sebastian Carrasco Toro)