jueves, 8 de diciembre de 2016

ORIGEN Y DESARROLLO DE LA MASONERÍA EN ÑUBLE

p. Juan Carlos Romo Sanders
Mg. en Cs. Sociales


1era ETAPA

“La felicidad radica en la alegría del logro y la emoción del esfuerzo creativo”, planteó alguna vez Franklin D. Roosevelt, presidente de Estados Unidos e iniciado en la Holland Lodge N°8 de Nueva York. Pues precisamente, la creación de la Masonería en Ñuble corresponde a un enorme esfuerzo que, a 140 años de su concreción, debe llenar de alegría y orgullo a todos sus integrantes.

De acuerdo a la obra “Masonería en Chile” de Patricio Díaz Silva, en el año 1876 Chillán era el granero de Chile. Convergían los productos del campo para ser comercializados no sólo dentro del país, sino que también muchos de estos productos eran embarcados en Tomé para salir de ahí rumbo al Perú, e incluso a Norteamérica. En ese año, recién se había inaugurado el tren que unía Tomé y Talcahuano, pasando por Quinchamalí, Confluencia, y siguiendo por el valle del Itata hacia Coelemu, Dichato y Tomé. El tren dio un gran empuje a la región, facilitando el comercio exterior. En ese ambiente nace la masonería en Chillán, que poseía alrededor de 19 mil habitantes.

Chillán agrícola, s. XIX

Chillán, Feria de animales, s. XIX


En la obra Reseña Histórica de la Francmasonería de Ñuble, Francisco Solís de Ovando afirma que a invitación de Diego San Cristóbal, Gustavo E. Santander y Gustavo Redón, el 7 de abril de 1876 se reunieron en casa de Santander, además de los citados, Pedro Lagos Marchant, Augusto Schwartz, Fernando Urbano Valdés, Germán Gabler, Benjamín Marechal, Alfonso Altavilla y Jorge Wilson.

Santander manifestó la conveniencia de fundar una logia masónica que dependiese de la Gran Logia de Chile, cuestión que fue analizada y aprobada con entusiasmo por los participantes, que a la sazón habían sido iniciados en distintas logias, tales como Justicia y Libertad N°5 y Unión Fraternal N°1, entre otras. De tal modo que se acordó elevar a la Gran Logia una solicitud firmada por Hermanos del Valle de Chillán para su aprobación oficial y el envío de instrucciones para materializar su creación.

El 10 de junio, la Gran Logia contestó afirmativamente la solicitud indicando, además, el modo de llevarla a cabo; así pues, como plantea la obra “Historia de la Francmasonería en Ñuble” de la Columna de Aprendices de la Respetable Logia Ñuble N°203, el 28 de octubre de 1876 se efectuó una importante reunión, declarándose como oficialmente fundada en esa fecha .En dicha instancia se constituyó la Oficialidad, se acordó dar a la Logia: el nombre distintivo de Tolerancia, se redacta el reglamento del Taller y se solicita a la Gran Logia la Carta Constitutiva.

Solís agrega, citando el acta de aquella jornada, que habiéndose reunido bajo la dirección de Nicolás Tanco, proclamado Venerable Maestro por los concurrentes, procedió a ocupar su puesto y designar para que lo ayudasen en la dirección de los trabajos a Pedro Valdés, como Primer Vigilante; Gustavo Redón, Segundo Vigilante; Jorge Wilson, Orador; Benjamín Marechal, Secretario; Pedro Lagos Marchant, Tesorero; Urbano Valdés, Experto; Diego San Cristóbal, Adjunto del Orador y Gustavo Santander, Adjunto del Secretario. 

El 16 de marzo de 1877, la Gran Logia aprobó el nombre distintivo. En los meses siguientes se nombraron nuevos oficiales provisorios, para finalmente, según consigna el cuadro del 3 de noviembre de 1877, quedar compuesta por: Venerable Maestro Nicolás Tanco, ingeniero; Primer Vigilante Germán Gabler, ingeniero; Segundo Vigilante Fernando Urbano Valdés, industrial; Orador Gustavo Redón, comerciante; Secretario Pedro Valdés, agricultor; Tesorero Augusto Schwartz, agente bancario; Maestro de Ceremonia Pedro Lagos Marchant, militar; Guarda Templo Benjamín Marechal, industrial; Hospitalario Wenceslao Benavente, ingeniero; Orador Adjunto Ruperto Martínez, agente bancario; Secretario Adjunto Gustavo Santander, contador; Primer Diácono Diego San Cristóbal, médico; Segundo Diácono Prudencio Goycochea, comerciante; y Maestro de Banquete Cándido Lagos, agricultor.


                 Pedro Lagos Marchant                            Aristides Martínez Cuadros

Acta de la primera oficialidad Logia tolerancia Nº12, 1877

Citando la bitácora Chillán Antiguo, “a partir de aquella fecha la logia masónica de Chillán había de funcionar regularmente integrada por destacados vecinos de la comunidad hasta 1883, año en que entró en receso por razones sobre las cuales no existe un claro testimonio histórico, hasta 1914, año en que vuelve a la vida activa, hasta nuestros días”. De cualquier modo, Óscar Martínez Castro plantea que hay antecedentes que indican que la Guerra del Pacífico movilizó a los Hermanos militares Pedro Lagos Marchant y Arístides Martínez, entre otros.

Así pues, comienza un periodo de decadencia, lo que se ve coronado un 22 de mayo de 1883, cuando el mismo hermano Santander, quien siete años antes sugiriera la creación de una Logia en el Valle de Chillán, fuera quien estuviera a cargo como Venerable Maestro de la última Tenida de que se tenga registro en lo que podría denominarse como la primera etapa de la Masonería en nuestro Valle, bajo la forma de la Respetable Logia Tolerancia N°12.


Chillan s. XIX


2º ETAPA

 De acuerdo a los registros de “Memoria Chilena”, el ciclo de prosperidad económica permaneció vigente hasta fines de la década de 1880, cuando la integración a la soberanía nacional de los territorios al sur del río Biobío incorporó al mercado suelos más fértiles, dejando a Chillán en una situación de estancamiento que obligó a muchos de sus habitantes a buscar fortuna en otras regiones. De cualquier modo, la ciudad había pasado de tener cerca de 21 mil habitantes a alrededor de 30 mil.

Jorge Carvajal Muñoz grafíca el vertiginoso devenir social de aquellos años, en su conferencia sobre las relaciones políticas y económicas entre nuestro país y Europa: “al comenzar el siglo XX se presencia la última fase de la lucha religiosa, entablada entre sectores laicos y clericales en las últimas décadas del siglo XIX, y que culminará en 1925 con la separación de la Iglesia del Estado”. La transición entre el siglo XIX y el XX estará marcada con la génesis y desarrollo de la Primera Guerra Mundial, que dividirá también a una parte de nuestra sociedad: al interior del país existían fuerzas aliadófilas y germanófilas importantes, las que se anulaban mutuamente.


Edifico Intendencia de Ñuble


En el ámbito local, en el año del Centenario, agrega Díaz Silva que “un grupo de masones intelectuales y educadores, vinculados a la Escuela Normal de Chillán, comienza a explorar la posibilidad de tener una logia en esta ciudad. Esta idea se afianzó por las gestiones del hermano Manuel Guzmán Maturana, quien entonces era el Venerable Maestro de la logia Justicia y Libertad N°5 de Santiago, y quien propuso reactivar la desaparecida logia Tolerancia N°12. Así, ya para el año 1913 se había reunido un buen grupo de masones en la ciudad y el proyecto era viable”.

Así pues, tras abatir columnas, el sueño de la masonería duró 31 años hasta que, fruto de la chispa masónica impulsada por Manuel Jesús Ortiz, José María Sepúlveda Bustos y Rigoberto Rivas, la Respetable Logia Tolerancia N°12 levantara columnas el 19 de diciembre de 1914, trabajando en el Templo ubicado en calle Carrera número 559 –hasta 1920–.

 
                                  Rigoberto Rivas Del Valle                    José María Sepúlveda Bustos

Ortiz siempre fue tenaz y enfrentó desafíos: Luis Rubilar -autor de "El imaginario del profesor rural en las novelas del maestro normalista Manuel J. Ortiz"-, comenta lo complejo de sus primeras experiencias docentes, "concretamente en los pueblos de San Ignacio y Bulnes en la provincia de Ñuble, comunas agrarias, deprivadas culturalmente y sometidas al poder político local, las más de las veces arbitrario por parte de caudillos y terratenientes".

Aquel templo de calle Carrera no fue el único lugar donde los masones “pulieron la piedra bruta”: también lo hicieron en El Roble N°448; luego, desde 1926 a 1933, en una casa perteneciente a la familia Tohá, en O’Higgins, hoy Isabel Riquelme N°523. Posteriormente en El Roble N°537y, tan sólo dos meses después del terremoto del 24 de enero de 1939, en su sede de emergencia ubicada en calle Arauco N°1057, para luego instalarse definitivamente en el actual templo de calle Rosas N°456, muy cerca de Avenida Libertad. Memoria Chilena recuerda que aquella gran catástrofe "volvió a dejarla en el suelo, obligando a reconstruirla prácticamente desde cero".


Escuela Normal de Preceptores


Chillan en ruinas, terremoto del 24 de enero de 1939

 
         Pedro Poblete Vera                               María Espíndola y familia

Según estimaciones de la Dirección General de Obras Públicas, Chillán se destruye en un 95%. El 20 de agosto de 1939 visita Chillán por segunda oportunidad el Presidente Pedro Aguirre Cerda y se establecen las especificaciones de la ordenanza municipal que decreta nueve zonas de edificación en el nuevo Chillán. Iniciado en la logia Justicia y Libertad N°5 y posteriormente miembro de la logia Unión Fraternal N°1, Aguirre Cerda encaró el desafío de la reconstrucción con otro hermano masón: don Pedro Poblete Vera.

Nacido en Quirihue en 1904; Poblete Vera estudió en la Escuela Superior N°1 de Quirihue, en la Escuela Normal de Chillán y en la Escuela Normal de Victoria. Consigna la Biblioteca del Congreso Nacional que en el año 1938 fue nombrado intendente de Ñuble, cargo que ejerció desde el 24 de diciembre de 1938 al 31 de enero de 1941, fecha en que renunció. Fue integrante de instituciones sociales y culturales, como la Liga de Estudiantes Pobres, Brigada de Boy Scouts, Club Aéreo, Sociedad de Artesanos, Rotary Club, Club Deportivo Ñublense, Cuerpo de Bomberos, y Unión de Profesores de Chile. Murió en Santiago, el 19 de febrero de 1966.

Otra gran protagonista de los albores del siglo XX fue la pedagoga, poeta y activista chillaneja María Espíndola Núñez (1872 -1915), a quien se le atribuye el inicio del movimiento feminista organizado en Chile;  fue una de las fundadoras de la “Federación Femenina Panamericana”, precursora de la Educación Laica, fundadora del Liceo Americano para Señoritas y de la Academia de Bellas Artes de Chillán.

En el siglo XIX y parte del XX, las gracias femeninas son, según el académico Marco Aurelio Reyes, “tener buen porte, un rostro agradable, saber bordar, tocar piano y hacer dulces. A tales menesteres, se agregaban los propios del género: complacer al marido, ser madre, amamantar a los hijos, administrar el hogar, ordenar a la servidumbre y rezar la Novena. La mayoría de las sufrientes mujeres pueblerinas seguían siendo ‘jefas de hogar’, con todos los roles inherentes. Socialmente toda mujer era segregada, mientras los hombres hablaban de política, cosechas y negocios; ellas debían hacerlo de cocina, niños, costuras, sirvientes, santos y mandas”.

Sin embargo, María Espíndola no se amilanó y durante el Primer Congreso Femenino Internacional de la República Argentina, 1910, diría: “Cuán grato es a mi corazón poder alzar mi voz ante vosotras, hermanas en las ideas y compañeras en la ardorosa lucha por salir de las tinieblas a la esplendorosa luz de la ciencia y el saber. Y al daros a vosotras y a vuestra patria mi saludo personal, os traigo también el saludo de la mujer chilena que, como vosotras, lucha en el palenque de las ideas para conquistar su mejoramiento social, económico e intelectual”.

Esta notable mujer falleció el 12 de agosto de 1915; descansan sus restos actualmente en el mausoleo de la Sociedad Empleados de Comercio, después que la Logia Masónica de Chillán rescatara sus restos de la tumba destruida por el terremoto de 1939.El primer Centro Femenino Paramasónico de Chillán lleva su nombre: “María Espíndola N°12”.

           Fernando May Didier                         Arturo Mutizabal Sotomayor

 
Lautaro Vásquez Landa                               Otto Schaefer Hoffmann

Este centro fue encabezado entre 2014 y 2015 por Érica Schaeffer, nieta de otro gran personaje de la zona: Otto Schaeffer. En la Revista Patrimonial Chillán Antiguo se consigna precisamente que los primeros germanos llegaron a Chillán en el siglo XIX, y que ya en 1856 se había fundado un Club Alemán; capítulo aparte merecen los alemanes que llegaron a la Escuela Normal de Chillán; eran profesores de diversas especialidades. Podemos nombrar entre ellos a Georgi, Madsen; Schaeffer, Voss, Habenicht. El hijo del Sr. Schaeffer, Otto, fue el fundador de la Sociedad Musical Santa Cecilia y creador de la Casa del Arte. Él se hizo cargo de la Casa de Música de que tenía su padre frente a la Plaza de Armas.

Pues bien, el entusiasmo masónico fue tal en aquella época que, en la década de los ‘50, fruto de la iniciativa de un grupo de integrantes de Tolerancia N°12, logra levantar columnas otro taller: los contactos preliminares se inician a fines de 1957 y culminan el 12 de agosto de 1958 cuando se promulga el decreto que autoriza la creación de la Respetable Logia “Acacia” con el número de orden 107. La nueva Logia fue instalada el 16 de agosto mediante solemne ceremonia presidida por Óscar Pereira Henríquez, futuro Gran Maestro de la Gran Logia de Chile entre los años 1982 y 1986.

Referirse a los orígenes de la Logia “Acacia” N°107, es remontarse al Chillán de fines de la década del 50, con las características, dificultades, y desafíos propios de una época singular. Son destacadas personalidades quienes lideraron esta iniciativa: Lautaro Vásquez Landa, Luis Schaffer Morales, Víctor Sepúlveda Jara, Manuel Acevedo Montecinos, Carlos de Los Santos Segura, Federico Arias Urzúa, Jorge Petersen Acuña, Moisés Noriega Alarcón, Germán Muller Rohl y Raúl González Pastene, entre otros.

La Acacia es uno de los símbolos más importantes del Tercer Grado de Maestro; afirma el Diario Masónico que, pese a que estéticamente posee una belleza probablemente mucho menor a las de otros árboles, tiene implicancias esotéricas muy importantes, a partir de la identificación de sus propiedades. Su madera es resistente, con muchos usos en medicina, perfumería y con enorme capacidad de adaptación a suelos muy pobres, lo que a su vez permite ser usada en la lucha contra la desertificación y cuyas hojas permiten alimentar a ganados en condiciones particularmente difíciles. De tal suerte que la Acacia es un símbolo de inmortalidad, inocencia e iniciación, esperanza e integridad. En los oficios fúnebres, indica que en nuestro Interior existe una parte inmortal que sobrevivirá a la tumba.

En aquella época destacó la figura de Carlos Luis González Utreras, regidor de la Municipalidad de Chillán, entre 1950 y 1953 y elegido alcalde de la misma, desde 1953 a 1956; luego nuevamente regidor, desde 1956 a 1960 y de 1960 a 1961.Militante del partido Radical sería además electo diputado por la Décimosexta Agrupación Departamental "Chillán, Bulnes y Yungay", para el período 1961-1965; integraría la Comisión Permanente de Gobierno Interior y sería diputado reemplazante en la Comisión Permanente de Educación Pública.

Consigna la Biblioteca del Congreso Nacional que, en su ciudad natal, Chillán, González Utreras fue miembro de diferentes organizaciones, como del Centro Cultural Pedro Lagos Marchant; de la Sociedad de Empleados de Comercio, del Club Comercial; de la Corporación Colegio Concepción de Chillán; y Deportes Ñublense, entre muchas otras instituciones. Falleció en Chillán el 17 de junio de 2003.

La década del 50 también fue fructífera en San Carlos, pues un grupo de residentes que trabajaban en las logias masónicas del valle de Chillán, Tolerancia N°12 y Acacia N°107 deciden potenciar sugestión logial con actividades desarrolladas en su localidad. Es así como el 14 de septiembre de 1957 obtienen la autorización para crear un Triángulo en San Carlos, que se instala oficialmente bajo la denominación de Triángulo “David Benavente” N°7 en el valle de San Carlos.

Una década después, el 26 de julio de 1966, el profesor y contador, Aristóteles Berlendis Sturla, Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, decreta la creación de la Respetable Logia “David Benavente” en San Carlos, asignándole el número de orden 123. El 5 de diciembre se le extiende la Carta Constitutiva y doce días después, es instalada solemnemente su primera oficialidad en una especial ceremonia en el templo masónico del valle de Chillán. A contar del año 2010, por determinación oficial, esta Logia pertenece a la Jurisdicción de Parral.

El doctor David Benavente, nacido en Ninhue, fue precursor de la Neurocirugía en Chile. En 1933 asumió la Gran Maestría, preocupándose de ordenar las finanzas, reglamentar el Fondo de la Solidaridad de la Gran Logia y socorrer materialmente a los hermanos afectados por la vorágine política del momento. Puso en marcha además el Departamento de Acción Masónica como un centro de investigación y docencia. La publicación científica SciELO consigna que destacó “por su valor humanitario y profesional como cirujano ejemplar desempeñado labores de jefaturas, y procedimientos vinculados a la cirugía experimental y la neurocirugía”.

Chillán 1950

                              David Benavente Sepúlveda                              


1976, Centenario fundación Logia Tolerancia Nº 12 

El libro “Masonería en Chile” agrega que, para encontrar una solución al problema agrícola, a mediados de la década del cincuenta, durante el gobierno del general Ibáñez, se ensaya un sistema de desarrollo del agro, el plan Chillán, financiado por los Estados Unidos de Norteamérica, tendiente a activar una de las regiones más deprimidas del país y que aún sufría las consecuencias del terremoto del año 1939. Dentro de este programa, se crea la Escuela de Agronomía dependiente de la Universidad de Concepción, quedando a cargo de un grupo profesionales que, a su vez, eran masones, quienes se afilian a la logia Tolerancia N°12.

Tras la creación de la Logia David Benavente se vivieron otros dos hechos relevantes para la historia de la Masonería en Ñuble: el 23 de octubre de 1976 se celebró el Centenario de la Fundación de Tolerancia N°12 y, un mes más tarde, miembros de este taller y de Acacia 107 se reúnen por primera vez para dar los primeros pasos en la creación de una tercera logia en el Valle de Chillán. Su trabajo llegó a buen puerto pues por decreto de junio de 1977, se autorizó la creación de la Logia Pedro Lagos MarchantN°138, taller que comenzaría a trabajar masónicamente de modo oficial desde su instalación el 3 de septiembre de aquel año.

Pedro Lagos Marchant nació en Chillán, en la Estancia de Mengol, en 1832; hijo de Manuel Lagos Jaraquemada y Rosario Marchant. Se casó con Juana María de las Mercedes Lagos y tuvieron una hija. La acción más destacada de la vida militar de Pedro Lagos, fue la campaña de Arica con la toma del Morro, hecho que ocurrió el 7 de junio de 1880. El general Baquedano le encargó el plan de captura de esta ciudad y Lagos planificó el asalto con gran astucia. Aquella fue una acción militar en extremo eficiente, pues en tan solo 55 minutos lograron alcanzar la cima y dominar toda la situación.

También tuvo una destacada participación en la campaña de Lima, participando activamente en las batallas de Chorrillos y Miraflores. En marzo de 1881 fue nombrado comandante en jefe del Ejército de Ocupación, en reemplazo de Baquedano. Su última distinción la obtuvo el 23 de noviembre de 1881, cuando alcanzó el cargo de comandante general de Armas de Santiago. Tres años después, dejó de existir en Concepción, el 18 de enero de 1884. Sus restos fueron transportados a Santiago, el 20 de enero, aniversario de la batalla de Yungay, escoltado por comisiones cívicas y militares. Las honras fúnebres del héroe tuvieron lugar esa misma mañana de la partida presidencial, 21 de enero de 1884, en el templo de la Recolección Dominicana.


  NUEVAS LOGIAS ILUMINAN NUESTRO VALLE

La Gran Logia de Chile afirma que la historia de la Logia Enrique Pastor López N°176 de Coelemu-Parral “tiene profundas raíces; un 3 de diciembre de 1944 en el Valle de Tomé, en la Logia “Diego Barros Arana” N°83, se realizó una Ceremonia de instalación, que daba vida al “Triángulo Confraternidad” N°48 del Valle de Coelemu”. Es ahí donde se encuentra la matriz de los integrantes de este taller que también posee un vínculo con la jurisdicción de Talcahuano, al ser fundada oficialmente en 1996 como reconocimiento a los enormes méritos masónicos del Querido Hermano Enrique Pastor López”.

Comerciante nacido en Málaga, España, en el año 1826, habría llegado a Valparaíso alrededor del año 1850, donde entró en contacto con masones que le invitaron a la Orden. Iniciado en la logia Unión Fraternal N°1 a principios de1856, desarrollará una brillante y destacada vida dentro de la fraternidad. En 1860 ya había alcanzado el grado de Maestro, y ese mismo año se trasladó a Concepción donde, junto a otros hermanos, funda la logia Estrella del Sur bajo la dependencia del Gran Oriente del Perú. A partir de entonces comienza su gravitante historia en la masonería penquista: en 1860 funda la logia Aurora de Chile, bajo la obediencia del Gran Oriente de Francia; en 1862 la logia Fraternidad N°2 y contribuye a la fundación de la Gran Logia de Chile; en 1883 contribuye como fundador de la logia Paz y Concordia N°13, que tras trabajar en instancia todo ese año, fue solemnemente instalada el 12 de enero de 1884, quedando él como Venerable Maestro, cargo para el cual posteriormente fue reelegido, dejando una profunda huella masónica. También su carrera en la masonería capitular fue brillante, alcanzando los más altos grados. Pastor López falleció en el año 1911 y sus restos se encuentran en el cementerio de Concepción.


La historia masónica nos sitúa luego a fines de 1987, ocasión en la cual se planteó por primera vez la creación de una cuarta Logia en el Valle de Chillán, idea que sólo pudo prosperar en 2001 cuando se formalizaron los trámites pertinentes para conseguir la aprobación oficial. Reunidos algunos Hermanos de las Logias Tolerancia N°12, Acacia N°107 y David Benavente N°123, en 2001 se elabora el acta de fundación.

Mediante nota recibida el 25 de marzo de 2002, la Gran Secretaría General aprobó la nueva Logia en Instancia de Constitución con el nombre de “Eugenio Matte Hurtado” y cumplidos otros diversos trámites, el 26 de noviembre de 2002 se instala como Logia Justa y Perfecta con el número de orden193.

Eugenio Matte Hurtado, abogado santiaguino, fue elegido Gran Maestro de la Masonería chilena a la edad de 35 años. En el breve período que ejerció dictó dos importantes medidas: la creación del programa de instrucción para aprendices, compañeros y maestros; y la acción en el mundo exterior de la Masonería en la protección de la infancia, orientación de la juventud, mejoramiento del proletariado, liberación de la mujer y educación nacional.

Retomando el devenir local, apenas pasaron tres años y la inquietud por formar una quinta Logia en el Valle avivó el fuego masónico de 28 Hermanos de la Respetable Logia Pedro Lagos Marchant N°138 y el integrante de Acacia n°107, Raúl San Martín González, que consiguieron iniciar la tramitación respectiva. Así, se llegaría al 29 de julio de 2005 cuando se produce la Instalación en instancia de Constitución de la Respetable Logia Ñuble N°203; el jueves 15 de diciembre de aquel año se produjo el Levantamiento Oficial de Columnas como Logia Justa y Perfecta. Sin embargo, como dicho mes contempla muchas actividades tanto masónicas como profanas, se prefirió considerar el 27 de mayo –Acta de Fundación– como el día a celebrar de modo oficial. 





Recientemente, en el Cementerio Municipal de Chillán, la Respetable Logia Ñuble N°203, con la colaboración de otros Queridos Hermanos, donó a la Masonería de Chillán el memorial titulado “La columna truncada”, como un homenaje a sus integrantes fallecidos.

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