jueves, 16 de septiembre de 2010

Poeta Sergio Hernández Romero / 1931 - 2010


Don Sergio, por donde va su caminar, tranquilo y sereno? las calles de Chillán lo acusan y extrañan.
Chillán es lo que tienes y eso es bastante, esa sed que tuviste no la contuvo ningún cántaro y para tanto cansancio acumulado, Chillán es tu almohada, tu principio, tu mañana; Chillán vela y respeta tu silencio porque tus penas nunca fueron penas sino palomas escapadas.
"Una ola de tiempo, cubre la playa y alguien apaga afuera la rosada luz de los almendros"

La poética de Sergio Hernández (Chillán 1931); nos ofrece una “visión transparente y reveladora de la parte más dramática de la existencia”. Sin embargo su poesía no es parte del consciente popular, más bien es reconocida en un reducido círculo intelectual de Chile. Su figura y su obra más bien forman parte de ese denominado grupo de “poetas olvidados” que paradójicamente, fue el tema que Hernández presentó a modo de discurso de incorporación como Miembro Correspondiente de la Real Academia Chilena de la Lengua. Aceptado como el primer chillanejo en formar parte de ese cuerpo. Quizás esa extrema humildad, lo aleja de las luces, la cual deja al descubierto al comienzo de su discurso: “Estamos asistiendo a un acto insólito en nuestra provincia. Por primera vez la docta corporación que fundaran José Victorino Lastarria y otros esclarecidos compatriotas del siglo pasado, celebra una simbólica sesión en nuestra ciudad para incorporar, como miembro correspondiente, al modesto chillanejo que les habla…”

Hernández es un gran poeta, “que ha sabido sabiamente mantenerse a distancia de la influencia de Nicanor Parra, sin embargo, en algunos casos lo supera, es un poeta del dolor, de la ternura, del amor a sus semejantes, de la solidaridad, de un gran humanismo”. Porque “Se aproxima al misterio: lo roza con un soplo, y el soplo es como las alas de un colibrí… el espíritu que en su poesía jamás se interrumpe”. Hace dos años, cercano a la muerte casi en precipicio, resurge de un coma diabético, además se recupera de una pulmonía fulminante, su vocación de soledad lo desafía constantemente en esta estación longeva, Hernández pregunta en su poema Señor…
“Señor dime si existes /te pregunto en la noche del desamparo y la amargura /mientras mis propios demonios/ me clavan a esta cruz invisible/ con los horrendos martillos/ de la culpa.”

Sergio Hernández forma parte del Patrimonio intangible de Chile, de ese “Patrimonio Olvidado”, por ello es el momento del renacimiento, de retomar el vuelo, de acariciar aquel pez del susurro, luminoso, que enciende el Acuario. Puesto que el respeto y reconocimiento de sus pares, no es suficiente, se necesita el compromiso en la propagación su obra. Mi encargo es rescatar su figura desde el “olvido” incluso desde la “ignorancia”.


PALABRAS EN EL CEMENTERIO GENERAL DE CHILLÁN, PARA SUS FUNERALES EL DIA 4 DE OCTUBRE DE 2010 / Máximo Beltrán




Don Sergio, por donde va su caminar, tranquilo y sereno? las calles de Chillán lo acusan y extrañan.
Chillán es lo que tienes y eso es bastante, esa sed que tuviste no la contuvo ningún cántaro y para tanto cansancio acumulado, Chillán es tu almohada, tu principio, tu mañana; Chillán vela y respeta tu silencio porque tus penas nunca fueron penas sino palomas escapadas.

A las 20:16 horas del día 2 de octubre se apagó en Chillán la vida de dn. Sergio Hernández Romero que consagró íntegramente al servicio de hacer de su vida una verdadera poesía.
No es el dolor lo que nos reúne hoy en este lugar de tristeza y de luto. La urna que en estos momentos rodea un grupo humano disperso, plural y acongojado, despierta en nuestras almas los amargos sentimientos que siempre inspira la pérdida de un ser querido cuyo cadáver venimos a depositar en la mansión de los muertos.

En presencia de este cuerpo, que sirvió de ropaje mortal al espíritu de Sergio Hernández Romero sólo se hace sentir el eco de la gratitud de los suyos, que vienen a rendirle el tributo de su admiración y de su respeto. Cuerpo venerable y cuerpo proscrito por la medianía del tiempo de una ciudad profana e ingrata pero que hoy triunfante recibe las bendiciones de la justiciera posteridad.

La voz del poeta / hombre se alza en todas partes del celeste universo, allá lejos las trompetas abren los cielos y reciben tu alma para que junto a los que ya partieron enlacen una vez más la ronda del amor que en un principio iniciaron los maestros.

No pretendo esbozar tu biografía en esta tarde enlutada,
“A ciegas casi a tientas, con el candor más puro, casi como una estrella fuiste cayendo lento, destartalado y solo, desde tu órbita a la tierra.
Desdentadas galerías se te abrieron; sótanos mudos te llamaron; subterráneos siniestros, enmarañados laberintos te atraparon y no era posible nada, sino seguir cayendo, clamado, reclamando; callando, enmudeciendo hasta darte por muerto entre los muertos.

Pero estabas vivo, escalaste tuberías, forzaste puertas, derribaste muros con tus gritos hasta caer de plano en plena vida. Recogiste gaviotas, fuiste aventando cariños y anduviste largamente sonriendo, acariciando niños, alimentando pobres, perdonando adultos, en fin; simplemente viviendo entre los vivos.

Por ese tiempo conectaste tus venas con los ríos y el mar se puso rojo. Eras tu el taumaturgo, que trasladaste montañas, jugaste al ajedrez con las ciudades; deshojaste las galaxias como flores, resucitaste muertos para mostrarle lo bello de este mundo.”

He aquí en rápida reseña algunos de los hechos que la posteridad recuerda cuando el pueblo chillanejo se agrupa en este sitio para despedir el cuerpo mortal del gran ciudadano, ya que no le es dado poner sobre sus sienes la corona inmarcesible a que lo hicieron acreedor su humildad y sus virtudes.

Pero Sergio Hernández no ha muerto: vivirá inmortal en la justiciera enseñanza de la historia de la literatura de Chile, en las paginas de nuestras vidas y en el recuerdo de sus chillanejos a los que tanto amó, por el cual hizo el más noble de sus sacrificios transitar tranquilamente como los grandes leones a su ultima morada.

Sergio Hernández…!!!...La comunión de espíritu en que viviste junto a los que nos ponemos de pie en el lindero de lo desconocido, te despedimos, y agradecemos por lo obrado.
Las nuevas generaciones de artistas agradecen el camino que trazaste, que diseñaste de la mano del creador sin pretensiones mundanas, solo con el propósito confeso de ser parte de la difícil tarea de co-crear.

Hoy falta alguien, allá lejos la poesía se escribe sola.

2 comentarios:

  1. Es un gusto conocerte y conocer tu blog y tus temas, Máximo. Estuve hasta hace muy poco en esas tierras de Ñuble.
    Ahora ando por la Triple Frontera.
    Al poeta Hernández lo conocí no hace mucho, y me bastó leer unas pocas líneas para percibir que es de los más grandes.

    Me acaban de publicar una breve reseña en The Huffington Post sobre Hernández. Así contribuimos y seguiremos contribuyendo a que su obra nunca caiga en el olvido.

    Un abrazo

    Jorge Muzam. Escritor chileno.

    http://voces.huffingtonpost.com/jorge-muzam/sergio-hernandez-ultimas-senales_b_1730999.html

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  2. No podía ser otra persona. sólo tú, querido Max, pudiste decir bella y profundamente lo que fue y será Don Sergio Hernández Romero.

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