domingo, 19 de junio de 2016

Mini Relato EL APAGÓN

(contexto Chillán antiguo, quizás en 1870, arriba de un "carro de sangre", 
de aquellos que unían el pueblo viejo con Chillán)


Carro de sangre, s. XIX, Chillán.

Los colores que despiertan; una vez que la luz artificial se apaga; me conecta con otras miradas, que pareciera atesorar como recuerdos de un lugar que no logro hilvanar.

Quizás son los pasillos de nuestros viejos que la memoria centenaria se atreve a ratos emerger para contarme “algo”. Porque ya las velas del candelabro están cobrando vida al acompañarme en estas líneas que escribo , imaginando la escritura con una pluma de esas que una vez descubrí trajinando en una cómoda vieja en la casa de mis tíos. El cuadro del fondo, el viejo cuadro de la vendimia, con esos brazos de mujeres chilenas encumbrando canastos de uvas , pintado con las luces del día comienza a cobrar vida con el tintilleo de las velas que sutilmente ilumina la escena.

Todo es un recreo, un espacio-tiempo de descanso y confidencias de recuerdos prestados de la cajita misteriosa que me acompaña y que la destapo de vez en cuando para que me acompañe en este viaje.

Sigo al encuentro de aquellas imágenes, logrando rescatarlas desde los tranvías y quizás recordando un viaje desde el pueblo viejo en el último carro de sangre, alegre, cantando y acompañado de guitarras, chinas y pendencieros, con multitud de sabores y olores guardados en mi ropa al encuentro de la casa iluminada con chonchones y preocupados por la juerga del domingo.

El sonido de los caballos que produce sobre el empedrado rustico del camino viejo es un mantra que me acompaña en este recuerdo; los olores de las chacras vecinas ayudan a la complicidad de los juegos furtivos; claro, el viaje es lento, y a veces nos bajamos y nos perdemos entre las hilera de los choclos y las melgas de los tomates………

¡¡¡¡…UFFF..llegó la luz….!!!!!!!!

martes, 14 de junio de 2016

CHILLÁN 436 años

CHILLÁN 436 años
1580 - 2016



Estos 436 de vida como ciudad, nos anuda a numerosas historias y ricas vivencias que nos llegan a través de la oralidad; son esas conversaciones atadas a nuestros recuerdos las que nos ayudan a crecer como habitantes de esta urbe cuatro veces centenaria. Se trata de repetir, esta vez por escrito, aquello que la memoria no puede retener cada vez que rasguñamos nuestros recuerdos. Pretendemos, sin ser historiadores, entregar otras hojas al libro de nuestra vidas; una suerte de memoria colectica que necesitamos dejar por escrito en acto de gratitud por aquellos que nos entregaron estos recuerdos, entre silencios y susurros.
Esta memoria, la columna que nos hermana a todos, la llevamos como equipaje en nuestras vidas; son el ingrediente que nos permite ser mejores ciudadanos, porque sin ella, nos extraviamos en la historia; la brújula perdería su mercurio.
Al hojear los recuerdos, Chillán se presenta con un gran apellido, a manera de esas conversaciones sociales donde los chillanejos todavía recuerdan con pretendida grandeza su origen peninsular, pero eso es fantasía. Aunque el álbum familiar, nos hable de oropeles, óxidos y de su gran arquitectura, que se fue con el terremoto del 1939, si no somos capaces de reconstruirnos y aceptar esta memoria como principal ingrediente del futuro; podemos caer en el estancamiento.


Los invitamos a reconstruirse, y que la memoria que nos sustenta sea el abrigo para este propósito. Solo la memoria nos permitirá avanzar para que hojeemos nuestros álbumes con cariño, con respeto, en un ritual de agradecimiento.
Queremos recordar en este nuevo aniversario de nuestra ciudad, que los pueblos que no se miran a sí mismos y no conocen su historia –al igual que las personas que van por la vida sin analizar su pasado- , corren el riesgo de repetir una y otra vez los mismos errores. Es el momento de enfrentar el futuro con nuestra multiculturalidad y nuestra memoria herida a cuestas, para construir una ciudad donde todos tengamos un futuro, sea cual sea nuestro origen.







chillanantiguo@gmail.com

miércoles, 1 de junio de 2016

Libro CHILLÁN, al sur de Chile.

CHILLÁN,
al sur de Chile.



Este libro digital es una mirada personal, aquí no encontrarán un registro turístico, sino una sencilla mirada de mi entorno, sin mayor pretensión que el recurso estético propio de aquel que solitario busca en la justa medida de las cosas, esa belleza latente a la vuelta de la esquina.

LIBRO DIGITAL (descargar)