jueves, 20 de diciembre de 2018

CHILLÁN, RETABLOS RELIGIOSOS Iglesia San Francisco de Chillán

Objetos litúrgicos. 
Los libros visuales: el Retablo.
Modos de evangelización y educación, antes del ingreso de la imprenta a Chile, en la época colonial.

Artículo en desarrollo
p. Rodolfo Hlousek Astudillo














jueves, 13 de diciembre de 2018

REFLEXIÓN IDENTITARIA / Chillán

¿Quién fui? ¿quién soy? y ¿quién seré?, son las tres interrogantes que sitúan el proceso de identidad personal y colectiva; de esta manera sutil y perenne se yuxtaponen pasado, presente y futuro en este viaje memorístico e identitario de pertenencia y arraigo de un colectivo urbano que lleva más de quinientos años. Chillán es un relato que anuda recuerdos desde 1580, que necesita ser contado a modo de cuentos alrededor del brasero en un corredor viejo, provocar que ese recuerdo te anude a la tierra y que de manera sempiterna seamos capaces de reconstruir nuestra historia, quizás resignificando todo lo aprehendido para llegar a situarnos limpios y sanos en las puertas de la modernidad.

Sin esa simbiosis no podemos hablar de identidad, tan solo de fragmentos parchados de un gran relato que asoma a veces, cuando el interés personal se ve afectado. De esa manera Chillan, como muchas ciudades y pueblos de Chile, es una sumatoria de parches que fueron sucediéndose sin querer y que reviste necesariamente un replantearse que queremos construir; para que la gesta de nuestros antepasados (y no hablo héroes y artistas que ya están muy “manoseados”) refleje una narración coherente lejana al ruido de la omisión en los textos de estudio de nuestro relato de ciudad, provocando una ignorancia muy peligrosa en el sentido, como decía el filósofo francés Jacques Derridá, “el desmantelamiento de nuestras construcciones simbólicas originaría la ausencia de centros, lo que implicaría una tensión permanente”, es decir la ausencia de un relato ciudadano implicaría si y solo si un desarraigo a su entorno lo que deshumaniza al ciudadano, dejando indefenso su sistema inmunológico de saberse, de reconocerse, de espejearse con el otro.

REFLEXIÓN PATRIMONIAL / Chillán

El activismo patrimonial es peligroso, de una y al seco; para que ir con rodeos; si eso es lo que estamos viendo y sintiendo en Chillán; una ciudad que está estancada y fea, y que mañosamente grupos se yerguen en que sigamos estando de esa manera. Paladines del patrimonio aspiracionales y muchos foráneos que nos viene a dar cátedra a nosotros sobre cómo hacer ciudad y como queremos ser.


Tres grupos bien definidos existen en Chillan en este propósito; los colegiados que desde sus egos creen que su verdad es absoluta y desean a toda costa imponer su credo; otros los resentidos que buscan protagonismo porque el tema patrimonio e identidad da votos, pero como no sacaron ni uno en las elecciones pasadas, pelean desde su trinchera, amurrados y con bronca; y los oficiales que para ellos el patrimonio e identidad es la carta “comodín” (joker) en su viaje político, juegan al “achunte” al “azar”, a veces le apuntan a las loceras de Quinchamali, otras veces a Santa Elvira, así juegan todo él año. Es decir llegamos a un tema ideológico, donde el patrimonio e identidad les importa un “bledo”.


La identidad y patrimonio no es un edificio viejo o una casa de tal o cual estilo, no es santa Elvira ni las locera; sino una sumatoria de respiros que forman un lenguaje sutil y que bien sabemos todos, sino este colectivo urbano ya no existiría con tantas destrucciones y levantamientos. Habida cuenta que la naturaleza ya nos prodigó de tres grandes terremotos que destruyeron “físicamente” nuestra ciudad en tres siglos diferentes; pero no aniquiló nuestra memoria ni identidad, que siguió su relato centenario.


Invito a los conciliábulos ideológicos y dogmáticos, que han secuestrado el concepto de patrimonio e Identidad a reflexionar y soltar amarras, ser libres y dejar que Chillán siga su relato constructivo; por más que traten de encauzar el rio, este seguirá el curso que la naturaleza ya trazó.

domingo, 14 de octubre de 2018

LOS RIQUELME, una familia chillaneja

P. Máximo Beltrán
"Reseña de Familias Fundadoras" Horacio Aranguiz Donoso
"Familias Fundadoras de Chile" Julio Retamal Favereau, 1540 - 1600
"Orígenes de las antiguas familias de Chillán", Gustavo Opazo Maturana.
www.genealog.cl
http://genesdefamilia.blogspot.com/ (estudio)


Los Riquelme de la Barrera y Pérez de Hita, fueron los padres del primer Riquelme que paso a América y que se avecindó Chillán, Francisco Riquelme de la Barrera y Pérez (1550 – 1627) que casó con Leonor de Toledo y Alfaro (1576 – 1646) hija de Alonso Álvarez de Toledo Mejía e Isabel de Alfaro.

Francisco y Leonor fueron padres de Alonso y Francisco; Alonso Riquelme de la Barrera y Toledo (1595 – 1667) casó en Chillán en 1628 con Melchora Candia de Robles Cancino  (1607) y están consignados siete (7) hijos, Sebastiana (1635), Alonso (1639), Francisco (1640), Catalina (1641), Isabel (1645), Melchora (1650) y Pedro Riquelme de la Barrera y Robles Cancino (1654).

La hija mayor Sebastiana (1635) está vinculada por matrimonio con José Román de Tamayo y López, con descendencia en García de Vergara, Peredo y Gallegos.

Alonso (1639 – 1680)
, vinculado por matrimonio con Paula Gajardo Fernández de Soto, con descendencia en De la Barra, Lillo y Lagos, Vallejos, Araya y Guzmán, Contreras y Meza, San Martin y Cisternas, Brevis, Bravo de Villaba, De la Fuente, Ortíz, Llanos, Zarate, Arias, Molina, Parra, Leiva, Alarcón, Nuñez, Leiva.

Francisco (1640 – 1706), vinculado por matrimonio con Ana María Zabala y Camilo, con descendencia en Ávarez, Contreras, González de Medina, Almeyda, Donoso.

Catalina (1641), vinculada por matrimonio con Alonso de la Rosa, con descendencia en Rojas y Salinas.

Isabel (1645) No hay datos.

Melchora (1650 – 1712)
, vinculada por matrimonio con Juan de Toro Mazote y Grijalda, con descendencia en Silva, De la Vega, Elizondo, Antúnez, Torres y Prado, Cabanillas, Ugarte, García, Montt, Ureta, Saavedra, Vidaurre, Molinares, Acuña, Martínez, Lillo, Urrutia, Solo de Zaldivar, Salinas.

Pedro (1654 - 1729), (de esta rama viene el PADRE DE LA PATRIA)vinculado por matrimonio con Inés de Meza Herrera, con descendencia en Hernández, De los Reyes, Cerda, De la Rosa, Oyarzún, Elgueta, Goicoechea del Pino, Mesa y Ulloa, O`Hiigins, Venegas, Zuñiga, Lagos, De la Fuente, Sepúlveda, Rodríguez, Diaz, Muñoz, Venegas, Acuña, Espiñoza, Rosales, Peñailillo, Herrera, Méndez, Muñoz, Morales, Bao, Navarrete, Zapata, Vargas, del Río, Soto,Godoy, Contreras, Canales de la Cerda, García,

miércoles, 26 de septiembre de 2018

MÁXIMO BELTRÁN FUENTES


ANTECEDENTES


Estudia y egresa de Diseño Gráfico en el Instituto Profesional de Chillán, casa de estudio sucesora de la U. de Chile y antesala de la Universidad del Biobío . Tiene una destacada trayectoria como artista visual, exponiendo en los espacios culturales más relevantes de nuestro país. Ha publicado los libros “Chillán; deambular por los pliegues de la memoria” (2008), “Arquitectura de la memoria Chillán Antiguo” (2011), “Plegaria a todos mis muertos” (2014), Buchupureo, al sur de Chile (2016), Chillán, al sur de Chile y el año 2018 obtiene Fondo del Libro y la Lectura / Creación / Referencial con su libro "Todo comenzó en Chillan" que actualmente publica . Además es coautor en los libros, “La casa” con Elgar Utreras (2013), “Cementerio de angelitos” con Carmen Mantilla (2014), “Santa Elvira, barrio patrimonial” con Patricia Orellana (2015).

Su obra plástica se funde con el relato patrimonial, siendo prologada por la academia y sus pares; ha recibido múltiples reconocimientos por su obra , emblemático es el reconocimiento de Biblioredes en 2010 por su aporte a nuestra cultura local en el bicentenario de la república. La red Urbatorivm de Santiago de Chile lo distingue con la Llave de Oro el año 2012 y en 2014 recibe la distinción “Gobernación de Ñuble”, por su valioso aporte al rescate del patrimonio histórico y cultural de la provincia, hoy Región de Ñuble.

En 2015 es invitado por la Universidad del Bío Bio a formar parte del patrimonio artístico de Ñuble, que se manifiesta en la donación de gran parte de su obra, es distinguido por la Ilustre Municipalidad de Chillan con el Premio Municipal de Arte y Cultura 2015, recibe el Premio AMA-BIOBIO 2017 por su acción de memoria y el año 2018 crea el Mapa conceptual histórico “Chillan, sus fundaciones y destrucciones 1580 – 1835”.






De su trabajo y obra el sr. Carlos René Ibacache, Miembro de la Academia chilena de la Lengua nos dice: “Por sus realizaciones, Máximo es el gran garante de nuestro patrimonio cultural y como observador artístico y periodístico se nos aparece comprometido con la historia, con el arte, con la cultura, con todo el quehacer social y político, como gestor y actor cultural”

La obra de Máximo Beltrán está presente en la Bibliografía de Ñuble, citada en el libro Chillan, las artes y los días de Armando Cartes Montory (2015); en la Antologia de Pintores Enseñantes de Ñuble de Julio Utreras (2015). Editorial Ortiga consigna: “el trabajo de Máximo Beltrán se ha anclado en, entre y desde los espacios, es un proyecto que se ha iniciado desde Chillán…”(2008); Carme Larraburu hacedora Cultural de Argentina escribe: “Máximo, en su trabajo diluye los recursos patrimoniales para dejarnos lugar a la actuación, es como si nos susurrara al oído” (2008).

Máximo Beltrán Fuentes, ha sabido unir la tecnología con su tiempo; su formación como diseñador gráfico y toda su propuesta patrimonial en sus publicaciones; quizás el hecho de que su trabajo sea privado y que responda a un real ejerció de contribuir a una mejor sociedad, le ha valido una independencia en su propuesta de trabajo.

El trabajo de Máximo Beltrán Fuentes, definitivamente no muere, ahora está en el proyecto de libros digitales (español e Inglés) sobre las comunas de la Provincia de Ñuble, dando comienzo con la publicación, Buchupureo al sur de Chile.
https://issuu.com/maximobeltran/docs/libro_a69b148a8bad90
El nos dice en el prólogo de esta colección: “…Este libro es una mirada personal sobre Buchupureo, que a través del arte de la fotografía he registrado en un momento determinado. Son sencillas miradas sin mayor pretensión que el recurso estético propio de aquel que solitario busca en la justa medida de las cosas, esa belleza latente que se descubre a ratos y nos enrostra sencillez.
Buchupureo, al sur de Chile; da comienzo a una colección de localidades de la provincia de Ñuble, que no siendo específicamente libros de turismo, si podrán conocer a través de una mirada personal, los pueblos que conforman la provincia”.

OBRA PATRIMONIAL
2008 Publica el libro de arte, pero también de carácter patrimonial “Chillan, deambular por los pliegues de la memoria”, era 2008,
http://maximobeltranarte.blogspot.cl/2010/07/muestra-plastica-chillan-deambular-por.html

2010 Materializa su labor de rescate identitario de la ciudad de Chillán con la creación del blog Chillan Antiguo
http://chillanantiguo.blogspot.cl/2015/11/el-puente-confluencia-chile-el-valor-de.html donde desarrolla centenares de temas y la DIBAM lo reconoce en el 2010 como un real aporte al rescate de la identidad local, http://chillanantiguo.blogspot.cl/2011/01/blog-chillan-antiguo-fue-galardonado.html siendo un espacio de contribución y consulta para los estudiantes .Su trabajo privado y voluntario, se manifiesta en una serie de publicaciones, donde su “opera prima” es el concepto Chillán Antiguo que se concreta en una revista.

2011 Publicó el libro Chillan Arquitectura de la memoria.
http://www.ladiscusion.cl/index.php/vidaycultura/109-cultura1230166962/3557-libro-de-maximo-beltran-sobre-patrimonio-abre-una-nueva-veta

2012 Recibe de la Red Urbatorium de Santiago de Chile el reconocimiento “La llave de oro” por el mejor perfil cultural e histórico de naturaleza independiente, disponible en toda la internet con relación exclusiva sobre la ciudad de Chillan.
http://www.ladiscusion.cl/web50/index.php/vidaycultura/vidaycultura1110121213/cultura631336175/7865-chillan-antiguo-recibe-llave-de-oro?responsivizer_template=desktop

2013 Publica Libro La Casa, en conjunto al poeta Elgar Utreras (2013),
http://letras.s5.com/eutr110314.html
https://issuu.com/maximobeltran/docs/libro

2013 Publica Cementerio de Angelitos junto a Carmen Mantilla
https://issuu.com/maximobeltran/docs/libro_cementerio_de_angelitos

2014 Recibió la merecida distinción “Gobernación de Ñuble” por su valioso aporte en el rescate del patrimonio histórico y cultural de la provincia.
http://www.ladiscusion.cl/index.php/vidaycultura/vidaycultura1110121213/cultura631336175/33858-gobernacion-de-nuble-premio-a-personas-y-entidades-destacadas

2015 Publica el libro Santa Elvira barrio patrimonial en coautoría con Patricia Orellana .
https://issuu.com/maximobeltran/docs/libro_santa_elvira__barrio_patrimon

2015, Chillan lo reconoce con el Premio Municipal de Arte y Cultura.
http://www.ladiscusion.cl/index.php/vidaycultura/vidaycultura1110121213/cultura631336175/50968-conozca-los-premios-municipales-de-arte-y-cultura-de-2015

2017 Fundación Proyecta Memoria lo distingue con el PREMIO AMA Bío Bío.

2018 Crea el mapa conceptual histórico “Chillan, sus fundaciones y destrucciones 1580 – 1835”. Material docente donado a la Biblioteca Nacional de Chile.

2018 Seleccionado a través del Fondo del Libro y la Lectura, Línea Creación, por su trabajo literario Chillán, su historia, mi historia y autoriza a Memoria Chilena y a la Biblioteca Nacional de Chile publicar su trabajo patrimonial.

2019 Incorporada su propuesta artistica en la Antología Ensayo Literario "Lugares Ejemplares" del autor Tulio Mendoza Belio.
- Dona un extenso archivo fotográfico de aproximadamente 900 fotos papel y digitales de carácter - patrimonial a la Biblioteca Volodia Teitelboim de Chillán (Biblioteca Municipal).
- Dona a las bibliotecas públicas de Chillán el  Mapa conceptual histórico “Chillan, sus fundaciones y destrucciones 1580 – 1835”, de su creación y diseño.


OBRA ARTISTICA
En la obra artística de Máximo Beltrán Fuentes aprehendemos otra realidad, al igual que los conocimientos de la ciencia y la filosofía; el crítico de arte luxemburgues Rock Van den Kerchove dice: ” …más allá de la observación pictórica, de lo que miraríamos; son escenografías, pero también advertencias, porque Máximo Beltrán quiere vivir –ferozmente- las renovaciones de una íntima dramaturgia, de un desenterramiento de la memoria y de lo que se ha pensado. De las cuales a todo precio y utilizando todas las técnicas pictóricas, llevadas al dramatismo para encontrar desesperadamente una salida; alzarse en el oxígeno, en el aire, en la carne viva y desencarnada…” (2012)

La observación de su obra es lo que sucede en cada rincón del universo, del macro al microcosmos, es sentencia y relato de un tiempo, una época, un lugar, una vida; de esa manera el trabajo artístico de Máximo nos ilustra con el imaginario de la poesía visual lo que nos acontece, Joyce Olsen escribe en el Diario El Sur; “…para Máximo el arte es el relato del tiempo, de su realidad, son estos relatos los que unen al mundo del arte creando un tejido donde se encuentran todos los estilos y mensajes para crear una imagen del Chile de hoy”. (2013)

Su primera exposición la realizó en la tradicional Sala Silvia Molina, un mes de noviembre de 1988, el diario La  Discusión consignó: “un nombre relativamente nuevo en la plástica local, circunstancia que confirma a Chillán, como ciudad en constante renovación de valores”; fue ese impulso que sin duda lo marcaría, porque desde esa época, con interrupciones variadas, su trabajo plástico no ha cesado, certificando variadas distinciones donde las más emblemáticas a su parecer son las de tanagra, con el primer Lugar el año 1992 y menciones de honor en 1988 y 1989.

Su trabajo ha sido en Chillán, para y desde esta ciudad, así su obra toma como punto de inflexión su terruño, y desde ese eje parte al mundo, donde es invitado por la Faim-Madrid 2009 y su obra seleccionada por su óptima calidad artística. En Argentina es distinguido en la Muestra internacional de Arte Digital Venado Tuerto 2006; Feria mar del Sur, Buenos Aires 2008; galería Zero, Barcelona 2006; Museo Rosa Galiste de Santa Fe y numerosas salas universitarias.

Actualmente una parte de su obra fue donada a la Universidad del Bío Bío, por invitación de esa casa de estudios, para registrar patrimonialmente a uno de sus exponentes locales del arte y de esa manera incorporarlo en la academia. http://patrimonio.ubiobio.cl/Autores/19/

Su trabajo plástico está muy unido al trabajo patrimonial que ha desarrollado de manera incansable desde 2008, socializando el tema patrimonial en la ciudad de Chillán, desde los primeros Conversatorios y visitas patrimoniales guiadas y entablando la discusión sobre identidad local; sobre esta lucha a recibido distintos reconocimientos y publicado y editado libros y revistas revistas, todo detallado anteriormente.

De su obra nos dicen:

“Sus singulares y sorprendentes composiciones nos están expresando la fantasía de su pensamiento y su preocupación intelectual y lírica, como formas de sentir y crear el arte”.
Baltazar Hernández / Acuarelista / Ensayista 1991.

“Su tendencia preferencial es el dibujo, que cultiva con devoción y acabada técnica”
Sergio Vallejos / Pintor /Profesor U.de Chile 1992.

“Observar su obra es comprender en pate el proceso de cómo se va construyendo la conciencia colectiva de una sociedad sobre la base de un enjambre de filamentos repartidos en el tiempo y en el espacio, catalizados dentro de la memoria o del alma de los grupos humanos”.
Marco Aurelio Reyes Coca /Decano Facultad de Humanidades UBB / 1994

“Iconos y formas, repletas de detalles y poesía; un excelente dibujo que poco a poco va vistiéndose de color, textura y expresión para dar paso a la obra”
Francisco Del Despósito / Lic en Diseño / Mg Comunicación UDP, 2003.

“De factura impecable. Precisión en los trazos, equilibrio composicional, manejo de los contrastes y una atmósfera que nos introduce a una reflexión permanente, quizás, en busca de respuestas a un encuentro con lo pasado y lo presente”.
Luis Cuello Madariaga / Lic. En Artes / Artista Visual / (2003)
“Pulcro, impecable, inquietante búsqueda del tiempo”.
Félix Martínez / Prorector UBB / 2004.
“Máximo Beltrán, utiliza todas las técnicas y texturas para expresar a través de sus obras, su mirada estética, teñida gratamente de una suerte de dulce nostalgia…”
Patricia Orellana / Periodista Cultural / Diario la Discusión / 2004.

“Excelente su trabajo de la técnica y la contextualización de su temática; se complementa cabalmente con la aplicación a cada obra, se tratan de alguna manera de temas ocultos, que atienden al aspecto volitivo del artista”.
Rodrigo Vera M: / Lic. Artes / Mg. Teoría Historia del arte U. de Chile / 2004.

“Dibujar o delinear con palabras un acercamiento al trabajo de Máximo Beltrán es una empresa exigente, debido –principalmente- a la gran calidad de su propuesta, donde resalta de inmediato la intensa vibración que le supone a cualquier espectador, el “pararse” frente a su obra. El trabajo de Máximo Beltrán se ha anclado en, entre y desde los espacios”.
Hugo Quintana / Poeta / Editorial Ortiga. (2008)

“Máximo, en su trabajo diluye los recursos patrimoniales para dejarnos lugar a la actuación y al juego de la creación, es como si nos susurrara al oído. Desde los colores sepia como un saltarín bullicioso tejo en mi imaginación una prolija trenza que me lleva a transferir el hilo conductor de una nueva historia”.
Carmen Larraburu / Hacedora Cultural / Argentina (2008)

“A veces lo evidente es tal que ni siquiera se puede ver. Ese tal vez es la aventura estética de Máximo Beltrán…quién fisgonea profundo en el paraje no visto que se encuentra ante nosotros. El soporte análogo, la intervención digital, el paseo de las tintas, el poder corrosivo del químico, la digitalización, los lápices, la aguada, el dedo encima, el texto superpuesto, el frío viento que se ve y la parsimonia de los planos confluyen en un todo locuaz. El ejercicio alquímico del fotomontaje de Máximo se une a las innumerables creaciones que presenta en el ámbito de la plástica, la gráfica y la ilustración, junto a un intenso trabajo editorial”.
Cristian Condemarzo / Revista replica / Concepción / 2010

“La imagen fantasmagórica de la memoria nostálgica fragmentada, de la historia fragmentada, de la construcción hecha pedazos, de la realidad detenida, suspendida en imágenes como advertencia adivinatoria de la realidad después del terremoto reciente, a propósito del cual Beltrán nos sugiere una posibilidad de reconstrucción, a partir de lo que somos, de lo que tenemos, de lo que hemos tenido: fragmentos”.
Valeria Frindt. Lic. en Artes / Mag. Historia del Arte / Concepción 2010

“La obra de Beltrán son puertas, que nos invitan a viajar en la insinuación de las fuerzas elementales desatadas en el cuerpo, anti materico y físico, Eros y Thanatos constituidos en una misma naturaleza pero diferenciados en grado. La virtud orgánica y pulsante de la mano sobre el papel, fusionada con el recurso tecnológico y virtual de la pantalla”.
Rodrigo Piracés G. / U. de Concepción, 2012

“(…)La maestría de Máximo Beltrán es precisamente el saber qué hacer y cómo hacerlo, conjuga la inteligencia y la emoción de sus composiciones que son, como afirma el crítico Rick Van Den Kerchove, “escenografías y advertencias”(...)
Presentación Academia Chilena de la Lengua / sr. Tulio Mendoza Belio – 2013

“Los personajes solitarios que habitan los diversos y tensos espacios compositivos, los objetos, las texturas, los elementos simbólicos que pueblan cada una de sus composiciones, funcionan en la obra de Máximo Beltrán como ecos lejanos de un tiempo ya olvidado que se aferra de manera desgarradora a nuestro presente.(...)”
Leonardo Mezzetti / Argentina / 2013

“Sin ser profesor, invité a Máximo a estar presente en este libro, por su protagonismo en el ámbito cultural de nuestra ciudad, investigando, indagando y participando de diversos proyectos que tienen relación con las artes y la historia de nuestra provincia. Creador ligado a los “Pintores Enseñantes” contemporáneos de nuestra ciudad, compartiendo salones, encuentros artísticos, muestras individuales, etc.”
Julio Utreras Rojas / Chillán / Libro Pintores Enseñantes de Ñuble / 2015





Edmundo Cisternas un ejemplo de valor.

p. 
Basado en texto original de Claudio Martínez Cerda




Edmundo Cisternas, 
Director de la Escuela México en los años 70, 
radical y masón. 


En 1974, después del golpe llegó una patrulla militar al salón de sesiones del concejo municipal, y con la anuencia del Alcalde designado por el régimen (1)  y provistos de unos tarros de asfalto, procedieron a tapar el extraordinario mural pintado por Julio Escámez, denominado “ Principio y fin”.

Este mural fue inaugurado oficialmente por el Presidente Allende el año 1972, siendo Alcalde Ricardo Lagos, ambos fallecidos dramáticamente y en el caso del Alcalde Lagos asesinado brutalmente junto a su familia (revisar este enlace http://chillanantiguo.blogspot.com/2012/07/la-historia-se-escribe-sola-con-el.html )
Su temática hacia una “ apología al marxismo”, y debía ser eliminado por lo que representaba o simbolizaba. No les basto con borrarlo sino que después volvieron a la carga y lo destruyeron a punta de mazo y cincel, para que no volviera a renacer. Esta vez el mazo y cincel no se ocupó para esculpir o para desbastar un trozo de mármol o granito, como lo habría hecho el mismísimo Miguel Ángel en el renacimiento, sino que para destruir lo que la inteligencia humana había logrado crear.

Más tarde y como golpe de gracia, el salón fue dividido en dos y lo que podría quedar del mural debajo de la pintura, quedó fracturado por una losa, hasta el día de hoy. A raíz de este brutal hecho, circuló la versión de que los murales de Siqueiros también serían borrados. Ante el inminente peligro de que ello se materializara, llegaron a Chile cientos de cables y telegramas, intercediendo por lo murales de la Escuela México. Muchos afirman que estos hechos salvaron esos murales, considerados la máxima expresión de Siqueiros.

La brutalidad descargada contra el mural de Escámez habría hecho reaccionar al mundo internacional de la cultura. Pero hay un héroe cuya existencia hasta hoy permanece en el anonimato.

Inauguración mural "Principio y fín"
Chillán 1972




Efectivamente llegó hasta la Escuela México, un comando de militares encabezados por un oficial que después sería Alcalde, provistos de tarros de pintura, brochas y rodillos para borrar los murales de Siqueiros, el comunista. Cisternas los divisó desde su oficina, corrió hasta la entrada cerró las puertas laterales y dejó solo abierta la del centro. Allí abrió sus brazos y en actitud desafiante impidió la entrada de los militares. La tensión subió, el Director sabía que en una situación similar Ricardo Lagos, el alcalde, había sido acribillado junto a su familia, pero estaba consciente de la gravedad de lo que estaba a punto de ocurrir. 

Testigos afirman que entre los militares había un soldado que había sido alumno del director Cisternas. Este, frente a la escuela que lo vio crecer, cruzó una mirada con su antiguo profesor, luego de eso el soldado se acercó al oficial y le susurró algo al oído, el oficial que se había percatado de que algo ocurría entre Cisternas y su subalterno se retiró un instante, para comunicarse por radio con un superior probablemente. Regresó al frontis de la escuela y ordenó la retirada. Los conscriptos tomaron los galones de pintura y se dirigieron al camión que los había trasladado. El ex alumno le hizo un leve gesto a su maestro de su época infantil cuando se retiraba. Misión cumplida pensó en su fuero interno. Edmundo Cisternas, el Director, volvió a su oficina y continuó con su rutina. 

Archivo fotográfico de la época 1973 - 1974






(1) (nota de la redacción) El autor de esta infamia en estudio, no puedo cometer un error, ya que se barajan 4 nombres; el alcalde militar designado saliente Gastón Cruz  Quintana y el entrante Pedro Guzmán Álvarez; a la vez los jefes de  plaza militar de la época que se la disputan el Comandante Juan Guillermo Toro Dávila y más tarde del Teniente Coronel Cristián Guedelhoefer García.


lunes, 17 de septiembre de 2018

LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA, no fue una revolución.

Jorge M. Mc. Bride
“Chile: Su Tierra y Su Gente” (1935)




Cuando se dejaron sentir los primeros síntomas de agitación en las colonias, muchos de los terratenientes de Chile, peninsulares y criollos, permanecieron leales a la corona, pues sus intereses eran en gran parte idénticos con los de aquella. Habían heredado la cultura hispánica e introducido en las colonias las instituciones sociales de la península; muchos de ellos eran monarquistas acérrimos, sin ninguna simpatía por las tendencias democráticas, y tal vez en ninguna parte de América Latina este sentimiento de lealtad más vívido que entre los hacendados chilenos (1).

Cuando Chile por fin se sublevó contra España, no lo hizo en respuesta al amplio espíritu democrático que agitaba a otras colonias, y menos aún por seguir las huellas de las colectividades inglesas de Norte América que trataban de establecer una democracia, o para emular a los republicanos franceses. Chile se libertó de España, pero no de las instituciones españolas; logró su independencia pero no hizo una revolución. A través de la larga contienda por alcanzar la libertad política, ningún intento se hizo para extender esta misma libertad a las masas. El triunfo de la guerra de la independencia sólo produjo, pues, una transferencia de autoridades, pero no una reforma política y menos aún, un solevantamiento social. La guerra liberadora en ningún sentido fue una revolución, y por lo mismo, produjo en Chile menos disturbios sociales que en ningún otro país del continente (2). El sistema que había servido de base a su organización, continuó idéntico, sin ofrecer oportunidades de transformación social.



Los jefes de la revuelta casi sin excepción fueron hacendados, y se batían con los inquilinos a sus órdenes, luchando estos últimos a favor o en contra de España, según fueses los deseos o el mandato del patrón. Además, en Chile, menos que en otros países americanos, la guerra de la independencia no fue una larga y honda contienda que removiera los fundamentos de la sociedad; consistió en unas pocas campañas y en algunas rudas batallas favorables o adversas a los patriotas, pero que no ocasionaron tumultos ni dieron ocasión a que surgieran jefes de entre la masa común. Muy pocos fueron los caudillos que llegaron a sobresalir y aún durante el conflicto, los hacendados se cuidaron de mantener el control del país. Las clases laboriosas, a las que por aquel tiempo todavía se les llamaba indios, colaboraron con los patriotas para merecer, juntos con sus señores, la nueva designación de “chilenos”, aboliéndose inmediatamente la esclavitud, aun cuando ésta nunca existió en Chile con demasía. Quizás fue esa la única reforma social. Cierto que se adoptó la terminología de algunas fórmulas democráticas de gobierno, pero en muchos casos éstas no fueron más, según la gráfica expresión de un moderno escritor chileno, que, “palabras, simples palabras” (3).

El pueblo no estaba preparado entonces para una verdadera democracia. La encomienda y la hacienda habían construido una aristocracia, que una vez derribado el gobierno español, pasó a ocupar el sitio vacante para erigir el nuevo gobierno en armonía con el orden social existente. En ello la masa del pueblo no tuvo parte y continuó igual como había sido desde los tiempos coloniales (4). Como fuera el grupo hacendado el que hizo la revuelta, fueron ellos también los que tomaron las riendas del ejecutivo. La nueva organización política estableció así el gobierno de los hacendados, por los hacendados y para los hacendados (5).

Unos poquísimos chilenos consideraron la guerra como una oportunidad de reformas sociales. El más conspicuo entre ellos fue Bernardo O`Higgins, que estudiaremos próximamente.


1.- Algunos hacendados se opusieron al movimiento de independencia y sus propiedades fueron confiscadas (Amunátegui Solar: Mayorazgos, Vol I, 1901 -1904, págs.. 16-18).

2.- “El movimiento popular de 1810 no tuvo la más leve apariencia de una asonada” (Salas: Memoria sobre el servicio personal de los indígenas y su abolición, pág. 16).

3.- Cabero: Chile, 1926, pág. 194. Galdames, en su estudio, 1923, pág. 217, dice que la revolución había engendrado casi inconscientemente ideas de libertad e igualdad, pero “en nada afectó a las instituciones en que se fundaban la propiedad, la familia, el trabajo, la religión, el derecho”.

4.- “En cuanto a los inquilinos del país, sus condiciones de trabajo y de vida no habían cambiado desde la época de la colonia”. (Galdames: Obra citada, pág. 264).

5.- Espejo, en su Nobiliario de la antigua capitanía general de Chile, 1917, describe la herencia social del pueblo chileno.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Borran arte mural en Edificios Públicos de Chillán

¡¡¡¡NO ALCANZARON A DURAR UN AÑO!!!!


p. Máximo Beltrán
Premio AMA Bíobío 2017
Premio Municipal de Arte 2015
Distinción Gobernación de Ñuble 2014
Premio Biblioredes Dibam 2010

Lo más probable  que los borrarían igual en el tiempo, quizás el lugar no fue el más apropiado para que los jóvenes pintaran en esas murallas sus creaciones; pero la forma en que se ejecuta el desmantelamiento es lo feo, lo ruin, lo insano.  La forma en hacer las cosas es lo que distingue al profano del justo y ciertamente al decir de Rodrigo Aldana, “pintan blanco porque sus almas también están vacías, sin vida ni color".

Recordé otra escena parecida pero hace 45 años en el municipio de Chillán, cuando la ignorancia del milico pintó de blanco el mural de Escámez; Chillán quedó traumado, nadie dijo nada, nadie, a diez cuadra mataban al alcalde, nadie dijo nada, Chillán se anestesia con regularidad, nadie dijo nada.

Hoy me entero por la prensa que han borrado estos murales, los de jóvenes que alegres giran en torno a embellecer murallas donde su trabajo espejea un Chillan de esperanza y fraternidad; nadie vio nada, nadie dijo nada, mientras la brocha una y otra vez pasaba por las murallas.

No alcanzaron a durar un año y tuvo que venir un dedo de afuera, “borren esto”, nadie dijo nada; una carta, un llamado, un te busco sincero, un ¿quiénes pintaron esto?, ni siquiera se escuchó esa interrogante en el eco de los edificios, nadie escuchó nada.

Imagino a los jóvenes en acto lisérgico borrando sus huellas; sinceros y sin pataleo; honestos y alegres borrando sus colores y líneas; alquímicamente enseñándonos empatía y honor, que de eso tenemos bastante los ñublensinos.

Pero no se escuchó ningún llamado, ningún te busco, nadie escuchó nada, nadie dijo nada.


Les presento a la  Agrupación PintArte de Chillán, que desde el 2009 viene emprendiendo iniciativas de educación, promoción y difusión del Graffiti Chillanejo, integrada por jóvenes que son ejemplo para sus pares; han publicado libros con sus trabajos, socializado la plástica y el arte en diferentes espacios urbanos de la ciudad y anualmente sus cuadrillas llenan de color murallas y barrios de Chillán.


ALGUNAS DE LAS CREACIONES BORRADAS










Ciudadanos solicitan declarar Zona Típica casco histórico de Chillán

ÑUBLE TRANVERSAL LIDERA SOLICITUD 
DE DECLARAR ZONA TIPICA 
EL CASCO HISTÓRICO DE CHILLÁN.


Foto Máximo Beltrán

Claudio Martínez Cerda, lidera la Corporación Ñuble Transversal y junto a vecinos de Chillán, el Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura de la Universidad de Biobío, la Asociación de Barrios y Zonas Patrimoniales, la Fundación Proyecta Memoria y destacadas personalidades como el ex presidente del Colegio de Arquitectos, Sebastián Gray entre otros, abogaron por la protección de las plazas de Chillán, los territorios y entornos de los inmuebles de conservación histórica, sus monumentos nacionales y la arquitectura moderna del casco histórico de la capital de Ñuble, la más relevante de la ciudades chilenas.


“Hoy somos una nueva región y Chillán como capital, debe reconocer en lo normativo, el valor urbanístico e histórico que posee esta urbe, no solo para nueva región, sino también el valor material y simbólico que representa para el país, actualmente el plan regulador que posee Chillán, deja su casco histórico en una situación de total vulnerabilidad; amenazando su memoria histórica y una dirección contraria al desarrollo sostenible y acorde a los valores patrimoniales, de ese territorio”
Claudio Martínez, Presidente de la Corporación Ñuble Transversal.


“Durante el mes de septiembre junto a las universidades locales, vamos a desarrollar el expediente de declaratoria del Casco histórico, símbolo de la reconstrucción post terremoto de 1939. Desarrollaremos talleres vecinales, para explicar que significa ser una de Zona Típica, sus beneficios y tambièn derribar mitos, como por ejemplo que las viviendas no se pueden vender, modificar o pintar. Todo esto es posible de hacer si se respetan los valores y atributos del conjunto”
Hilda Basoalto, arquitecta y Presidenta de Fundación Proyecta Memoria

Una ciudad que posee un plan regulador que deja altura libre en todo el casco histórico, atenta contra los derechos constitucionales de los ciudadanos, perjudicando gravemente el patrimonio cultural. De esta manera, la zona típica puede ayudar a proteger el bien común, la calidad de vida y el valor turístico, comenta Basoalto.

El Plan Regulador de Chillán entró en vigencia el año 2016 y está permitiendo que actualmente se esté construyendo el edificio más alto de la ciudad frente a la Plaza de Armas y la Municipalidad, afectando a todo el entorno del casco histórico de la capital regional.

Las agrupaciones, vecinos e instituciones que defienden la protección de la zona patrimonial de Chillán, indicaron finalmente que espera que el Consejo de Monumentos, ahora parte del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, acceda a esta protección ante del fin de este año, pues mientras no exista una nueva normativa, debe seguir velando por la protección del patrimonio del país, pues es parte de su mandato legal.


Quienes apoyan esta solicitud son:

1. Corporación Ñuble Transversal.
2. Instituto O’higginiano de Chile, Filial Regional Ñuble
3. Agrupación de ex alumnos 1986-87-88 / Liceo Narciso Tondreau
4. Asociación de Barrios y Zonas Patrimoniales de Chile
5. Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Biobio.
6. Departamento de Diseño y Teoría de la Arquitectura de la Universidad de Biobío.
7. Instituto de Patrimonio y Turismo Universidad Central.
8. Fundación Proyecta Memoria.
9. Fundación Aldea.
10. Fundación Defendamos la Ciudad.
11. Fundación Santa María la Real-Chile.
12. Historia Arquitectónica de Concepción.
13. TICCIH Chile / Corporación para la Conservación Patrimonio Industrial.
14. Álvaro Briones Ramírez, economista. Embajador de Chile en España e Italia.
15. Jaime Migone. Arquitecto en restauración, profesor Universidad Central.
16. Alicia Romero Silva, historiadora.
17. María Eugenia Uribe Casanueva , Gestora Cultural.
18. Lorenzo Berg Costa, arquitecto y Doctor en arquitectura.
19. Sebastián Gray, arquitecto Universidad Católica de Chile.
20. Gonzalo Cerda, arquitecto de la Universidad del Biobío.
21. Marcelo Avendaño Arquitecto Dr(c) UPM.
22. Herex Fuentes Mardones. Profesor. Presidente Ñuble Región .
23. Máximo Beltrán Fuentes; Premio Municipal de Arte 2015.

Si deseas sumarte como organización o persona natural, escríbe a chillan.zonatipica@gmail.com


sábado, 1 de septiembre de 2018

MASACRE DE INDIGENAS EN CHILLAN 1770

p. Máximo Beltrán. 
Foto Memoria Chilena.

En esa noche lluviosa, fueron degollados 65  pehuenches, entre jóvenes y ancianos, incluido el cacique Tureculipí. Era un 7 de agosto en la madrugada, antes que aclarezca, cuando la noche es más oscura e intensa, tres unidades de soldados llegaban sigilosos al pueblito indigena, muy cerca del pueblo, donde se habían asentado dos meses antes; la soldadesca armada de dragas, lanzas y puñales, paso por el acero filoso a una comunidad entera.


Dos meses antes, al comenzar el invierno de 1770, 20 familias pehuenches habían llegado pidiendo asilo a la ciudad. Estaban cansados de la tensión que se vivía en la frontera y deciden acercarse al pueblo de Chillán con todo lo que ello significaba, querían tranquilidad y no más guerra; sabían de tiempos pasados (1672) de un cacique llamado Huambalì que había sido traído a estas tierras.

La desconfianza sembrada por los chillanejos, llevó al gobernador José Quevedo a tomar esta macabra decisión. Los niños y mujeres fueron repartidos entre las casas del pueblo y haciendas cercanas.

La historia de nuestra ciudad, también se construye de episodios que no quisiéramos recordar. Los restos de la masacra fueron sepultados en el cementerio El Calvario (Alto de la Horca). 

Este es un ejercicio en torno a nuestra historia, donde le presto ropajes de narrativa. Una de las fuentes es el Libro de Reinaldo Muñoz Olave, "Chillán, sus fundaciones y destrucciones 1580 - 1835". Existían en 1770 (4) pueblitos indígenas en los alrededores de Chillan; ITIHUÉ (hoy cerca del curato de Perquilauquén, hoy San Carlos)  CHANGA (hoy sector de Ultra estación de Chillán), HUAMBALÍ (hoy sector del puente El Saque – Rio Viejo), QUINCHAMALÍ (hoy villa del mismo nombre al poniente de Chillán, camino a la costa). Recordar que el actual Chillan no existía, estamos en plena colonia después de 19 años del fatal desastre de 1751 que provoca el traslado de Chillán, al actual emplazamiento de hoy Chillán Viejo. (revisar Mapa Conceptual de Chillán en este mimo blog)

lunes, 20 de agosto de 2018

EL “MASÓNICO” NOMBRE DEL VIEJO ÑUBLE

Ziley Mora Penrose
Filósofo, escritor y etnógrafo


No siempre nos llamamos así. Nuestro nombre verdadero nos lo escondió el conquistador, ignorando la nomenclatura dada por el Adán mapuche-pewenche-chiquillán. Pretendía lo imposible: partir de cero para cristianizar, ignorando que este Chillimapu tenía casi catorce mil años de convivencia humana. 




Porque, según la arquelogía destapada por Dillehay en Monte Verde, Chile comenzó por el sur, allí alrededor de un fogón de machi, cocinando las papas-relato desde una milenaria memoria que venía rodando a partir de no sabe qué remotas humanidades. Lo mismo se repetía en la Cueva de Quilmo, cuatro mil años atrás, cuando esa “gente enojadiza” llamada chiquillán, no mataba ni quemaba porque nadie le quitaba su libertad para crear nombrando. Lo cierto es que cuando en 1552 Pedro de Valdivia le entrega a Pedro de León su encomienda en la tan feraz área del río Ñuble, los indígenas le llamaban algo así como -para la oreja española- “reinohuelén” o “reinogüellen”. Ese era el nombre autóctono de la extensa región que en la actualidad incluye la comuna de San Carlos y la totalidad de la provincia de Punilla y del Itata. Lo extraordinario es que el vocablo en mapuzungun literalmente significa “cueva secreta o iniciática donde se hacen cambios y transformaciones”. De renü, especie de “colegio-cueva” (salamanca)de los llamados “brujos” o “magos”, y de welulën, “cambiar” o “intercambiar-se” (por otro). También huelen podría traducirse como “siempre renovado”, de we, “nuevo” y de len, verbalizador del presente. La otra variante también es esotérica: un apócope de wellilen, “estar vacío”. Es el nombre etimológico del famoso cerro Huelen donde se fundó Santiago, y quizá por estar vacío o desnudo, se asoció a la errónea traducción de “dolor”. Algo de esto influye en las fuentes que cita Juan Valderrama al traducir reinohuelen como “cueva de infortunio”. El mismo informa un dato revelador que para quitarle ese tan obvio indicio de práctica hermético-pagana supuestamente reñida con el cristianismo más ortodoxo, los españoles “llegaron a convertirla en Reino de Belén”.

Los cronistas pronto dieron cuenta de estos sitios secretos -también “chenkes”- donde los valientes encontraban el misterioso remedio del ükü-puerta; es decir, un acceso a ser otro y así eludir la fragilidad, la enfermedad y hasta la muerte. La técnica era en verdad una suerte de camouflaje ontológico. 

Una vez, en la Araucanía escuché a un kimche confesar algo extraordinario : 

“los mapuche de antes eran como los masones : 
se metían en cuevas para allí hacerse 'hombres fenómenos"

Uno de ellos fue Kallfukura, y así nunca más le entró la bala. Peleó hasta los 130 años.” En este preciso punto geográfico (la actual provincia de Punilla), tan estratégico en la defensa de sus “colegios de brujería”, los mapuches-chiquillanes levantaron un pucará y un foso de defensa en el 1565, mantenido en excelente condiciones , hasta que Francisco de Villagra dio la famosa “batalla de Reinohuelén” el 17 y 18 de febrero de 1565. Fue una batalla táctica librada por yanaconas junto a algunos españoles protegidos de las flechas con cueros vacunos. Pelearon bravamente buscando pasos ocultos imitando a su jefe que batallaba dentro del agua de los fosos y perdido hasta la cintura. Producida la derrota indígena, los yanaconas se ensañaron en la persecución del otro bando “conforme a su bárbara costumbre”. Allí fue derrotada una forma de ver y de sentir el mundo. 

El resto ya se sabe: se impuso la espada y la cruz, la ley cristiana al azmapu, el degollamiento castigando al fuego que destruía a Chillán, el silabario y el catecismo a la “buena palabra” llena de newen, de fuerza mágica pronunciada en templos-cueva; todo hasta someter y doblegar una cosmovisión que venía ya dada en los mismos nombres nativos.



UNA TEORÍA GENEALOGÍSTICA (Bernardo Ohiggins)

BERNARDO RIQUELME
p. Máximo Beltrán Fuentes

BIBLIOGRAFÍA:
" Los Judíos en Chile Colonial" de Carlos Larraín, Santiago, 1943.
"Nuevos antecedentes para una historia de los judíos en Chile colonial" de Gûnter Bôhm, Santiago, 1963.

"Reseña de Familias Fundadoras"  Horacio Arranguiz Donoso
"Familias Fundadoras de Chile" Julio Retamal Favereau, 1540 - 1600

www.genealog.cl


Nuestro Bernardo nació un 20 de agosto, un Riquelme de la Barrera, un Meza y Ulloa, un Goycoechea Del Pino, un Robles Cancino, un Robles Calderón, un Toledo y Alfaro, un Álvarez de Toledo, un Mejías Navarrete, un Fernández de Córdoba, un Candia Protaedo, un Ortíz de Caravantes, un Ortíz de Gaete y Gonzáles (…) Un hijo de esta tierra, hijo de conquistadores y descendiente de judeosconversos de 1391. El historiador Gûnter Bôhm en su obra "Nuevos antecedentes para una historia de los judíos en Chile colonial" registra a su abuelo 8vo Alonso Álvarez de Toledo, nació por 1498 y vino a Chile en 1549. Fue teniente contador de la real Audiencia y fiscal de S.M. en ese año; sirvió interinamente de contador en reemplazo de Esteban de Sosa, judío también, en 1550; Francisco de Villagra lo nombró tesorero real en 1556; y desde 1557, figura otra vez como contador; vivía en octubre de 1562. Falleció en 1564.
En un libelo difamatorio escrito en 1557, se da a entender que Álvarez era hebreo, porque " ha vuelto tan pertinaz, que tengo entendido que si fuera hermano de un caballero que se dice Gudiel o de Alonso álvarez, contador de su majestad, guardaría bién su ley, pues siempre espera al Mesías(...) 





Bernardo hijo de María Isabel Riquelme de la Barrera y Meza (1759 – 1839), hija de Simón Riquelme de la Barrera Goycoechea (1729 – 1801) y de María Mercedes Meza y Ulloa.

Simón, hijo de Diego Riquelme de la Barrera Meza (1690 – 1750) y de Juana Luisa Goycoechea del Pino (1738).

Diego, hijo de Pedro Riquelme de la Barrera y Robles (1654 – 1732) y de Inés de Meza Herrera.

Pedro, hijo de Alonso Riquelme de la Barrera y Toledo (1595 – 1657) y Melchora Candia de Robles Cancino (1607).
Melchora,  hija de Alonso de Candia Protaedo (1570 - 1640) y Catalina de Robles Cancino (1585), Alonso hijo de Juan Martín de Candia (1516 - 1590) y Edosía de Creta (1540). 
Catalina, hija de Alonso Robles y Ortíz de Caravantes (1551 - 1649) y Catalina de Cancino (1559 - 1619).
Alonso, hijo de Gaspar de Robles Calderón (1522 - 1591) y Catalina Ortíz de Caravantes (1524 - 1590).
Catalina, hija de Cristóbal Ortíz de Gaete y González (1505) y Catalina Gomez de Caravantes y Morales (1503 - 1568).
Cristóbal, hijo de Francisco Ortíz de Gaete y González (1480) y Catalina González de Gaete (1490).

Alonso, hijo de Francisco Riquelme de la Barrera (1580 – 1627) y Leonor de Toledo y Alfaro (1576 – 1643).

Leonor, hija de Alonso Álvarez de Toledo y Mejías (1557) e Isabel de Alfaro.

Alonso, hijo de Luys Álvarez de Toledo y Sánchez (1518 – 1580) e Isabel Mejías Navarrete (1475 – 1541).

Luys, hijo de Alonso Álvarez de Toledo y Fernández (1498 - 1564 ) y Leonor Sánchez de Toledo (1490).

Alonso, hijo de Alonso Álvarez de Toledo y Padilla (1472), famila judía llevada a la pila bautismal en las conversiones forzadas de 1391)  y Teresa Fernández de Córdoba (1475 – 1541)


LOS RIQUELME DE LA BARRERA

Los Riquelme de la Barrera y Pérez de Hita, fueron los padres del primer Riquelme que paso a América y que se avecindó Chillán, fue Francisco Riquelme de la Barrera y Pérez (1550 – 1627) que casó con Leonor de Toledo y Alfaro (1576 – 1646)hija de Alonso Álvarez de Toledo Mejía e Isabel de Alfaro.
Francisco y Leonor fueron padres de Alonso y Francisco; Alonso Riquelme de la Barrera y Toledo (1595 – 1667) casó en Chillán en 1628 con Melchora Candia de Robles (1607) y están consignados siete (7) hijos, Sebastiana (1635), Alonso (1639), Francisco (1640), Catalina (1641), Isabel (1645), Melchora (1650) y Pedro Riquelme de la Barrera y Robles (1654).

La hija mayor Sebastiana (1635) está vinculada por matrimonio con José Román de Tamayo y López, con descendencia en García de Vergara, Peredo y Gallegos.

Alonso (1639 – 1680), vinculado por matrimonio con Paula Gajardo Fernández de Soto, con descendencia en De la Barra, Lillo y Lagos, Vallejos, Araya y Guzmán, Contreras y Meza, San Martin y Cisternas, Brevis, Bravo de Villaba, De la Fuente, Ortíz, Llanos, Zarate, Arias, Molina, Parra, Leiva, Alarcón, Pincheira, Nuñez, Leiva.

Francisco (1640 – 1706), vinculado por matrimonio con Ana María Zabala y Camilo, con descendencia en Ávarez, Contreras, González de Medina, Almeyda, Donoso.

Catalina (1641), vinculada por matrimonio conAlonso de la Rosa, con descendencia en Rojas y Salinas.

Isabel (1645) Al parecer murió niña.

Melchora (1650 – 1712), vinculada por matrimonio con Juan de Toro Mazote y Grijalda, con descendencia en Silva, De la Vega, Elizondo, Antúnez, Torres y Prado, Cabanillas, Ugarte, García, Montt, Ureta, Saavedra, Vidaurre, Molinares, Acuña, Martínez, Lillo, Urrutia, Solo de Zaldivar, Salinas.

Pedro (1654 . 1729), (de esta rama viene el PADRE DE LA PATRIA) vinculado por matrimonio con Inés de Meza Herrera, con descendencia en Hernández, De los Reyes, Cerda, De la Rosa, Oyarzún, Elgueta, Goicoechea del Pino, Mesa y Ulloa, O`Hiigins, Venegas, Zuñiga, Lagos, De la Fuente, Sepúlveda, Rodríguez, Diaz, Muñoz, Venegas, Acuña, Espiñoza, Rosales, Peñailillo, Herrera, Méndez, Muñoz, Morales, Bao, Navarrete, Zapata, Godoy, Contreras, Canales de la Cerda, García,


martes, 7 de agosto de 2018

EL INQUILINAJE en CHILE

Un sistema esclavista "encubierto" que rigió por centurias los campos de Chile, donde la huasca patriarcal justificó lo injustificable.

Fuente: "Chile: su tierra y su gente". Jorge McBride.
Fotos: Memoria Chilena

El salario actual de los inquilinos es poco más o menos el mismo de hace un siglo (1836 – 1936). Su cuantía se ha elevado de 10 a 30 ó 40 centavos diarios, y hay sitios donde se pagan hasta 75. Desgraciadamente la depreciación de la moneda y el mayor costo de la vida, han disminuido con mucho el valor adquisitivo del salario. Al presente un centavo chileno equivale a un décimo de centavo de Estados unidos. El pago es generalmente mensual y las regalías casi las mismas de la colonia. A cada inquilino se le da un cerco o pedazo de tierra de dos acres de extensión, unido a su casa, para que lo cultive o lo use como desee y que por lo general lo dedica a hortalizas: porotos, cebollas, alcachofas, ají, maíz en cantidad suficiente para el consumo de la familia. (El maíz de Chile es adecuado para alimento humano y se le clasifica entre las hortalizas). Además, no es raro que al inquilino se le dé un pedazo de tierra más grande, tal vez un cuarto de cuadra, para que lo dedique a chacra o a la siembra de granos o de alfalfa. En algunas partes es costumbre cultivar este pedazo a medias con el patrón, quién proporciona las semillas, herramientas y bueyes.




La casa en que vive el inquilino no es de su propiedad, aun cuando viva en ella años y años, y aun acontece que la usa una familia durante generaciones. Se compone de una o dos piezas, y a menudo está construida de cañas recubiertas con barro, quinchas, o de adobe, con techo de paja. El piso es de tierra natural apisonada y recibe luz por sus dos puertas y a veces por alguna pequeña ventana; no tienen chimeneas ni medios de calefacción. En uno de los costados se extiende casi siempre un corredor, en cuyo extremo existe adosada una cocina, y tal vez un montoncito de leña. Casi siempre dos grandes higueras próximas, de amplio follaje, forman un dosel de sombra que es como un salón al aire libre para la familia, sin otro competidor que la umbría del pintoresco parrón que sirve de marquesina a la modesta casita campestre.
Cada familia vive, pues, bajo una higuera o una parra….que no son suyas.

El mobiliario de la casa es de lo más simple; una mesa, unas cuantas sillas rústicas, un aparador y un baúl o una caja para guardar ropa. Un catre de hierro o dos ocupan sitio obligado en la casa, aunque es frecuente que durante los ocho o nueve meses de buen tiempo se les coloque debajo de los árboles hogareños. Otro tanto ocurre con la mesa. Una humilde máquina de coser, de mano, ocupa también un sitio en algún obscuro rincón del cuarto. Algunos santos pintados, una imagen, un candelero o dos completan los enseres del típico hogar del inquilino.




El cerco está rodeado generalmente por un alto y espeso muro de zarzamora, a través del cual portillos siempre abiertos o cerrados con una puerta de trancas. No lejos de la morada eleva su redondeada cúpula del horno de barro, donde se cuece el pan amasado a mano, y muy próximo, sobre el fuego del hogar primitivo que protegen unas cuadras piedras, permanece la negra tetera de hierro para el agua hirviente. Completan el cuadro uno o dos chanchos amarrados a una estaca, unas pocas gallinas que picotean por allí cerca y varios perros tendidos en la solana.

Como puede sospecharse de la descripción anterior, la choza del inquilino no contempla instalaciones sanitarias. El agua para todos los usos proviene de alguna acequia o canal de regadío de donde se surte toda la población del fundo, sin preventivo alguna contra las infecciones. Tosa clase de toilet es considerada innecesaria.

Además del salario, la casa y el pedazo de tierra, el inquilino recibe ración diaria de alimento mientras trabaje en la heredad, calculada para el sostén de un individuo, a saber: una libra de harina tostada o una galleta hecha del mismo material o harina de maíz; una libra de porotos cocidos con caldo, igual cantidad de papas y de pantrucas. Esto se sirve primero en la mañana, después de unas pocas horas de trabajo; después a medio día y por último, al atardecer. Muchas haciendas están provistas de una campana, colgada de un elevado mástil, que anuncia con su argentino son el comienzo y el fin de la cotidiana tarea o el descanso del meridiano para el reparto de las raciones. Los peones detienen su labor y allí mismo donde se encuentran, engullen la ración que recibieron en la mañana, remojando la harina tostada con el agua del próximo canal, hulpo. Si la hora los encuentra cerca de las casas, desfilan delante de la esposa del mayordomo o de algún miembro de su familia para recibir su ración y consumirla luego sentados en algún tronco o en el pértigo de una careta.

Como adición a su salario al inquilino, se le concede también derecho a talaje, o sea, de hacer pastar a sus escasos animales en la hacienda, dos o tres caballos, tal vez una vaca o unas pocas ovejas que pueden ramonear en los faldeos que nunca dejan de haber en las grandes propiedades o en los faldeos destinados a este objeto.

Figuran entre los privilegios de los inquilinos, protección contra cualquiera que no pertenezca a la hacienda, o contra cualquier bochinchero aunque pertenezca a ella; a veces atención médica y ayuda en su vejez. No existe el peligro de que sea despedido si una enfermedad, accidente u otra causa, lo inhabilita para el trabajo; pronto se arregla la situación con la familia, alguno de cuyos miembros trabajará por él, y todos continuarán en el fundo. Como hay siempre muchos niños y sólo unos pocos concurren a la escuela, la hacienda les procura trabajo para conservarlos. Además el hacendado casi nunca olvida sus responsabilidades como jefe de una numerosa comunidad. Casi siempre existe en los latifundios una capilla donde se celebran de continuo u ocasionalmente servicios religiosos a costa de la propiedad. Se va generalizando asimismo el hábito de mantener una escuela a expensas del propietario, pero más a menudo el Fisco, para la población infantil, y por último, se presta alguna atención al recreo y diversión de las gentes, aun cuando en muchos casos esto se deja a su albedrío.

Las obligaciones del inquilino, establecidas más por la costumbre que por ley, y ratificadas por un convenio verbal y no escrito, son las mismas en todo el país. Desde luego 240 días al año de trabajo personal o de un sustituto; algunos son obligados a proporcionar dos sustitutos, uno para los trabajos ordinarios y otro montado en su propio caballo para los menesteres que requieran un jinete. El horario de trabajo es de sol a sol, o sea, cerca de diez horas en invierno y más de doce en verano. A medio día, un descanso de una hora y otro más corto para el desayuno en el campo mismo, después de las primeras dos o tres horas de labor. La faena termina al crepúsculo, de manera que el campesino no puede realizar ninguna andanza particular con luz diurna. En la época de las siembras o las cosechas se prolongan las horas de trabajo ordinario, atendiendo a la costumbre, y es práctica que cada inquilino proporcione uno o dos hombres extras. Con frecuencia trabajan también las mujeres y los niños a quienes se les paga diez o veinte centavos diarios, moneda americana.

El inquilino no tiene oportunidad de ganar otro salario que el que le proporciona la hacienda, pues no se le permite emplear ni siquiera su tiempo libre en otra ocupación o fuera de ella, prohibición que rige también con los miembros de su familia; tampoco puede emprender ningún negocio, ya que no debe comprar o vender dentro fuera de los deslindes.




Como muchas de las haciendas son muy grandes, el campesino casi no tiene oportunidad de gastar su dinero en otra parte, sino en la pulpería, que casi siempre existe en la misma estancia, donde se adquieren géneros, trajes, los artículos alimenticios que no produce su propia parcela, hilo y agujas, clavos, jabón, algunas conservas y demás objetos. Casi siempre se expende en la trastienda o en otro sitio próximo, el tabaco y el alcohol. Es práctica que los hacendados otorguen crédito a sus subordinados o les paguen en vales que sólo son canjeables en el propio almacén. En algunos latifundios se ha llegado hasta emitir fichas o monedas que naturalmente se aceptan también en la tienda, y a veces más allá de los confines del mismo. Ya sea que la tienda pertenezca al terrateniente o a otra persona a quien se haya conferido el privilegio que constituye un verdadero monopolio comercial, los precios son por lo general exorbitantes y succionan una buena parte de los salarios devengados.


Es difícil para el siervo de la gleba mejorar su condición. Los salarios no varían o poco menos; su mayor destreza en la faena casi nunca significa un aumento de remuneración; los mejores logran ascender a veces hasta la calidad de mayordomos, lo que les proporciona mayores regalías, pero escaso, aumento de dinero. La independencia económica le está vedada y hasta los medieros tienen pocas oportunidades de progresar; la adquisición de una pequeña casa o parcela que desarrollará su sentido de la propiedad, estímulo esencial de adelanto, forma parte del mundo de los sueños irrealizables. Las rarísimas excepciones no hacen sino comprobar esa verdad universal.



lunes, 16 de julio de 2018

IDENTIDAD DE ÑUBLE


¿POR QUÉ ÑUBLE ES LA CUNA DE TANTO TALENTO NACIONAL?
p.Ziley Mora Penrose 
Etnógrafo, filósofo y escritor


FUENTE: Con el permiso del autor y publicada el domingo 15 de julio
Diario La Discusión, pag. 34.

Para responder a esta pregunta, existirían al menos dos hipótesis provisionales y exploratorias para la respuesta: 

La hipótesis sociohistórica.


Con respecto a esta hipótesis, postulamos que la pequeña propiedad agrícola, la de las primeras regalías que otorgó Valdivia a sus capitanes, empujó el desarrollo de una cultura y una tecnología criolla. En un libro que estamos escribiendo junto a Marco Aurelio Reyes, historiador de la UBB, éste sintetiza bien lo que fuimos: “zona fronteriza, de intercambio –aquí se hacía sencillo el “real situado” (la remesa española) -zona de alerta amarilla, pues en el Bío-Bío comenzaba la roja de la sangre”.Las primeras mercedes de hijuelas estarían inducidas por cierto aislamiento y una homogeneidad mestiza, propias del pequeño minifundio agrícola, el que obligaba a innovar hacia dentro, lejos de la urbe, supliendo con ingenio la escasez del recurso tecnológico. Se trataría de la acumulación virtuosa de saberes de una comunidad local que haría su eclosión en determinados tipos humanos, síntesis creativa de dichos factores aislados. Se trataría entonces, de un particular influjo del entorno y su tradición, reunido en ciertos hijos/as señeros enlos cuales maduraría en forma especial el talento acumulado.Porque aquí, tempranamente se aprendió a no confiar el destino a los otros. “Sin el Rey, yo soy rey : aislado de la metrópoli, de mi dependerá hacerlo todo”, sería más o menos la implícita premisa que guiaba el inconsciente de los ribereños del río Ñuble, Cato e Itata.Lejos de la ayuda de los barcos –los puertos de Tomé y Penco quedaban a varios días de carreta- , aislados por una cordillera tan alta y trabajosa, desde un principio se percibió que cada hombre, cada mujer, cada familia debía forjar sus propias herramientas, desarrollar su propia inventiva para suplir todas sus necesidades materiales e inmateriales, incluyendo en éstas las espirituales de la memoria, las de las artes, las del pensamiento,del intelecto y de la cultura en general; hasta las religioso-teológicas, porque se trataba de asegurar la reflexión del catecismo.

La hipótesis telúrico-espiritual. 

Más que de nuestros genes mestizos, el fenómeno de la reunión de tanta grandeza individual y con ello el impacto de ese talento personal en el desarrollo de un territorio como Ñuble, fundamentalmente se basaría en el tipo de decisiones que tomamos. Y éstas estarían directamente inducidas o inconscientemente motivadas por ciertas influencias de fuerzas energéticas y/o por inspiraciones que nos sugieren el paisaje telúrico y su historia.Y desde una historia que iría muchísimo más atrás de la etapa criolla-mestiza de Chillan/Ñuble, proviniendo acaso desde el remoto pasado de su tronco indígena o de las primeras etnias que hicieron de este territorio el escenario de sus acciones. Y estas,bien podrían haber sido “actividades rituales-sacramentales”, as que habrían dejado en el paisaje, en el aire, en las rocas un impronta de “llamado a una misión elevadora de lo humano”, misión recogida después por algunos individuos, preclaros auditores de dicha impronta.La geografía condiciona el aparecer del daimono “genio” individual.

Pero quizá la explicación es más sencilla, y quien mejor la expresara fue el gran periodista Tito Castillo. Estaría ligada al vino, sí, a la bebida espirituosa del Itata, ese vehículo delas musas: Ñuble es grande y especial “porque aquí el pipeño tiene gusto a borra”. Misión del Gobierno regional será entonces cuidar la borra espiritual, esa levadura, ese rescoldo caliente de la creatividad y las artes capaz de seguir incendiando el alma de todo el país.







martes, 20 de marzo de 2018

DEMETRIO O`HIGGINS PUGA

p. Diario del Maule Sur
EL HERALDO
RAUL BALBOA IBAÑEZ

Hijo del prócer y de doña María del Rosario Melchora Puga Vidaurre, nació en Santiago el 29 de junio de 1818 y falleció en Perú el 24 de noviembre de 1868, a la edad de 50 años, “por uso excesivo de opio, para buscar alivio a pesares amorosos”. Fue soltero.




Heredero de don Bernardo, llevó una vida social rangosa, viajó por varios países europeos. Fue Diputado del Congreso peruano. Su apostura de galán le atribuyen varios hijos, tanto en el Valle de Cañete como en Lima. Conservó el Archivo de su padre, que regaló a Benjamín Vicuña Mackenna.
Poco conocida es la vida, de Pedro Demetrio O”Higgins, hijo natural del Padre de la Patria y de doña María del Rosario Puga Vidaurre, hija del Coronel Juan de Dios Puga y que después don Bernardo lo reconociera como legítimo, siguiendo su propio ciclo familiar.

El Historiador, Miembro del Instituto O”Higginiano y ex – Diputado por Linares Jorge Ibáñez Vegara, escribió uno de sus libro sobre este personaje, cuya edición fue lanzada en Julio del 2006, agotada y al parecer no ha tenido nuevas ediciones, cuyos derechos de autor pertenecen a este Instituto.

Es interesante y ameno leerlo en sus 296 páginas, con sus numerosos capítulos, con el Prólogo de Cristian Guerrero Lira, que van desde “Amores en tiempo de guerra”; “ La vida sigue para doña María del Rosario”; “Abdicación, viaje y residencia de O”Higgins en Perú”; “Juventud de Demetrio”; “La leyenda del desafecto y los materiales de la infamia”; “Enfermedad, testamento y muerte de don Bernardo”; “Demetrio dueño de Montalván y Cuiva”; “Mujeres”; “Viaje de Demetrio a Europa”; “La atracción política”; “Muerte de Demetrio”; “Sus descendientes” y varios capítulos más, que permite conocer la vida y trayectoria del hijo del prócer, muy desconocida. Es destacable la Bibliografía y fuentes de consulta en que está cimentada esta obra histórica, la cual tuvo crítica favorable.

Acierto de su Prólogo
En parte del Prólogo Cristián Guerrero dice sobre Jorge Ibáñez: “quien si bien dedica sus esfuerzos intelectuales a la vida de Demetrio O”Higgins, distinta por haber vivido circunstancias históricas muy diferentes a las que experimentó su padre, e incluso a las de la vida de su abuelo, el Virrey del Perú”…”no se refiere exclusivamente a Demetrio, el joven y el adulto hijo del Libertador, sino más bien se estudia la de una familia y la de su vida privada, aquella que transcurrió intramuros en la casa de Lima o en la hacienda de Montalván”…”Y como se trata de una familia, también se describen y analizan los problemas económicos, las disputas por herencias y los delicados problemas de filiación”.

Amores en tiempos de guerra
O”Higgins era Director Supremo y deja Santiago el 7 de mayo de 1817 y permanece en Concepción hasta los primeros días de enero de 1818, “apareciendo en su destino, la joven María del Rosario Puga Vidaurre”, quien sedujo al Mandatario de 39 años, con sus 19 años, hermosa y excelente amazona, pianista, casada y separada de su marido José María Soto Aguilar.

“El destino pareció reemplazar para O”Higgins, en Concepción, los fríos y las lluvias de la zona, con la calurosa acogida que tuvo en la casa del Coronel Puga y particularmente de su hija”. (Pág. 17).
“La joven separada, vivaz, alegre moviendo agresivamente su cabellera colorina, rodeó a O”Higgins con las habilidades de una mujer que maneja con naturalidad los señuelos de la conquista. Su juventud y belleza, más que las supuestas “artimañas de experimentada provocadora”, que le atribuye Eyzaguirre, fueron suficientes para el encantamiento de O”Higgins”. (Idem).

Seducido don Bernardo, “con el beneplácito de sus padres, ella pasó a ser la compañera habitual del General, incluso en las cabalgatas de inspección de las tropas…siendo bautizada por los soldados, la hermosa pelirroja como la “generala”. (Pág. 18).

O”Higgins regresó a Santiago y el Coronel Juan de Dios Puga, su esposa, las dos hijas y un hijo varón, viajaron con el General en Jefe, quien en la capital dispuso la entrega de la mansión del marqués de Pita, en la calle Catedral, “solo a una cuadra de su palacio de gobierno”.

El nacimiento del hijo
Las visitas del Director Supremo a la residencia de los Puga Vidaurre continuaron, pues el hijo adulterino estaba por nacer. Se busca una solución al problema, “que no era menor, tanto para el prestigio de la familia Puga, como para el crédito del Director Supremo”.  El embarazo acercó a ambas familias, surgiendo la cuestión de la “dignidad” y el necesario ocultamiento del vástago ilegítimo…”siempre complejo y delicado”, para las costumbres conservadora y católica de la sociedad de la época, máxime del nivel de prestigio y relevancia que poseían ambas familias.
Al día siguiente del nacimiento, se bautizó al niño “en secreto”, en la Iglesia de San Isidro, como “Pedro, hijo de padres desconocidos”. El niño quedó en manos de su madre y abuela materna, hasta los 5 años, en que Demetrio fue llevado al Perú en 1823, por su padre al exilio, después de su Abdicación al Gobierno.

Durante muchos años Demetrio ignoró la existencia de su madre; pero después hubo entre ellos correspondencia por cartas; pero nunca se encontraron y sobre lo cual este autor entrega antecedentes valiosos e inéditos.

Doña María del Rosario, en plena juventud y alejada ya de don Bernardo se enamoró del Coronel patriota del “bando de Carrera” José Antonio Pérez – Cotapos, con quien tuvo dos hijos Federico y Catalina, ambos fuera de matrimonio, pues su esposo José Soto Aguilar (no pudo divorciarse), fallece en 1842 y ella el 3 de enero de 1858, a los 63 años.

Opinión (Raúl Balboa Ibáñez)
Esta obra despeja muchas incógnitas y especulaciones sobre la vida del prócer y su hijo, que el espacio de una Columna no permite extenderse, reiterando que ella pudiera ser reeditada.
Al contrario de su padre, Demetrio llevó una vida licenciosa, dejando muchos descendientes en Perú, por su actividad procreadora y éxito entre el mundo femenino. Uno de los biógrafos de O”Higgins, sobre su hijo dice: “se le atribuyen más de 200 hijos ilegítimos”, a lo que este autor considera esta cifra, “una exageración”. (Pág. 273).

Según el Historiador Fernando Diez Aljaro (fallecido), en ese país este apellido es muy común, incluso él trajo a Linares a las “Hermanas O”Higgins”, quienes tuvieron a su cargo, durante un tiempo, el Hotel y Bar “Astur”.

Demetrio fue muy cercano a su padre, participando en las actividades agrícolas y comerciales que tenía en Perú, que llevó a reconocerlo como su hijo y heredero.

Autorizó la repatriación de los restos del prócer a Chile y en 1868 una Comisión Chilena presidida por Manuel Blanco Encalada, cumplió este cometido, ocurrida el mismo año de su fallecimiento, en noviembre de 1868. Financió el Mausoleo de Mármol en el Cementerio General, donde quedaron sus restos. Posteriormente trasladados a la Plaza de la Ciudadanía, en la Alameda (donde están hoy), que lleva el nombre del Libertador.