domingo, 12 de diciembre de 2010

REFLEXIÓNES EN TORNO AL PATRIMONIO URBANO DE CHILLÁN.

1er Congreso de Barrios y Zonas Patrimoniales de la Región del Bio Bio.

(Máximo Beltrán / diciembre 2010-Casa de la Cultura – Chillán Viejo - Chile)

Como antecedente previo…”Cuando pasaba por estos parajes nunca pensó el mariscal Martín Ruiz de Gamboa que ese año de 1580, fundaría una ciudad que estaría enclavada sobre una estructura tectónica de fines del Período Terciario. Una seguidilla de catástrofes naturales con intervalos de 80 a 120 años fueron dando forma al carácter del chillanejo que por generaciones fue templando su herencia genética. No es casual que cuando el reposo de dos generaciones ya empezaba a tornarse en una eterna siesta provinciana, un nuevo rugir de la tierra nos despertaba.

1835 y 1939 son dos años que marcan unos nuevos comienzos de Chillán; años traumáticos, donde todo cambia, la fuerza se impone; el primero un traslado físico, un nuevo emplazamiento ante la destrucción producto del terremoto de 1835. La ciudad de Chillán quedó destruida a tal nivel que fue necesario construirla nuevamente en un sector aledaño a petición de los propios habitantes. A partir de este terremoto es que hay dos Chillán: el viejo y el nuevo. Y el de 1939 la destrucción completa por otro devastador sismo, el que marcó un hito en la historia de Chillán debido a los asoladores efectos que prácticamente no dejaron piedra sobre piedra. Cinco minutos duró la tortura, pero tan solo 90 segundos fueron suficientes para poner de rodillas a la ciudad.”

Estas palabras nos introducen en una ciudad que trata de resguardar, conservar, su Memoria, su Patrimonio a falta de íconos físicos que lamentablemente el tiempo, la modernidad y el mercado han depredado poco a poco.

Partiendo por la definición que las política públicas explican que consideran como Patrimonio Urbano; podremos decir que comprende las edificaciones y los espacios públicos cuya forma constitutiva es expresión de la memoria colectiva, arraigada y trasmitida, los que en forma individual o en conjunto, revelan características culturales, ambientales y sociales que expresan y fomentan la cultura y el arraigo social.
Considerando que refuerzan la identidad de las ciudades y barrios, su protección y recuperación constituyen un imperativo para el fortalecimiento de la identidad y del sentido de pertenencia e integración social de la comunidad con su barrio, la ciudad y el país.

Fragmentariamente estamos hablando del arraigo a la tierra o el desarraigo según en la posición en que estemos o nos a tocado vivir; hablar de los barrios estamos hablando de la pequeña patria, aquel donde se forma la identidad de ciudadano, donde el centro familiar da forma a sus costumbres y afectos, donde los valores cobran vida bajo el alero de una ciudad amiga y fraterna. Bueno…estoy hablando de algo que se está perdiendo, en vías de extinción….nosotros..los ciudadanos comunes, los que formamos parte de esta cadena que tiene como norte el “golpear” la mesa con fuerza y gritar que una ciudad mejor es posible.

Pareciera que nos acostumbramos a vivir “Guethos”….personalmente crecí en una ciudad más fraterna, donde en mi cuadra convivian fácilmente la familia del profesor, la de la nana, la del carnicero, la del doctor; más allá la plaza donde la pluralidad dejaba de ser una palabra iniciática sino se hacia verbo de acción.

Estoy hablando de cosas que inevitablemente perdimos, y no es “chochería” “ochentera”…la ciudad entro en una vorágine sin retorno, implacable…sempiterna…vidas, recuerdos, arquitectura, patrimonio tangible e intangible y actualmente todo en un proceso de extravió, cosas con las cuales no tuvimos el cuidado, caímos sin querer en un auto-desmantelamiento, corriendo el riesgo de caer en el vaciamiento de nuestras marcas de identificación.

Que estas palabras sirvan de entrada, a esa búsqueda constante de ignorados rastros y miradas fortuitas, en el sondeo en las calles y pasajes en los barrios de la ciudad, una suerte de viaje hacia atrás…

Al revisar la pagina del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en el mes de septiembre de este año, una fecha muy cercana…me he dado cuenta que en los Inmuebles de Conservación Histórica definidos por los Instrumentos de Planificación Territorial, CHILLÁN NO APARECE., están casi todas las ciudades de la Región del Bío Bío, ciudades como Lota, Concepción, Cañete, Lebu, pueblos agrícolas como el Carmen, Yungay..etc.

http://www.patrimoniourbano.cl/opensite_20080610130636.aspx


¡es que no encontré a Chillán ¡ ¿a que se debe eso? a las autoridades que no han tenido el celo de ser también guardianes de nuestra memoria? O de organismos gremiales como el Colegio de Arquitectos? O que todavía el plan Regulador no está listo?
Tengo tantas preguntas y no existen las respuestas….espero que nuestras “autoridades” sean nuestros verdaderos aliadas y no tener la sensación de que sirven a otros intereses ajenos a nuestra mejor calidad de vida, felicidad y progreso armónico de la ciudad de Chillán.

Por favor amigos, paremos las antenas, este es un triste instrumento que deja a la ciudad de Chillán en ascuas, ante cualquier disposición de demoler interesantísimos edificios que quedan; sin ir más lejos la propia calle Arauco goza de una estética Art Nuevau propia de los años 30, sobreviviente de la catástrofe de 1939.
Al no estar en esta lista, queda a merced de la mecánica comercial…

Que me dicen del Edificio Copelec; o también del circuíto arquitéctónico del entorno de la Plaza de Chillán, (edificio de la Gobernación, edificio Banco Crédito e Inversiones, edificios Municipales) que fue construida bajo criterios minimalístas propia de los 40, que forma parte del Plan de Reconstrucción después del “Terremoto de 1939”; claro ahora no vemos eso, pero en 50 años más?

El conjunto Martin Rucker, entre Gamero y Vegas de Saldías, una joyita, pero nadie lo vé; que me dicen de unas cuatro casas (de las que quedan ) construídas en madera en el Barrio Sta. Elvira por el año 20 ya que sobrevivieron al terremoto de 1939?

Y que decir del barrio Vegas de Saldías alrededor de la Plaza Sto. Domíngo, el mismo edificio La Discusión, diseñado por el mismo arquitecto de la catedral; la misma Catedral…existen una calles súper interesantísimas en el otrora Barrio Alegre (sector Ultra-estación), el barrio Chillancito; existen casas con firma de autor en diferentes calles de Chillán de estilo bauhaus, ejemplo de ello es la Casa Barco de calle 18 de septiembre y la Casa Geométrica en calle Gamero por nombrar algunas. Y puedo seguir:…

…Templo Iglesia Bautista, Templo Iglesia Presbiteriana, Templo Franciscano, Templo Domínicos, Templo San Juan de Dios, edificio Universidad de la Santísima Concepción ex. Colegio Padre Hurtado, la misma Estación de Ferrocarriles, edificio Cuerpo de Bomberos, .etc….

Sería interminable enumerar, podría empezar a recorrer las calles de memoria y les aseguro que encontraría una pieza de guardar.
A nuestro Chillán debemos mirarlo con lupa, con esa mirada, como lo he dicho reiteradamente, una “mirada voyerista”, donde nos extasiemos de su belleza está bién el terremoto de 1939 nos dejo casi nada; por lo mismo guardemos nuestra reconstrucción del 40 / 50 que es muy hermosa y muy propia por lo demás.

El ofrecimiento es una panorámica de nuestra ciudad, de nuestro Chillán, y la óptica, la perspectiva que dice relación con la recuperación de un algo que todavía nuestras calles y fachadas acusan, la insistencia necesaria que debemos asumir, como para que la memoria, el arte, la vida puedan continuar haciendo las indescriptibles diferencias con el mundo contemporáneo

Todo aquello que se oculta con la mirada cotidiana pero que forma parte del marco referencial, de la matriz, del imaginario en el cual nos desenvolvemos, nos pueda permitir a re-descubrir una ciudad nueva, con todo lo efectivamente reconocible que hemos amado siempre.




Máximo Beltrán
Chillán Antiguo

1 comentario:

  1. EL PASEO PEATONAL: CONTRIBUCIÓN A LA ANTI-CIUDAD

    p. Claudio Martínez C.
    Arquitecto
    Director Santa María la Real-Chile

    Me encuentro con un grupo de amigos mexicanos en una terraza del Paseo Peatonal de calle Arauco entre Constitución y El Roble. El llamado Paseo Peatonal presenta a las cuatro de la tarde de un día sábado un aspecto semidesértico, con varios locales cerrados, una señora que intenta llegar con mucho esfuerzo a la esquina en la esperanza de pase un taxi. En otro rincón a todo volumen un conjunto musical de folclor andino.
    El diseño tan frío como las sucias baldosas que sin ninguna distinción se extiende por toda la antigua calle Arauco, lo que contribuye a darle un aspecto desolador. Un carro de Carabineros instalado en pleno paseo da cuenta de problemas de seguridad, lo que termina por configurar un paisaje urbano deprimente. Es sabido que los paseos peatonales que no permiten a ciertas horas el paso de vehículos o la aproximación de transporte público para recoger a las personas que por sus años tienen dificultades para movilizarse, evitan con ello el “control social”, y terminan por degradar los centros de las ciudades y a tórnalos inseguros. Lamentablemente eso ha terminado por suceder en el centro de Chillán en la calle Arauco. Sin reparar por ahora, en los gigantescos problemas de tránsito que ha provocado la interrupción de una de las calles más transitadas de la ciudad.
    La decisión de hacer ese Paseo Peatonal así como su gélido diseño, es un error de comienzo a fin. Se trata de une error conceptual y práctico. Conceptual porque está ampliamente probado que la seguridad de una ciudad está más vinculada al “control social” que a la vigilancia policial exclusivamente. Es un tipo de control que se anticipa al control policial que con su sola presencia nos advierte la existencia de problemas de seguridad, por lo tanto contribuye a crear una sensación de inseguridad urbana. El control social lo ejercen los peatones y los vehículos a las horas muertas del comercio. En el paseo de la calle Arauco esa posibilidad no existe. Se trata de hoy por hoy de un espacio poco acogedor e inseguro.
    Y se trata de un error práctico por el haber creado un cuello de botella para la circulación de vehículos en el centro de la ciudad y no permitir la posibilidad de que nuestros viejos puedan acceder a un taxi ya sea en invierno o verano, ha traído un deterioro del comercio del paseo, al contrario de lo que se quería potenciar.
    Parece urgente rectificar este error, rediseñar el mobiliario urbano y restaurar el paso de vehículos, es a esta altura una decisión inevitable, más allá de los intereses de unos pocos. El interés y bienestar de la ciudad y sus habitantes debe estar siempre por sobre el interés particular. La modificación del paseo es una buena oportunidad para dar una señal en esa dirección.
    Sin perjuicio de recuperar y poner en valor el patrimonio arquitectónico del centro de Chillán, que pasa desapercibido en la desolación de la calle Arauco. Pocos sabrán que el edificio más importante de la calle Arauco es uno de los dos que sobrevivieron al terremoto de 1939. Se trata del antiguo “Los dos Cuyanos” y que abarca casi la mitad de la cuadra de Arauco. Un primer paso en esa dirección es terminar con el mal llamado Paseo Peatonal.

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