miércoles, 6 de octubre de 2010

TERMAS de CHILLÁN; Breve reseña de los Baños Termales

p.Juan Ignacio Basterrica Sandoval







En la Cordillera de Ñuble, a 1600 metros de altitud se encuentran los internacionalmente famosos baños termales de Chillán. El descubrimiento de estos baños y sus beneficiosos efectos ya eran conocidos en la época prehispánica por los aborígenes de la zona. En ese lugar que revestía características mágicas según la cosmovisión de los grupos originarios, se celebraban ofrendas y se celebraban rituales a la madre tierra. Mas tarde en esta zona geográfica se vieron las correrías de los famosos bandoleros los hermanos Pincheira. También por la cercanía con los pasos hacia el Neuquén argentino, debieron de ser usados por Pehuenches que traficaban la sal, bien muy valorado en esa época, además de los numerosos animales para ser transados e intercambiados por diversos productos en los inicios de la feria o mercado de Chillán contribuyendo de esta manera a su formación.




Con la llegada de los españoles, se discute su redescubrimiento por parte de curas misioneros que se dedicaban a evangelizar estas tierras por el siglo XVII. Las propiedades curativas llamaron la atención de estos abnegados frailes, entre los que se encontraba en las postrimerías del S. XVIII Fray Rosauro Acuña, quien fuera el fundador del Hospital San Juan de Dios de Chillán. Era uno de sus fervientes usuarios para el tratamiento de reumatismos y de afecciones pulmonares como el asma. Con el devenir del tiempo muchos científicos iniciaron exploraciones en el volcán antiguo y el nuevo, y sus fumarolas. De ellos hubo diversos informes y estudios, Claudio Gay los menciona en su obra, aunque al parecer en opinión de A. Philippi nunca estuvo personalmente en ellos. Posteriormente El sabio polaco Ignacio Domeyko se refirió a ellos en un estudio sobre su topografía y las particularidades y beneficios de sus aguas. Algo parecido hizo Rodolfo A. Philipi en la mitad de siglo XIX, haciendo referencia a ellos a propósito de sus estudios botánicos y observaciones de plantas y árboles en las fumarolas y el volcán nuevo Nevado de Chillán.



En cuanto a sus beneficiosas características y particularidades de la composición de sus aguas, llamaron la atención de eminentes médicos que realizaron interesantes estudios sobre el uso beneficioso de esta agua para el tratamiento de diversas patologías. Asi estudios realizados por los doctores; Schneider, E. Cortinez, Javier Tocornal y el Dr Pelegrin Martín y Martí dan cuenta fehaciente y científica sobre la utilidad de su uso como tratamiento terapéutico. En especial el eminente Dr. Pelegrin Martín y Martí fundador de la distinguida y prominente familia chillaneja que lleva su apellido y que ha estado presente en tantas obras de bien para la comunidad de Chillán. El trabajo del Dr Pelegrin Martín y Martí es sin duda el mas extenso de todos ellos, lo que demuestra su fe cierta sobre esta agua y sus propiedades curativas. En su obra Estudio sobre las Aguas Sulfurosas de Chillán, impresa en Valparaíso en 1858 por Tornero y compañía. hace un completo estudio sobre el uso medicinal de estas aguas para los tratamientos de diversas patologías y para aquellas en que su uso esta contraindicado.

Por lo reseñado anteriormente, es imaginable pensar en la cantidad de visitantes que este lugar recibía periódicamente a pesar de las precarias condiciones que allí había para el viajante en sus inicios y en lo dificultoso del viaje para su llegada. Ya la fama de sus beneficios para la salud habían traspasado las fronteras y viajeros de Perú, Bolivia y Argentina llegaban en pos de mejoría a sus dolencias. Esto hace pensar en el transito por un agreste camino real, en condiciones muy incomodas para esos primeros viajeros. Los primeros viajes eran una verdadera aventura por polvorientos senderos de trumao, a caballo, a lomo de mula y en carretas tiradas por bueyes eran los únicos medios disponibles. Aun a mitad del siglo XIX a pesar de haber una línea de carruajes para ese trayecto este no comprendía los últimos 30 kilómetros de la ruta, los que debían hacerse en carreta tirada por bueyes.

Estos Baños Termales de Chillán, tienen la particularidad de ser los únicos baños termales de propiedad privada, ya que son parte del Fundo Termas de Chillán inscrito a nombre de la Ilustre Municipalidad de Chillán en el Conservador de Bienes Raíces de Chillán el 20 de Julio del año 1880.Constituyéndose la renta del arrendamiento o concesión en una de las entradas con que la Municipalidad de Chillán contaba para su presupuesto. De esta forma diversos particulares fueron sus concesionarios quienes mediante inversión privada y trabajo fueron habilitando este lugar con diversas infraestructuras para el usuario. Por allí pasaron entre otros; Zuñiga, Tomas Mac-Hale, Moisés Hawes, Tagle, Pagueguy, Martinez, Sivori, Jose Luis Giner y su empresa Somontur ,hasta hoy en que la concesión está en manos del Consorcio Chillán.

Para tener una visión de las condiciones que los primeros concesionarios tuvieron que solucionar e implementar para comodidad de los visitantes, transcribo las impresiones que don Rodolfo A. Philippi incorporó en su informe de Abril de 1862:



“Esta agua se conducen ahora por tubos de loza a las casas de baño, de modo que no pierden nada de sus partes constituyentes, ni por consiguiente nada de su eficacia, i es posible bañarse con toda comodidad, sin exponerse a los malos efectos de la agitación por una subida repechada i del resfrio, como en años anteriores, cuando faltaban casas de baño. El arrendatario actual de los baños, el señor don Moisés Hawes, ha hecho grandes sacrificios, para que los enfermos que vienen en busca de su salud a estas aguas admirables no sufran por la falta de comodidad. Ha levantado un número de piezas bien abrigadas para alojar, se encuentra un salón de conversaciones con su billar; hai una buena mesa redonda para los que no prefieren mandar hacer su comida por sus criados, hay cada día pan fresco i excelente, leche, carne, verduras, en fin no falta nada para vivir, i no volverá a suceder lo que sucedió el 19 de febrero de 1859, cuando vino un temporal de nieve, que los enfermos se vieron obligados a huir i a bajar para ponerse debajo de una cueva de peñasco, porque los ranchos que existían entonces no les daban abrigo, i porque no tenían bastante que comer. Para apreciar debidamente los esfuerzos del señor Hawes debemos acordarnos, que los baños distan veinte leguas de Chillán, i que no hai otro lugar mas cerca de donde sacar recursos. No puedo menos de darle las gracias por el modo amable con que nos recibió, haciendo todo lo posible para que nuestra corta demora fuese tan agradable como instructiva.”











De las líneas del relato, se pueden apreciar el gran esfuerzo desplegado por los concesionarios a objeto de mejorar el servicio y las precarias condiciones iniciales con la carencia de todo tipo de infraestructura. Esto es sin duda lo admirable del esfuerzo y trabajo desarrollado en una época de medios muy limitados.



2 comentarios:

  1. al leer la historia de las termas de chillan no puedo evitar tener un sentimiento de "despojo" de los frutos que esta cordillera hermosa nos ha brindado, esas aguas sanadoras y milagrosas que han sigo entubadas para hacerlas llegar hasta los bolsillos de unos pocos... escucho los recuerdos de mis viejos sobre sus historias en las termas y ellos pasaban por donde querían... la montaña era de ellos... en la "colonización" se perdíó el alma indigena, el respeto por la madre y su frutos,se entubaron los flujos mágicos de nuestra tierra.
    gracias por el reportaje... solo apretaron mis entrañas de chillaneja
    cecy

    ResponderEliminar