p. Maximo Beltrán
El tema
ingenieril y que atañe específicamente a la salud pública en la construcción del Chillán Nuevo (1835), fue previsto
por las autoridades de aquel entonces. Un sistema de alcantarillado y evacuación
con la tecnología de la época, claro… que nunca se imaginaron que 160 años después
seria tema “patrimonial” (que ilusos)…sacaron todos los adoquines de Chillan y
ahora es materia de preocupación los “conductos fecales” de nuestros tatarabuelos.
No son las
cloacas de Paris, que Alejandro Dumas nos relató ; dicen que la ciudad de los “Capeto”(1) se convirtió
en un lugar tan desagradable para vivir, que la gente que viajaba hacia ella podía
olerla antes de verla. Fuerte…quizás al leer lo que escribo, pueda entender los sucesos revolucionarios y la sangre en la
guillotina…Pero esa es otra historia, Chillan no es Paris y Chile no es
Francia.
Queremos
inventar túneles misteriosos y conclaves iniciáticos; insuflar leyendas y
buscar piedras filosofales sin siquiera deshilachar el guante; ¿para qué rasguñar
la piedra? Si el polvo de “oro” está suspendido en cada recodo de Chillán …¿acaso
no miramos?
Sirvan estas
palabras de introducción a un texto que encontré en un libro de 1980, Chillán
gesta de cuatro siglos (1580-1980) (pag. 25) por Rolando Fernández Parra; y nos ilustra a todos que son los “misteriosos
túneles de Chillán”. Este libro reúne a la pléyade de intelectuales de la
época, por cierto, la mayoría ya distantes en el espacio, pero que magistralmente
el maestro Rolando convocó para
contarnos los verdaderos “relatos de Chillan”; no los imaginarios, sino
aquellos con olor a tiempos reales y a significancias latentes, vivas…
(1) Nombre que se le da a los Borbones en Francia
LOS
PRIMITIVOS SERVICIOS DE ALCANTARILLADO EN CHILLÁN (s. XIX )
El
alcantarillado que se recuerda, era un canal abovedado de cal y ladrillo, de
más o menos un metro de ancho, que corría de oriente a poniente por el centro
de las seis manzanas centrales de la ciudad, entre las calles Talcahuano por el
sur hasta la de Vega de Saldías por el norte.
La
alcantarilla pasaba por el centro de las manzanas según fuera la conformación
interior de las propiedades que servía, y los servicios higiénicos se colocaban
sobre el canal en forma tal que se evitaba la acumulación de materias fecales
en el centro de la ciudad.
Los
servicios higiénicos de entonces no eran lo que se llamó por un tiempo “de
patente” y sólo se usaba el cajón horadado. El aseo de la alcantarilla se hacía
dos o más veces por semana echando agua desde un canal que corría por la cañada
oriente (hoy Av. Argentina), la que arrastraba los “detritus” hasta un cauce
abierto construido en la cañada Poniente (hoy Av. Brasil), y ahí se iban a
vaciar al estero Las Toscas.
Tan
primitivo sistema, sencillo pero útil, tenía compuertas de acceso a su interior
en todas o casi todas las aceras por donde pasaba, y para los efectos de sus
cuidados por los trabajadores municipales, estas compuertas eran planchas de
hierro dulce, de unos setenta cms. Por lado y se mantenían permanentemente con
llave…
Estimados amigos:
ResponderEliminarRespecto a la polémica de los túneles de nuestra ciudad, muchos han dicho que estos serían patrimoniales, y otros casi con tirria, dicen que son meras cloacas que no merecen siquiera revisión ya que detienen el siempre arrollador "progreso".
Quisiera (sin polemizar) defender en cierta medida el estudio minucioso de dichos túneles. No se trata que por haber sido meras cloacas no constituyen patrimonio. Historia, no debemos entenderla con los tradicionales cánones del positivismo que se sustentas en grandes gestas de héroes, también podemos entenderlo a través de la historia de las mentalidades que nos habla de la evolución de las sociedades a través de su pensamiento en obras arquitectónicas, etc. Es increíble como este tipo de construcción nos puede enseñar incluso el desarrollo y la perspectiva respecto a la salubridad de nuestra ciudad hace más de un siglo en Chillán. ¿poco importante aquello? para aquel que está anquilosado en el pensamiento tradicional, de seguro será así. Entiendo a aquellos que defienden dichos túneles, y no los culpo, hemos perdido tanto patrimonio (adoquines, antiguas casonas, muros, testimonios vivos) que pensar que aún nos quedan resabios del pasado que no han sido arrollados por el modernismo, vale la pena pausarnos un poco y estudiar en detalle que es lo que se ha descubierto. Amigos, a través del tiempo las alcantarillas han sido refugio en tiempos complejos, de guerras civiles, de fugas, etc. Hay una historia que aún no se rescata ¿que pasaría si descubriéramos años más adelante que estos túneles tuvieron otra finalidad?. Somos capital histórica de este país, por lo menos, esperemos el resultado de los estudios que se harán, quien sabe si estos túneles sirvieron de escape a hombres y mujeres en tiempos de persecución o aún más. ¿sabemos en dónde terminan con seguridad?
Un saludo fraterno a todos los amantes de la historia local.
Atte.
Cristóbal Catejo Chacón
Estudiante de Ped. en Historia UBB
Apoyo lo que dice el señor Catejo, ya que, si bien es cierto es por dónde pasaron las heces de nuestros abuelos, es lo que va quedando de un Chillán que ya asoma tintes de "mitológico" porque van quedando cada vez menos obras y artefactos que nos cuenten lo que aquí pasó ayer..., si fuera por desechar la vieja arquitectura funcional de todos los días lo mismo daría hechar abajo los acueductos de la Italia romana... alguien apelará a esto: ¡Pero no somos Italia!, y yo le respondo... qué poco quiere usted a esta tierra carente de recuerdos, los túneles, humildes, de una misión tan poco brillante, es mal que mal un recuerdo de esta ciudad. Asi como triste fue el retiro de los adoquines (que alguien habrá dicho también que fue el suelo que pisaron los abuelos y por ello no merecían la dignidad de ser conservados por ser de un carácter tan pisoteado).
ResponderEliminarAhora, sobre lo que es o no patrimonial... ¿quién podríamos decir que tiene la potestad de declarar que es importante y qué no? yo creo que sólo la historia, por lo que en lo personal estimo que es necesario conservar al menos en parte los logros de nuestros antepasados, una muestra de su habilidad e ingenio... quizás algún tataranieto nos critíque dentro de generaciones que hayamos permitido la destrucción y el olvido de cosas que para nosotros hoy parecen intrascendente...
Saludos amigos amantes de la historia de esta gran ciudad.
Muy Atte.
Leonardo Encina Norambuena
Diseñador Gráfico