Juan Ignacio Basterrica Sandoval.
Taller de Cultura Regional. U.B.B
Fuente: Revista Quinchamali.
LA FUNDACIÓN
Este emblemático club social que al igual que sus predecesores estaba solo reservado para integrantes varones, y el cual marcó los años dorados de la sociabilidad de la elite ñublense, especialmente la chillaneja, nació por iniciativa de don Ismael Martín Mieres. Distinguido abogado y recordado Intendente de la provincia de Ñuble por quince años. Miembro de la connotada familia Martín de Chillán, formada por el eminente médico catalán, don Pelegrín Martín y Martí, y de la distinguida dama doña Isidora Mieres Lantaño.
Considerando el beneficio de que nuestra ciudad contara con una institución social permanente que fuera el núcleo que nutriera a la provincia de Ñuble de todo tipo de iniciativas destinadas a su adelanto y al bien común, don Ismael patrocinó junto a un selecto grupo de amigos y personalidades de las mas tradicionales familias chillanejas, la creación del Club del Ñuble o Club de Ñuble, el cual estaría llamado a convertirse en un sello para la sociabilidad de Ñuble y de prestigio en el país. De este llamado da cuenta el Diario La Discusión de 1878, en cuyas páginas se insertó el siguiente aviso de esta convocatoria;”Conforme a lo acordado por la reunión del 16 del presente, el domingo próximo a la 1 PM, en el Salón de Señoras, (dependencia del Salón de Familias, que se señalara en al numero anterior en el articulo sobre los Clubes Sociales de Ñuble) habrá junta general para discutir y aprobar los estatutos y dejar definitivamente establecido el Club Social. La Comisión”.
La idea tuvo gran aceptación en la elite ñublense, y finalmente el 22 de Junio de 1878 fue formalmente creado. Su primera directiva la conformaron; Don Luis del Fierro, como su primer presidente, quien mas tarde ocuparía la alcaldía de la ciudad. Tesorero; don Tomás Mac-Hale, conocido empresario contratista, quien realizó numerosas obras de adelanto para la ciudad, siendo también concesionario de las Termas de Chillán. Como Secretario don Andrés Gazmuri Albano, abogado de antigua familia chillaneja paterna y talquina por la materna, quien además ocuparía el cargo público de Defensor de menores en la provincia.
Entre la entusiasta nómina de los socios fundadores podemos mencionar entre otros a don Nicolás Alamos, Daniel Acuña, Juan José Ayala, Jorge Adwanter, Luis Barros Valdés , Dionisio Burboa, Eulogio Cortínez, Gonzalo Gazmuri, Carlos Gazmuri, David Gazmuri, Germán Gabler, Cirilo Gatica, Juan Fermín Gaete, Prudencio Goicoechea, Juan Larraechea, Cándido Lagos, Pelegrin Martín, Juan Merino, Victor Mora, Manuel Munita Gormaz, Camilo Munita Gormaz, Juan A. Ojeda, Wenceslao Ojeda, Polidoro Ojeda, José Bernardo Paredes, Delfín Pantoja, Bernardino Pradel, Juan José Palacios, José Manuel Rivera, Fermín Rivera, Juan de Dios Rivera, Diego Rivera, Gustavo Redon, Vicente Sandoval Medina, Pedro J. Solar, José Maria Solar, Evaristo Solar, Nicolás Tanco, Rafael Valdés.
EL INGRESO, Y SUS PRIMEROS SOCIOS.
Sus primeros estatutos eran bastante rígidos en el ingreso, por lo que fue ganándose la fama de club elitista. Lo cual no era tan exacto, pues la idea era recoger un conjunto homogéneo de miembros desde el punto de vista de las costumbres, la tradición y la honradez. No era fácil el ingreso, así el aspirante al club debía ser patrocinado por tres socios, quienes recogían la información del postulante acompañada de los respectivos documentos de respaldo. Esta solicitud junto a la información y documentación era analizada rigurosamente por una Junta calificadora compuesta por tres miembros designados, para luego pasarla a la directiva para su aprobación final. En esta junta se calificaba al aspirante y se estudiaban su historia familiar de al menos tres generaciones anteriores para evaluar sus antecedentes, tanto propios como familiares, los cuales incluían, nacionalidad, residencia, solvencia, honradez, probidad, filiación y constitución familiar de acuerdo a la legislación y a la moral. Muchos se abstenían de solicitar membrecía cuando había filiación natural en las generaciones estudiadas para evitar un bochornoso rechazo.
Sus estatutos fueron luego reformados en 1880 a fin de reglamentar el exigente sistema de postulación y calificación, con el propósito de hacerlo lo mas objetivo y transparente posible. A los aspirantes provenientes de las colonias extranjeras en un comienzo se les hacía muy dificil el ingreso. Posteriormente miembros de las colonias hispana, francesa, alemana e italiana se fueron incorporando paulatinamente.
Así a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, toda la elite tradicional de Ñuble y los representantes mas importantes de las colonias alemana, francesa e italiana y española se fueron incorporando al emblemático club social de Ñuble. Se suman así, familiares de los socios fundadores y amigos de las familias, incorporándose socios pertenecientes a las familias; Abascal, Acuña, Álamos, Alarcón, Álvarez Condarco, Amigo, Andrade, Arrau, Arriagada, Barra, Barros, Bórquez, Brunet, Bustamante, Bustos, Cabrera,Celedón, Cisternas, Cofré, Contreras, Cruz, Cruzat, Dañin, Dueñas, Escala, Fernández,Ferrada, Figueroa, Fonseca, Gana, Gatica, Gazmuri, Godoy, Gomez, Gutiérrez, Guzmán, Hernández, Hermosilla, Herreros, Ibáñez, Jarpa, Jofré, Jones, Labarca, Lagos, Lantaño, Larraechea, Lepeley, Letelier, Mardones, Márquez, Martín, Medina, Merino, Méndez, Mendoza, Molina, Mora, Munita, Muñoz, Ojeda, Orellana, Palacios, Palma, Paredes, Pérez, Pica, Pinto, Poblete, Pradel, Puga, Quezada, Quintana, Ramírez, Reyes, Riquelme, Rivas, Rivera, Rodríguez, Salazar, Sánchez, Sandoval, Sanhueza, San Martín, Santander, Santapau, Santelices, Sepúlveda, Serrano, Solar, Tanco, Torres, Valle (del), Vargas, Vega, Venegas, Videla, Vildósola, Yañez, Yávar, Urrutia, Unzueta, Zañartu, Zapata, entre muchos otros incorporados en el tiempo, provenientes de reconocidas familias criollas tradicionales o avecindadas en la zona.
Entre los componentes de familias extranjeras avecindadas, podemos señalar; Abatto, Andwanter, Autonell, Baettyg, Bissig, Blázquez, Blu, Cazenave, Collin, Choribit, Cuchacovich, Davidson,Delepine, Dubosq, Etchevers, Fischer, Friedl, Gallo, Gleisner, Gómez, Goldemberg, Ham, Heck, Janin, Jhungjohann, Junneman, Kehl, Larrere, Marcenaro,Martin, Mazzi, Midleton, Montti, Olalde, Pagueguy, Ribbeck, Rochetti, Roeschman, Rondanelli, Salomone, Schaeffer, Schleyer, Serra, Serrano, Sivori , Tondreau, Toha, Ulricksen, Vaccaro, Whicker, Witker, Yuffer, entre otros, algunos de los cuales ocuparon a través del tiempo cargos directivos y la presidencia del Club.
EL EDIFICIO Y SEDE FUNDACIONAL
El Club funcionó primero y desde su fundación, en un amplio y hermoso edificio de dos pisos ubicado en la calle Arauco al costado sur de la Catedral de Chillán frente a la Plaza de Armas, para luego algunas décadas antes del terremoto del año 1939 ubicarse en una nueva construcción en calle Constitución 444, casi al llegar a calle Dieciocho de Septiembre. Este edificio fundacional fue adquirido para el Club, por la desprendida contribución de sus socios fundadores, entre los que figuran los nombres de generosos socios que hicieron esto posible, destacándose los señores, Don Gonzalo Gazmuri, Delfin Pantoja, Fanor Paredes, Benjamin Rivera, José Miguel Martín, Manuel Wicker, Ricardo Solar, Ramón Lantaño, Narciso Tondreau, Guillermo H. Jones, Daniel Acuña entre otros.
En su edificación original había amplios espacios, un hermoso y amplio hall constituido como un gran espacio interior con un cielo vidriado que dejaba pasar la luz natural, disponiéndose a su alrededor las dependencias y salones, destacándose el salón de honor, todos bellamente decorados con muebles y esculturas europeas en bronce y peltre. Grandes retratos de Intendentes y personalidades que ocuparon la presidencia del club colgaban de los muros de la biblioteca y salón de lectura. Se contaba con el salón de honor, sala de fumadores, biblioteca, sala de Directorio, bar y cantina con mesas de juego para el cacho, una sala de billar y de billas, sala de póker y ajedrez, amplios comedores y dependencias domésticas. La oferta gastronómica que el Club ofrecía a sus socios, especialmente para los banquetes ofrecidos era muy variada y rica en platos franceses debido a la gran influencia de la importante colonia francesa establecida en Chillán y a la influencia de la belle epoque en esos tiempos en nuestro país.
El Club de Ñuble funcionó ininterrumpidamente hasta el año 1939 en que fuera destruido su edificio por el sismo y un incendio, y solo cerró sus puertas por algunos días durante los duros acontecimientos que se dieron en 1891.Recordemos que algunos de sus socios eran decididamente liberales y balmacedistas, de hecho y a modo de ejemplo don Luis del Fierro, su primer presidente y socio fundador, que en 1891 era el Alcalde de Chillán, tuvo que buscar refugio en la Hacienda Zemita de don Francisco Rivas Cruz una vez que el presidente fuera vencido por las fuerzas de los congresistas. Sin duda tiempos difíciles en que la lucha fraternal de posiciones cobró vidas, destrucción de la propiedad pública y privada. Chillán no estuvo ajeno a ello aunque en menor grado que en la capital y otras zonas del país. Así y todo el Club, pese a tener su mayoría de socios de tendencia liberal, sufrió pocos daños. El prestigio alcanzado por las obras que allí se engendraron le rodeó del respeto que fue su escudo protector ante tanta adversidad y contra las debilidades humanas del revanchismo político.
LA SOCIABILIDAD Y LAS OBRAS DE PROGRESO NACIDAS EN EL CLUB DE ÑUBLE.
En sus antiguos salones se idearon notables iniciativas en pos del progreso de Chillán y Ñuble, allí nacieron las bases de la creación del Cuerpo de Bomberos de Chillán a iniciativa de don Ismael Martín Mieres y un selecto grupo de socios. Se concretó en 1886 la sociedad comercial que daría origen al “Banco de Ñuble” a iniciativa del comerciante santiaguino don Vicente Cruchaga, contando con el apoyo de numerosos socios del club. De la misma manera allí se consolidó la sociedad de carros de sangre denominada “Ferrocarril Urbano de Chillán Ltda”, la que vio la luz hacia 1884 en nuestra ciudad. Igualmente se gestó en sus salones en 1890 la fundación de “La Sociedad Liceo de Niñas de Chillán”, que fuera el antecedente del actual Liceo de Niñas, el cual en 1901 pasó a ser una institución fiscal. Importantes instituciones de beneficencia como la Gota de Leche se gesta aquí, y La creación de la Cruz Roja en Chillán obtuvo el empuje necesario en este recinto. En fin, fueron innumerables las iniciativas para el progreso material de Chillán y Ñuble que vieron la luz en las dependencias del Club de Ñuble.
Hacia 1928, la directiva del Club estaba conformada de la siguiente manera; Presidente; el Sr, don Armando Martín Villalobos, recordado socio y presidente honorario, alcalde de Chillán y parlamentario. Directores los señores; don Sucre Gazmuri Arrau, don Gustavo Schleyer, don Luis Lepeley, y don Renato Puga Jarpa. El número de socios en esa fecha era de 250.
En sus salones se planificaron grandes banquetes y recepciones para celebrar el cambio de siglo en 1900, el centenario nacional en 1910, el centenario de Chillán en 1935, las fiestas de la primavera preparando sus propios carros florales hacia 1910 en adelante. También hubo recepciones de autoridades, despedidas de soltero, bailes de presentación en sociedad, entre otras diversas manifestaciones sociales .En el club además se celebraron importantes cierres de negocios entre sus socios, y se debatieron importantes acuerdos políticos en pos del desarrollo de Ñuble. Todas actividades sociales y obras de adelanto consecuentes a lo establecido en sus estatutos, en los que se indicaba que el fin del Club, era “ser un centro de reunión social destinado a proporcionar a sus socios un sitio confortable para reunirse, fomentar la sociabilidad y hablar de negocios y otras actividades del diario vivir, en un ambiente amable, culto y distinguido”.
EL FIN DE UNA ETAPA
El Club de Ñuble cobró un prestigio de carácter nacional, siendo reconocido junto con El Club de La Unión de Santiago, el Club de Septiembre, el Club de Talca, el Club Concepción y el de Viña del Mar, como los mas representativos de la sociabilidad chilena hasta mediados del siglo XX. En la década del cincuenta por ejemplo, había homologación de socios con los miembros de Club Concepción. El Terremoto del 24 de Enero de 1939, destruye a Chillán y al emblemático edificio del Club, el que ya se había resentido con el terremoto de Talca de 1928 y que había sido restaurado. El sismo redujo a escombros la construcción perdiendo la vida a consecuencia de ello algunos socios como fue el caso de los Sres. Rivera y Delepine y algunos empleados que esa noche se encontraban en sus dependencias. Un incendio producto del terremoto terminó por dar el tiro de gracia, prácticamente toda su valioso contenido incluido sus libros de actas, biblioteca y archivos se destruyeron entre escombros y fuego.
Desde 1939 hasta el presente la historia del Club de Ñuble, está debidamente registrada en los libros de su secretaría, dividiéndose la era posterior al terremoto en dos etapas. La primera que comienza con la construcción del nuevo edificio institucional en calle Constitución 444 bajo la presidencia del Sr. Eduardo Sanhueza Martín (1939-1945), etapa que marca el renacer del Club con notable influjo en la elite de la sociedad ñublense desde los años 1940 hasta comienzos de 1970 y que termina con la venta del edificio por las difíciles circunstancias políticas y sociales de aquellos años. Y por último la segunda y actual etapa, generada a partir de la edificación de su nueva sede ubicada en calle Dieciocho de Septiembre de Chillán.