UN POCO DE HISTORIA...
La primera Logia Mixta en Chile, se creó gracias a gestiones realizadas por miembros de la Gran Logia de Chile, que tanto desde la Logia Cóndor N° 9, como de Hiram N° 65, llevaban algún tiempo promoviendo la idea de incorporar a la mujer a los trabajos masónicos, en igualdad de condiciones que el hombre.
La primera mujer iniciada en la Masonería fue Marie Deraismes, en 1882, en la Logia Les Libres Penseurs de Pecq. Al iniciarse, ella señaló: “La puerta que me habéis abierto no se cerrará sobre mí y toda una legión seguirá mis pasos”. Los problemas que se generaron por este hecho, con la Gran Logia Simbólica de Francia, llevaron a la creación de la Logia Mixta Le Droit Humain, el 4 de abril de 1893, la que se expandió rápidamente a Suiza, Alemania, Inglaterra, Bélgica y, luego, al resto del mundo. La Masonería Mixta fue reconocida por el Gran Oriente de Francia en 1921.
El 25 de febrero de 1929, Hermanos de la Logia Hiram N° 65, de la Gran Logia de Chile, junto al filósofo hindú Curuppumullage Jinarajadasa, Grado 33 de Le Droit Humain, dieron vida a la primera Logia Mixta de Chile, con el nombre IGUALDAD, poniendo así la semilla para la creación de la Gran Logia Mixta delpaís. Han transcurrido ya 86 años y esta Gran Logia cuenta con 66 Logias, cinco de las cuales se encuentran en Perú (2 en Lima y 3 en Arequipa).
MASONERÍA MIXTA EN ÑUBLE
En Ñuble, la Masonería Mixta cuenta con tres Logias en Chillán y una en San Carlos. Los orígenes de la institución en nuestra ciudad se remontan a los años 70, con la creación de un Triángulo, que pasaría a convertirse en la Logia Nelquihue N° 26, en el año 1982. De esta Logia derivarían, posteriormente, las Logias Armonía N° 53 y Pewmayen N° 57.
M. del Pilar Rivera Caamaño
Pdta. Depto. de Publicaciones
Gran Logia Mixta de Chile
Ex V:.M:. Resp:. L:. Pewmayen Nº 57 - Valle de Chillán
La Gran Logia Mixta de Chile sostiene la igualdad de derechos del hombre y la mujer y permite que ambos puedan disfrutar, de igual forma, de la justicia social dentro de una humanidad organizada en sociedades libres y fraternales. En ella no existen distinciones de razas, religiones ni filosofías y se busca en sus miembros la construcción de un templo a la perfección de la humanidad, bajo la idea fuerza del Gran Arquitecto del Universo. Por lo tanto, no profesa dogma alguno y trabaja en la búsqueda de la verdad. Los temas religiosos y políticos sólo se analizan para ilustrar a sus miembros y capacitarlos para cumplir sus deberes con conocimiento de causa. Adhiere a los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad y busca, entonces, una humanidad libre, sin privilegios para nadie y unida por la fraternidad.
Lo anterior, permite darse cuenta de que la Masonería Mixta, como toda la Masonería, sólo busca mejorar moralmente a las personas, sobre la base de un pensamiento crítico y haciendo uso de la reflexión. A ella pueden ingresar las personas que sean mayores de edad y que sean reconocidas como hombres y mujeres de buenas costumbres, de recto juicio, amantes de la verdad, capaces de vencer prejuicios, dogmas y convencionalismos, con un nivel de instrucción suficiente para elaborar sus propias opiniones sobre bases sólidas, con voluntad para reconocer y superar sus errores y para ceñirse a los principios morales que sustenta la institución. Por todo esto, se hace necesario que quienes desean llegar a ella, pasen por un proceso de selección, sujetos a procedimientos establecidos.
Hasta el día de hoy, en pleno Siglo XXI, se sigue pensando que la Masonería es una institución secreta y demoníaca, lo que en muchas circunstancias deriva en persecución y hostigamiento hacia sus miembros.Este hecho viene, en primer lugar, de la ignorancia frente al tema, condición que permite aceptar como verdadera cualquiera afirmación al respecto, sin poseer las herramientas necesarias para discriminar lo real de lo falso; del mismo modo, son muchos los que han hecho suya la actividad permanente de denostar a la Orden y que han gastado tiempo y miles de páginas para escribir sus falacias respecto de una institución que sólo busca mejorar, moral y espiritualmente, a sus adeptos.
Por lo anterior, la Masonería ha debido rodearse de discreción, ya no de secreto como antiguamente, pues visitando páginas de Internet, es muy fácil en la actualidad, adentrarse en algunos de los llamados “misterios” de la institución. Sabemos que la discreción es una virtud y que en el ámbito masónico está asociada al silencio y al secreto. Para la Masonería, la discreción es una virtud cardinal, porque abre la puerta de la sabiduría y permite aprender a callar, a saber cuándo guardar silencio y también cuándo no guardarlo. El secreto que se le sigue atribuyendo a la Masonería tiene que analizarse en función de la sociedad donde está instalada la Institución. Se ha dicho que en un Estado autoritario la Orden es secreta y en uno democrático es discreta.
Las reuniones y trabajos se realizan bajo el símbolo del Gran Arquitecto del Universo. Frente a este concepto, es muy lógica la pregunta de por qué no llamarle, simplemente, Dios. La idea es que, siendo la Masonería una institución que no discrimina por creencias de ningún tipo, se requiere de un concepto que abarque a todos y todas, independientemente de cuáles sean las creencias de cada quien.
La Masonería usa diversos símbolos y herramientas para transmitir sus enseñanzas. No en vano, la imagen más conocida, asociada a los masones es la unión de una escuadra y un compás. Referencias a este símbolo, se encuentran en Internet con mucha facilidad. Sin embargo, es bueno señalar aquí, que para los masones, la escuadra señala la forma de orientar rectamente el camino hacia el perfeccionamiento; es, por lo tanto, señal de rectitud en el actuar y marca el camino a seguir hacia lo que es correcto y virtuoso. La escuadra es también símbolo de la razón que debe ser bien utilizada en beneficio personal y de quienes nos rodean.
Por su parte, el compás representa la justicia y la moderación con que deben medirse los actos de los seres humanos. Es emblema de cordura y templanza, para que reine el buen entendimiento con los demás. El compás nos insta a no ambicionar más que aquello que hemos conseguido con nuestro esfuerzo.
El ingreso como miembro de una Logia, requiere de un proceso de “iniciación”, antiguo procedimiento practicado por diversas sociedades e instituciones a lo largo de la historia. La iniciación no es otra cosa que el proceso mediante el cual habrá de producirse una nueva forma de comprender y enfrentar la vida. Por eso, se distingue entre iniciados y profanos, términos que sólo buscan diferenciar entre iniciados y no iniciados.
Lo anterior, permite darse cuenta de que la Masonería Mixta, como toda la Masonería, sólo busca mejorar moralmente a las personas, sobre la base de un pensamiento crítico y haciendo uso de la reflexión. A ella pueden ingresar las personas que sean mayores de edad y que sean reconocidas como hombres y mujeres de buenas costumbres, de recto juicio, amantes de la verdad, capaces de vencer prejuicios, dogmas y convencionalismos, con un nivel de instrucción suficiente para elaborar sus propias opiniones sobre bases sólidas, con voluntad para reconocer y superar sus errores y para ceñirse a los principios morales que sustenta la institución. Por todo esto, se hace necesario que quienes desean llegar a ella, pasen por un proceso de selección, sujetos a procedimientos establecidos.
Hasta el día de hoy, en pleno Siglo XXI, se sigue pensando que la Masonería es una institución secreta y demoníaca, lo que en muchas circunstancias deriva en persecución y hostigamiento hacia sus miembros.Este hecho viene, en primer lugar, de la ignorancia frente al tema, condición que permite aceptar como verdadera cualquiera afirmación al respecto, sin poseer las herramientas necesarias para discriminar lo real de lo falso; del mismo modo, son muchos los que han hecho suya la actividad permanente de denostar a la Orden y que han gastado tiempo y miles de páginas para escribir sus falacias respecto de una institución que sólo busca mejorar, moral y espiritualmente, a sus adeptos.
Por lo anterior, la Masonería ha debido rodearse de discreción, ya no de secreto como antiguamente, pues visitando páginas de Internet, es muy fácil en la actualidad, adentrarse en algunos de los llamados “misterios” de la institución. Sabemos que la discreción es una virtud y que en el ámbito masónico está asociada al silencio y al secreto. Para la Masonería, la discreción es una virtud cardinal, porque abre la puerta de la sabiduría y permite aprender a callar, a saber cuándo guardar silencio y también cuándo no guardarlo. El secreto que se le sigue atribuyendo a la Masonería tiene que analizarse en función de la sociedad donde está instalada la Institución. Se ha dicho que en un Estado autoritario la Orden es secreta y en uno democrático es discreta.
Las reuniones y trabajos se realizan bajo el símbolo del Gran Arquitecto del Universo. Frente a este concepto, es muy lógica la pregunta de por qué no llamarle, simplemente, Dios. La idea es que, siendo la Masonería una institución que no discrimina por creencias de ningún tipo, se requiere de un concepto que abarque a todos y todas, independientemente de cuáles sean las creencias de cada quien.
La Masonería usa diversos símbolos y herramientas para transmitir sus enseñanzas. No en vano, la imagen más conocida, asociada a los masones es la unión de una escuadra y un compás. Referencias a este símbolo, se encuentran en Internet con mucha facilidad. Sin embargo, es bueno señalar aquí, que para los masones, la escuadra señala la forma de orientar rectamente el camino hacia el perfeccionamiento; es, por lo tanto, señal de rectitud en el actuar y marca el camino a seguir hacia lo que es correcto y virtuoso. La escuadra es también símbolo de la razón que debe ser bien utilizada en beneficio personal y de quienes nos rodean.
Por su parte, el compás representa la justicia y la moderación con que deben medirse los actos de los seres humanos. Es emblema de cordura y templanza, para que reine el buen entendimiento con los demás. El compás nos insta a no ambicionar más que aquello que hemos conseguido con nuestro esfuerzo.
El ingreso como miembro de una Logia, requiere de un proceso de “iniciación”, antiguo procedimiento practicado por diversas sociedades e instituciones a lo largo de la historia. La iniciación no es otra cosa que el proceso mediante el cual habrá de producirse una nueva forma de comprender y enfrentar la vida. Por eso, se distingue entre iniciados y profanos, términos que sólo buscan diferenciar entre iniciados y no iniciados.
En estos días, un asunto permanente de análisis, ha sido la discusión de temas valóricos tan importantes como el aborto, el matrimonio homosexual y, quizá a no largo plazo, el de la eutanasia. Si bien la Masonería Mixta no ha elaborado algún documento planteando su posición, no es menos cierto que frente a asuntos tan relevantes como estos, la práctica de la tolerancia es indispensable e imprescindible.
Al respecto, parece lógico pensar que la mujer no es un simple “envase” que lleva en su vientre a los hijos, aún a riesgo de morir. Ella tiene derecho a salvaguardar su vida, necesaria no sólo para sí misma, sino para otros hijos que requieren de su apoyo y cuidado. Del mismo modo, obligarla a llevar en sus entrañas a un ser que no tiene ninguna opción de vida o que es producto de algo tan cruento como una violación, parecería un hecho tan inhumano como aquel de impedir que el producto de la fecundación llegue a vivir. Una mujer violentada deberá superar el trauma que ese hecho implica, con mucha dificultad, y si se trata de una niña, sistemáticamente violada a veces por su propio padre, ¿deberá más encima del dolor que este hecho implica, hipotecar toda su vida a una situación que nunca buscó y de la cual fue incapaz de defenderse? Sin duda que para todas estas cosas, hay que ser capaces de ponerse en el lugar de ellas y luego responderse qué es lo correcto. Por mi parte, prefiero pensar que la mujer es un ser libre de tomar decisiones que, si bien son muy duras, le permitirán priorizar su vida y el bienestar del resto de su familia, que también está en juego.
Respecto del matrimonio homosexual, debemos, una vez más, apelar a los postulados de Tolerancia y, también al de Libertad. Cada cual es dueño de vivir su vida como lo desee, si con ello no trasgrede los derechos ajenos. Si ya existe el Acuerdo de Unión Civil, ¿significará una diferencia muy importante para quienes el tema sólo nos toca de manera tangencial, que haya o no un matrimonio de por medio? ¿En qué nos afecta que las parejas homosexuales estén casadas o no lo estén? Quizá sería bueno aplicar aquello de “vive y deja vivir”, con más frecuencia, porque no tenemos derecho a imponerle a los demás, nuestras propias concepciones de vida.
Finalmente, cabe señalar que la Masonería Mixta de Chile ha cumplido en nuestra ciudad, en el país, y también en el Perú, la importante misión de incorporar a la mujer para trabajar codo a codo con los varones, en la búsqueda de un proceso de perfeccionamiento que, sin duda, favorece la formación de la familia masónica. Bajo su alero, la pareja recibe las mismas herramientas para enfrentar temas valóricos que no se cultivan de la misma forma, con un hombre “ilustrado” y una mujer encerrada en las cuatro paredes de su casa, o con acceso muy limitado a su formación moral y espiritual. Hombre y mujer, tienen la obligación de trabajar, codo a codo, por conseguir una sociedad mejor que ofrecerle a sus hijos y para lograrlo, resulta imprescindible que compartan el trabajo intelectual, moral y espiritual que ofrece la Masonería, hecho que, sin duda, redundará en alcanzar una cultura y una formación valórica adecuada para transmitir a sus hijos y a todos quienes les rodean.
Al respecto, parece lógico pensar que la mujer no es un simple “envase” que lleva en su vientre a los hijos, aún a riesgo de morir. Ella tiene derecho a salvaguardar su vida, necesaria no sólo para sí misma, sino para otros hijos que requieren de su apoyo y cuidado. Del mismo modo, obligarla a llevar en sus entrañas a un ser que no tiene ninguna opción de vida o que es producto de algo tan cruento como una violación, parecería un hecho tan inhumano como aquel de impedir que el producto de la fecundación llegue a vivir. Una mujer violentada deberá superar el trauma que ese hecho implica, con mucha dificultad, y si se trata de una niña, sistemáticamente violada a veces por su propio padre, ¿deberá más encima del dolor que este hecho implica, hipotecar toda su vida a una situación que nunca buscó y de la cual fue incapaz de defenderse? Sin duda que para todas estas cosas, hay que ser capaces de ponerse en el lugar de ellas y luego responderse qué es lo correcto. Por mi parte, prefiero pensar que la mujer es un ser libre de tomar decisiones que, si bien son muy duras, le permitirán priorizar su vida y el bienestar del resto de su familia, que también está en juego.
Respecto del matrimonio homosexual, debemos, una vez más, apelar a los postulados de Tolerancia y, también al de Libertad. Cada cual es dueño de vivir su vida como lo desee, si con ello no trasgrede los derechos ajenos. Si ya existe el Acuerdo de Unión Civil, ¿significará una diferencia muy importante para quienes el tema sólo nos toca de manera tangencial, que haya o no un matrimonio de por medio? ¿En qué nos afecta que las parejas homosexuales estén casadas o no lo estén? Quizá sería bueno aplicar aquello de “vive y deja vivir”, con más frecuencia, porque no tenemos derecho a imponerle a los demás, nuestras propias concepciones de vida.
Finalmente, cabe señalar que la Masonería Mixta de Chile ha cumplido en nuestra ciudad, en el país, y también en el Perú, la importante misión de incorporar a la mujer para trabajar codo a codo con los varones, en la búsqueda de un proceso de perfeccionamiento que, sin duda, favorece la formación de la familia masónica. Bajo su alero, la pareja recibe las mismas herramientas para enfrentar temas valóricos que no se cultivan de la misma forma, con un hombre “ilustrado” y una mujer encerrada en las cuatro paredes de su casa, o con acceso muy limitado a su formación moral y espiritual. Hombre y mujer, tienen la obligación de trabajar, codo a codo, por conseguir una sociedad mejor que ofrecerle a sus hijos y para lograrlo, resulta imprescindible que compartan el trabajo intelectual, moral y espiritual que ofrece la Masonería, hecho que, sin duda, redundará en alcanzar una cultura y una formación valórica adecuada para transmitir a sus hijos y a todos quienes les rodean.