Foto Memoria Chilena.
En esa noche lluviosa, fueron degollados 65 pehuenches, entre jóvenes y ancianos, incluido el cacique Tureculipí. Era un 7 de agosto en la madrugada, antes que aclarezca, cuando la noche es más oscura e intensa, tres unidades de soldados llegaban sigilosos al pueblito indigena, muy cerca del pueblo, donde se habían asentado dos meses antes; la soldadesca armada de dragas, lanzas y puñales, paso por el acero filoso a una comunidad entera.
Dos meses antes, al comenzar el invierno de 1770, 20 familias pehuenches habían llegado pidiendo asilo a la ciudad. Estaban cansados de la tensión que se vivía en la frontera y deciden acercarse al pueblo de Chillán con todo lo que ello significaba, querían tranquilidad y no más guerra; sabían de tiempos pasados (1672) de un cacique llamado Huambalì que había sido traído a estas tierras.
La desconfianza sembrada por los chillanejos, llevó al gobernador José Quevedo a tomar esta macabra decisión. Los niños y mujeres fueron repartidos entre las casas del pueblo y haciendas cercanas.
La historia de nuestra ciudad, también se construye de episodios que no quisiéramos recordar. Los restos de la masacra fueron sepultados en el cementerio El Calvario (Alto de la Horca).
En esa noche lluviosa, fueron degollados 65 pehuenches, entre jóvenes y ancianos, incluido el cacique Tureculipí. Era un 7 de agosto en la madrugada, antes que aclarezca, cuando la noche es más oscura e intensa, tres unidades de soldados llegaban sigilosos al pueblito indigena, muy cerca del pueblo, donde se habían asentado dos meses antes; la soldadesca armada de dragas, lanzas y puñales, paso por el acero filoso a una comunidad entera.
Dos meses antes, al comenzar el invierno de 1770, 20 familias pehuenches habían llegado pidiendo asilo a la ciudad. Estaban cansados de la tensión que se vivía en la frontera y deciden acercarse al pueblo de Chillán con todo lo que ello significaba, querían tranquilidad y no más guerra; sabían de tiempos pasados (1672) de un cacique llamado Huambalì que había sido traído a estas tierras.
La desconfianza sembrada por los chillanejos, llevó al gobernador José Quevedo a tomar esta macabra decisión. Los niños y mujeres fueron repartidos entre las casas del pueblo y haciendas cercanas.
La historia de nuestra ciudad, también se construye de episodios que no quisiéramos recordar. Los restos de la masacra fueron sepultados en el cementerio El Calvario (Alto de la Horca).
Este es un ejercicio en torno a nuestra historia, donde le presto
ropajes de narrativa. Una de las fuentes es el Libro de Reinaldo Muñoz Olave,
"Chillán, sus fundaciones y destrucciones 1580 - 1835". Existían en
1770 (4) pueblitos indígenas en los alrededores de Chillan; ITIHUÉ (hoy cerca
del curato de Perquilauquén, hoy San Carlos) CHANGA (hoy sector de Ultra estación de
Chillán), HUAMBALÍ (hoy sector del puente El Saque – Rio Viejo), QUINCHAMALÍ
(hoy villa del mismo nombre al poniente de Chillán, camino a la costa). Recordar
que el actual Chillan no existía, estamos en plena colonia después de 19 años
del fatal desastre de 1751 que provoca el traslado de Chillán, al actual
emplazamiento de hoy Chillán Viejo. (revisar Mapa Conceptual de Chillán en este
mimo blog)
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