“Su hija
Rela recuerda: “De temperamento cordial y alegre, amable y cortés, se daba
abiertamente tanto a sus amigos como a sus alumnos. Su conversación amena y
grata, era salpicada con el oportuno recuerdo de algún escogido trozo literario
o de alguna sentida poesía que se hacía presente en su memoria”.
Diario La Discusión, 17 de marzo de 2002
En una quinta de Santa Elvira en la que vive su hija Rela. Juan Antón Sepúlveda Acuña, pintó su obra más celebrada. Entierro del Caique Juan Cunpil, óleo incorporado al Museo Nacional de Bellas Artes. Dice Antonio Romera en su Historia de la Pintura Chilena: “tenemos uno de los primeros ejemplos de la representación de motivos autóctonos. Sepúlveda hacia armónicamente la composición movida, variada y bellamente decorativa con las sugerencias dramáticas y espirituales del tema”.
El pintor nació en Tijeral, próximo a Angól (1879-1958), se avecindó en Santa Elvira en 1929 y de inmediato se vinculó a Tanagra; su labor artística causó revuelo cuando se supo que en su taller una muchacha desnuda posaba y el pintor llevaba a la tela sus encantos…-“La pacatería era increíble; por fortuna recuerda Rela, recibió apoyo de Tanagra, pero no fue fácil soportar las habladurías del vecindario, imagínese…”
Su obra como pintor y escultor es enorme; en pintura fueron muy celebradas sus obras sobre temas mapuches y el retrato de don Pedro Aguirre Cerda, óleo perteneciente a la Municipalidad de Angol. Entre sus esculturas destacan; busto del Presidente Juan Luis Sanfuentes y de su esposa Juanita de Echazarreta; busto del general Bartolomé Mitre, instalado en el Parque Forestal de Santiago.
Obtuvo importantes reconocimientos: en el Salón Oficial del Palacio de Bellas Artes fue premiado con tres primeras medallas en dibujos, pintura y escultura, en Exposición del Centenario de Chillán obtuvo primera medalla en pintura y Premio de Honor en el Certamen Edwards.
Bajo la dirección de su amigo Baltazar Hernández, se hicieron dos retrospectivas en Chillán; la primera por Tanagra y luego por la Universidad de Chile. Escribió don Balta: “Sus obras escultóricas y pictóricas, inspiradas en los lejanos, pero siempre presentes cánones clásicos, no se caracterizan por la gran cantidad; prefería inmolarse en la búsqueda de lo perfecto que exige la eterna insatisfacción del artista superior. Deja en sus obras, esencialmente en sus retratos, su arte y su corazón, cualidades ante las que todos debemos rendirnos reverentes”.
La Sociedad Nacional de Bellas Artes le tributó un gran homenaje al cumplirse 25 años de su muerte con una Exposición Retrospectiva en el Palacio de la Alhambra, Santiago (1983).
Su hija Rela recuerda; “De temperamento cordial y alegre, amable y cortés, se daba abiertamente tanto a sus amigos como a sus alumnos. Su conversación amena y grata, era salpicada con el oportuno recuerdo de algún escogido trozo literario o de alguna sentida poesía que se hacía presente en su memoria. Poseía una exuberante imaginación, que lo ayudaba manifiestamente en el desarrollo de su creación artística”.
En Chillán quedó su noble humanidad al irse de este mundo. (….)
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