Don Otto Schaefer Hoffman,
fundador de Santa Cecilia y Casa del arte.
Chillán, junio 1968.
"Cuando el
destino me puso frente a don Otto Schaefer por primera vez, pensé al instante que
me encontraba ante un señor amable y medido, de inmediato empezó analizar mis
gestos y mis palabras ya que habría ser yo su compañero de trabajo en la
Sindicatura de Quiebras.
Después de un
breve paseo por la terremoteada Chillán de 1939, apuró su paso para quedar
frente a mí y me preguntó: “¿Cómo le gusta conversar?” Le dije que no le
entendía su pregunta y por ello me agregó: “hay dos maneras de conversar: una
con diplomacia, la que suaviza todo lo que se expresa, y otra que dice todo con
franqueza”. Cuando le dije que yo no empleaba la diplomacia, manifestó claramente su satisfacción, expresando: “Creo
que seremos buenos amigos”. Y así, lo fuimos durante diecisiete años, hasta su
muerte.
En casi
todas sus conversaciones aparecía o el
ligaba el tema que trataba con pasión de su vida: la música. Recuerdo cuando
una persona llegó a su casa a solicitarle un consejo ante una situación
dolorosa. Después de darle el consejo y
queriendo que de su ánimo desapareciera la amargura, le hizo escuchar una obra
orquestal, en un disco. Pero el desencanto que don Otto experimentó, fue muy
hondo cuando el consolado expresó: “La satisfacción que he experimentado es más intensa que si
hubiera recibido quinientos pesos”.
Fácil es comprender que fue muy grande su molestia cuando la música se
valorizaba en dinero.
Su afán de
difundir la música es conocida de todos los que le conocieron y tienen que
recordarle en toda su profunda intensidad. Era acción de todo momento. Dentro
de su trabajo, en sus lecturas, en sus conversaciones y en todas las
actividades de su vida iba la música ocupando el papel principal.
De sus
iniciativas, no creo que nadie pueda desconocer lo que luchó por la creación de
la Casa del Arte. Desde la compra del predio, hasta la terminación del edificio
frente a la Plaza de Armas. Y sus
cenizas habrán de removerse de satisfacción ya que logró que se edificara para
la práctica de la música por parte de la juventud, y hoy esa misma juventud
dispone de ese edificio para el logro de su cultura y sus estudios. (U.deCh.)
Aun cuando
no hubo existencia, en la vida de don Otto Schaefer, respecto a las actividades
políticas, en muy repetidas ocasiones y en forma franca manifestó su deseo de
acompañar las actividades del pueblo, y siempre expresó que él tenía que estar
junto a los humildes y los pobres. La sencillez de su vida lo hacía negarse a
las situaciones destacadas. Nunca olvidaba la amargura que manifestó una
persona porque no se le había reconocido el mérito de algunas de sus
actuaciones. “Si lo que Ud. Hizo es valioso, tenga la seguridad que le será
reconocido aún cuando Ud. muera. Ud. Tiene que esperar el transcurso de su existencia.
Si lo hecho por usted no es tan valioso, seguro es que será olvidado, y no hay que
olvidar que son los demás los que califican”. A él nunca le inquietó la
calificación que de él se haría. Para él era interesante hacer las cosas,
realizar los proyectos.
Nunca hubo
en la vida de don Otto Schaefer preocupación por el dinero, pues lo que tenía
era para necesidades sencillas de su vida, para ayudar a los necesitados, para
prestar ayuda al que deseaba adquirir algo necesario para la práctica de la
música. Fueron muchos los jóvenes
estudiantes que se dedicaban a la música los que recibieron obsequios, fueron
incontables los hombres modestos que le pidieron ayuda y él se la brindó
generosamente; fueron incontables los pescadores de Dichato, playa de su
predilección, los que tuvieron permanentemente su ayuda.
Era muy
respetuoso del pensamiento de los demás, pero él no ocultaba el suyo y lo
exponía ampliamente. Fue el 4 de mayo de 1956, en la tarde, y en circunstancias
que yo estaba viviendo en su hogar, enfermó, pero en presencia del doctor de su
amistad, don Absalón Prado, de su hijo Luis y el que escribe, habló con un tono
de claridad de extraña nitidez. Empezó a relatarnos una anécdota relacionada
con un sacerdote de gran figuración en Chillán Viejo. De repente, un ataque
puso fin a su vida. Fue el momento en que, en el pensamiento de la ciudadanía
de Chillán empezó a brotar la real valorización de su vida en beneficio de la
colectividad, emergía la presencia del que sin buscar reconocimientos,
encontraba en su tumba el valor de la vida.
Pienso que
los honores que se han rendido a don Otto Schaefer no están a la altura de lo
que él se merece. Creo, y son muchos los que piensan así, debe levantarse un
monumento, en bronce, frente al grupo Universitario, porque sólo así podremos
hacer justicia a la labor de un hombre que luchando por la música llegó a
brindarle a la juventud que estudia el más magnífico hogar". (Juan Cambiazo Díaz, 1968)
(NOTA DEL
BLOG)
Chillán, diciembre de 2016
Chillán, diciembre de 2016
Al cumplirse
50 años de la Sociedad Musical Santa Cecilia (1968), se editó un folleto ilustrativo
de esta patrimonial institución chillaneja, donde a través de diversos pasajes,
se registra un trozo de nuestro Chillán; semblanzas que nos llegan del pasado tibias y
sonoras, con el latido de que el “que busca, encuentra”.
Este blog,
en ese cometido, intenta recuperar esas miradas, con el propósito de provocar en todos, una suerte de archivo imaginario
que vaya enriqueciendo nuestra historia
personal, es así como este folleto titulado “50 años, 1918-1968” de 255
x 18 mm, impreso en los talleres gráficos de La Discusión, un mes de junio de
1968, atesora en cuarenta páginas de papel amarillento por el tiempo, la historia de esta institución que lamento decir
navega hoy en las turbiedades de lo desconocido, donde solo el recuerdo la
engalana.
El texto que
leyeron, y que da comienzo a este enlace, nos da un retrato desconocido de OTTO
SCHAEFER , escrito por su amigo el sr. JUAN
CAMBIAZO DIAZ. ¿Quién fue Juan Cambiazo?, los datos de él, los envío su hijo del mismo
nombre que hoy vive en Gotemburgo desde 1978, don Juan nació en Valparaíso el
21 de Julio de 1903, abogado, vivió en Chillán desde los años 40, estuvo casado
dos veces y tuvo 6 hijos , cuatro en primeras nupcias y dos en segundas. Fue
síndico de quiebras y profesor del Instituto Comercial. Perteneció a la directiva
de la organización de Santa Cecilia, y candidato
a regidor por el Partido Comunista en los años sesenta, del cual fue miembro de
su dirección en Chillán al momento de su fallecimiento el 21 de Junio de 1970. (dos
años después de escribir esta nota)
Don Juan Cambiazo Díaz
SR MAXIMO BELTRAN
ResponderEliminarESTIMADO SR:
POR HABER NACIDO EN CHILLAN, POR SER HIJA DE JUAN CAMBIAZO, SER AHIJADA DE OTTO SCHAEFER Y POR VIVIR LEJOS DE MI TIERRA LE DOY UN GRAN VALOR A SU TRABAJO QUE NOS MUESTRA LO QUE FUE NUESTRO CHILLAN EN TIEMPOS PASADOS. LO FELICITO CALUROSAMENTE Y SI FUERA POSIBLE ME GUSTARIA OBTENER INFORMACION DE COMO PODER COMPRAR SU LIBRO.
ME DESPIDO ATENTAMENTE
MONICA CAMBIAZO LUNDSTROM