p. Máximo Beltrán
CHILLÁN 1580
Aquella huella que fue sin duda borrada por ese invierno
implacable de 1580, no impidió que hombres y mujeres llegaran desde Concepción a fundar un nuevo fuerte, el
viejo“Ildefonso” había dado inicio a un
poblamiento escaso pero auguraba la necesidad de proteger los territorios del
Perquilauquén, y Ñuble.
Lanzas y trabucos se unieron en disímil lucha, la conquista
se estaba escribiendo y los llanos del Itata y el Diguilin teñirian con sangre
sus aguas turbulentas. Esa mañana del 26 de junio de hace 439 años se reunieron
abrigados nuestros padres; estaba
despejado , pero el frio reinante no fue ninguna excusa para firmar el acta
donde quedarían inmortalizados esos hombres toledanos y sevillanos, que por alguna razón que relatarían a sus
familias posteriormente, habían cruzado el ancho mar.
Aquí, en el fin del mundo, en una nueva frontera,
escribieron en silencio una nueva genealogía, quizás para exorcizar la angustia
del desarraigo y la huída, que cien años antes la pila bautismal había impuesto a sus padres en esa España, que a pesar de las aguas bautismales a la
fuerza y sinagogas convertidas en iglesias, extrañaban…
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